Sombras
Descripción Oficial
Mientras están en Chicago investigando una misteriosa muerte, Sam y Dean se encuentran con Meg, quien está emocionada de ver a Sam de nuevo. Pero los hermanos pronto descubren que ella es responsable de varios asesinatos y tratan de capturarla y en su búsqueda de pistas los hermanos se cruzan con Jeffrey, un misterioso niño de 11 años que podría llevarlos a lo que han buscado por mucho tiempo... Su padre, pero desafortunadamente Meg se mantiene un paso delante de ellos y libera a unos peligrosos espíritus para que los maten.
Chicago, Illinois
Una joven
camarera estaba caminando de regreso a su casa, el camino había sido horrible
pues como ya eran altas horas de la noche, no había nada de gente y ella sola
tuvo que cruzar por un montón de callejones oscuros donde la basura del
periódico revoloteaba por el aire frio de la misma noche.
Finalmente la
chica se sintió perseguida por alguien y se puso a correr hasta que estuvo
dentro de su apartamento e incluso activo su alarma para mantenerse protegía.
La joven fue directa por una cerveza al refrigerador y estaba escuchando sus
mensajes de voz cuando una sombra monstruosa apareció por detrás y la desmembró
por completo.
Una semana Después.
Había pasado el
mismo tiempo desde que John Winchester y su hijo Jeffrey dejaron Mystic Falls
para ir a revisar el lugar del homicidio. Además y después de mucho pensarlo, John
le había revelado la verdad a Jeff, acerca de que tenia 2 hermanos mayores, que
su esposa había muerto de una forma extraña y sobre todo que se encontraba en
guerra con un poderoso demonio.
--- ¿Por qué no
me lo dijiste antes? --- pregunto Jeff tranquilo, era como si estuviera en
Shock por tanta información.
--- Estaba
buscando el momento perfecto para hacerlo, hijo esto no es fácil de decir…
nuestras vidas no han sido precisamente bonitas y con todo lo que tu estabas
pasando, la muerte de tu papá adoptivo, ángelus… yo no quería llegar a tu vida
con mas problemas.
--- Papá
llevamos casi un año viviendo juntos, no puedes venir ahora a decirme… Ha
Jeffrey olvide mencionar que tienes hermanos y que otro bastardo del mal anda
tras la familia…. No puedes decirme eso, no ahora que todos murieron ----
finalmente Jeff estallo.
--- Lo lamento
mucho, se que tu tenias derecho a saberlo… y si ahora lo estoy diciendo es
porque ellos son tus hermanos y ustedes tienen derecho a conocerse. --- John no
sabia como reparar las cosas o si Jeff quería que se repararan pero estaba
haciendo un gran esfuerzo en explicarse.
--- ¿Cómo… como
se llaman? --- pregunto Jeff titubeante
--- Deán es el
mayor, tiene 26 años y Sam 23 --- murmuro John, Jeff suspiro con fuerza y
asintió.
--- Bien, son
unos ancianos… yo, yo estoy dispuesto a conocerlos pero dame tiempo, esto es
demasiado para mí --- dijo y se levanto de su asiento para irse pero John lo detuvo
y lo giro para que lo mirara a los ojos.
--- Cariño…
Nadie te culpa por estar enojado --- le dijo, Jeff asintió.
--- Si enojado
si, estoy enojado pero más que eso… estoy confundido, es raro que sigan
apareciendo nuevos parientes en mi vida, es raro que cada vez que me giro
descubro que vivo en una mentira.
--- Jeff, esa
nunca ha sido mi intención --- dijo John con tristeza, sentía que estaba
haciendo un mal trabajo como padre para ese niño, se suponía que debía
protegerlo y no agobiarlo.
--- Claro,
supongo que eso lo debiste pensar cuando me regalaste --- esa frase de Jeff
había sonado mucho mas fría de lo que el quería pero no se disculpo ni dijo
nada mas, solo se fue a su habitación para pensar.
Por su parte los
Hermanos Winchester se enteraron del mismo caso, gracias al titular del
periódico el cual decía:
CONTINÚA LA PERSECUCIÓN DEL
ASESINO INVISIBLE
SEGUNDO ASESINATO EN 1 MES.
--- Bueno Deán,
éste es el sitio. --- exclamo Sam al bajar del impala, vestido como un empleado
de soporte técnico de la empresa del sistema de seguridad del edificio de la
difunta, al cual pretendían ingresar para la inspección. Entonces Deán se le
unió (vestido con el mismo uniforme)
--- Quiero
decirte que papá y yo lo hacíamos muy bien sin estos ridículos disfraces, me
siento como un estudiante de teatro… ¿Cual fue la obra que representaste? ¿Cómo
se llamaba? ¡Ah! "Nuestra ciudad" Estuviste bien, muy lindo --- decía
Deán entre risas al recordar las representaciones que su hermano había llegado
a realizar de pequeño y los disfraces de papel que el mismo le había diseñado
porque su padre nunca había tenido tiempo.
--- ¿Quieres
resolver este caso o no? --- pregunto Sam, molesto ante la negatividad que su
hermano tomaba con el caso.
--- Sólo digo
que estos disfraces cuestan dinero. ¿De acuerdo? --- se quejo Deán.
--- ¿Dinero de quién? --- pregunto Sam
interesado.
--- ¡Nuestro!
¿Crees que hacer los fraudes es fácil? --- pregunto Deán, entonces los 2
ingresaron al departamento de la victima, había sido una verdadera suerte que
la policía todavía no fuera a limpiar y que la encargada del edificio fuera tan
cordial.
--- ¿Usted fue
quien encontró el cuerpo? ¿Inmediatamente después de suceder? --- le pregunto
Sam, la mujer negó con la cabeza mientras evocaba los recuerdos de la temible
escena.
--- No, la
encontramos unos días después… Alguien de su trabajo llamó porque no aparecía,
entonces toqué el timbre… Fue cuando lo percibí... El olor.
--- ¿Las
ventanas estaban abiertas, había señales de allanamiento? --- pregunto Deán,
--- No, las
ventanas estaban cerradas… Así como la puerta, la cadena estaba puesta e
incluso tuvieron que cortarla par entrar, la alarma también estaba conectada…
Como ya he dicho... ¡gran trabajo el de su compañía! --- dijo la mujer con
ironía y con los brazos al aire.
--- ¿Alguna
señal de muebles movidos, cristales rotos, señales de lucha?
--- Todo estaba
en perfectas condiciones… Excepto Meredith. --- murmuro con tristeza
--- ¿Cómo
estaba? --- pregunto Sam interesado pues el semblante de la mujer debía haber
sido horrible o asqueroso.
--- Bueno, Meredith
estaba esparcida por todas partes. ¡En pedazos! El que la mató debe de ser un
loco muy experimentado, aun que yo diría, si no fuera absurdo que un animal lo
hizo. --- dijo la mujer, los hermanos se miraron pues ellos sabían que si era
muy posible.
La vecina se fue
y dejo que los Winchester examinaran a conciencia todo el apartamento, pero a
simple vista no había nada más que las manchas de sangre de Meredith sobre la
alfombra.
--- Así que el
asesino entra y sale del apartamento. ¿Sin arma, sin huellas, nada? --- se
preguntaba Deán.
--- Te lo dije,
cuando leí el artículo del periódico, supe que era un trabajo para nosotros.
--- dijo Sam orgulloso, su hermano saco su escáner infrarrojo y lo empezó a
pasar por todas partes, detectando el
rastro de que algo había estado en el lugar.
--- Creo que voy a estar de acuerdo contigo. ---
dijo Deán, Sam se giro para ver como el aparato se encendía de una forma
desconcertante.
--- ¿Has hablado con la policía? --- le pregunto
Sam para intentar obtener mas pistas sobre lo que había estado en ese sitio,
debía haber sido algo muy poderoso como para dejar un rastro tan fuerte ahí.
--- Si, hable
con Amy… La preciosa y encantadora oficial de policía. --- decía Deán,
emocionado ante el recuerdo del espectacular cuerpo y la dulce mirada de la
mujer que lo atendió en la comisaria.
--- ¿Has
descubierto algo con ella?
--- Que es Sagitario,
le gusta el tequila… de verdad y tiene
ese tatuaje...
--- ¡Deán! ---
grito Sam al ver la emoción y el énfasis que estaba utilizando Deán en cada
palabra, su hermano era igual cuando se trataba de mujeres.
--- ¿Qué?... Sí
entiendo que quieres decir Sam, ella no sabe nada que nosotros ya… Excepto una
cosa que no ha salido en los periódicos… El corazón de Meredith había
desaparecido. --- dijo Deán.
--- ¿Quién crees
que hizo esto, Deán?
--- La mujer
dijo que parecía el ataque de un animal. ..Quizá lo sea. ¿Un hombre lobo? ---
pregunto Deán.
--- No, no fue
eso, el ciclo lunar no es correcto… Si fuera una criatura, habría dejado algún
tipo de rastro…Debe de ser un espíritu. --- dijo Sam, Deán se quedo callado y
mirando el suelo por unos segundos ya que había notado algo.
--- Mira a ver
si encuentras la cinta adhesiva. --- pidió Deán y después de unos segundos los
2 se pusieron a unir las manchas de sangre con la cinta, haciendo el
descubrimiento de la formación de un símbolo extraño en el suelo.
--- ¿Has visto
este símbolo antes? --- pregunto Deán.
--- Nunca.
--- Tampoco yo.
--- murmuro Deán, sin dejar de ver la perturbadora imagen del suelo.
Sin más que
hacer Deán fue a ponerle gasolina al impala mientras que Sam fue a la biblioteca de la universidad de
antropología, filosofía e historia para intentar averiguar un poco más sobre
ese símbolo, cosa que seria
difícil pues había más de 10 enormes volúmenes que podrían ser de ayuda, Sam los tomo todos y empezó a
caminar por el pasillo.
Sin saberlo
Jeffrey Winchester también estaba en la misma biblioteca, se había escapado de
la vigilancia de John para ir a buscar libros que lo pudieran ayudar a
encontrar las respuestas del caso que estaban manejando, el caso que era
personal para el.
Jeffrey
recordaba que una semana antes en el mismo día que salió del pueblo que lo
había visto crecer también había sido el mismo día en que su padre había
recibido la llamada del pastor Young, quien les informo sobre el terrible
asesinato de Xander y Willow en el hospital, las circunstancias de sus muertes
eran exactamente iguales a las de 2 muertes mas de ese pueblo, en ningún caso
había sospechosos.
Jeffrey estaba
desesperado por no haber encontrado nada útil en el libro de oscurantismo que
paso una leyendo la ultima hora, entonces giro la mirada y alcanzo a divisar a
Sam caminando por el mismo pasillo, lo reconoció por una foto que su padre
conservaba en la cartera y que había tenido que ver a escondidas la noche
anterior. El no sabia que hacer, tenia a su propio hermano a metros de el y por
la cantidad de libros que el sostenía, supo de inmediato que también estaba en
el caso, así que se levanto y fingió chocar con el.
--- ¡Chico, mira por donde vas! --- dijo Sam
tras chocar con Jeff, el impacto había sido mas fuerte de lo que el niño había
esperado pues termino tirado en el suelo y junto a el todos los libros que Sam
cargaba.
--- ¡Vaya,
si los hombres de las cavernas han aprendido a leer! --- dijo Jeff con ironía y
poniéndose en pie para sobar su brazo (que se había llevado el mayor impacto)
--- Si y
también saben patear traseros --- murmuro Sam, Jeff se rio un poquito
pues ahora notaba que no era el único de la familia que no se podía guardar sus
pensamientos.
--- Hunga-hunga, yo macho alpha. --- dijo Jeff, golpeándose en el pecho como si fuera un
Tarzan, --- Vamos amigo piérdete, la sala de musculación está en la otra punta del campus. Esto es una biblioteca ---
dijo recogiendo un par de los libros del suelo y
ayudando a Sam a meterlos en su
mochila (claro que lo hizo para poder mirar los títulos y fue así como confirmo
que Sam estaba tras la misma cosa que el)
--- Jaja Esta es una biblioteca universitaria… Y estoy seguro de que aquí no encontrarás libros para colorear --- percatándose que el chico debería tener unos de unos trece o catorce años.
--- Que ingenioso eres, ¿te lo apuntó tu entrenador
esta mañana después de acostarse con tu novia? --- pregunto Jeff irónico, Sam se
escandalizó al oír unas palabras tan feas saliendo de la boca de un niño,
entonces lo miro enojado.
--- Ya me
voy, ya me voy --- dijo Jeff y termino por deslizar un micrófono (de esos
que Willow le había regalado y que siempre cargaba) en la mochila de su
hermano, luego se levantó y salió corriendo por los pasillos de biblioteca,
Sam lo miro por un segundo antes de percatarse de que al chico se le
había caído la cartera, la recogió e intento gritarle para que regresara pero
la bibliotecaria lo mando callar, así que muerto de vergüenza.
Dejo los libros sobre una mesa y salió tras Jeff.
--- Eyyyyyyyyyy tú chico, eyyyyyyyyyyy el de la
biblioteca --- gritó Sam haciendo que los muchachos que estaban por
entrar a la biblioteca se girarán a ver de donde venía en griterío. Sam corrió
atreves de las escaleras de barro y logro alcanzar a Jeff (quien para ese
instante también estaba corriendo)
--- Lo siento hunga-hunga pero no eres mi tipo, los prefiero capaces de
deletrear su propio nombre --- dijo con una expresión
burlona, misma que desapareció cuando Sam
lo agarró por el cuello de la chaqueta y lo aplastó contra uno de los arboles
del campus.
--- Se te ha caído la billetera --- dijo
con una cara que daba mucho pero mucho
miedo. Jeff agarró la cartera y tragó saliva.
--- Gracias --- dijo muy flojito y sin apartar la mirada de su hermano, ahora
que no tenía poderes iba a ser muy difícil derribar a ese gigantón.
--- ¿Ahora no eres tan valiente, verdad?---
Le pregunto con una sonrisita pero sin soltarlo.
--- No me das miedo, abusón. --- le dijo Jeff, en tiempos pasados había
peleado con hombres 10 veces mas fuertes que Sam pero en ese entonces el tenia
poderes y ahora no los tenia, es mas no tenia ni el conocimiento necesario para
defenderse, era como si eso también se hubiera ido con sus poderes.
--- ¿Abusón? --- pregunto
Sam, odiaba que alguien le llamara así,
pues el siempre había sido el objeto de tortura de los abusones en la escuela.
--- Si has sido tú quien has
chocado contra mí y después me has insultado. --- le reclamo.
--- Lo que sea, ¿vas a soltarme o piensas quedarte aquí todo el día?, porque
yo tengo que ir a trabajar. --- le pregunto desafiante y por supuesto por
trabajo se refiera a la cacería.
--- ¿No eres muy joven para trabajar? --- pregunto Sam sorprendido, Jeff
se rio un poquito de la cara incrédula que había puesto.
--- ¿Y tú no eres muy idiota
para…? --- empezó a decir Jeff pero se encontró que Sam dejó
de aplastarlo con el árbol y le estaba retorciendo la oreja
--- AUUUUUUU… suéltame idiota, auuuuuuuuu ---
gritó tras un tirón realmente fuerte de parte de Sam, además no se podía creer
que ese muchacho, un simple desconocido le estuviera haciendo eso a plena luz
del día, era vergonzoso.
--- Mira niñito, tengo cosas mejores que hacer que perder mi tiempo pateando tu insolente trasero, así
que ya estás… Auch… --- de repente Sam sintió un fuerte dolor en el píe, el
chico acababa de darle un tremendo pisotón, Sam soltó el agarré al acto y Jeff
empezó a correr lejos de el.
Jeff se giro y le sacó la lengua a Sam antes de
subirse en una bicicleta (obviamente robada) e irse del campus, Sam se quedó fulminándolo con la mirada.
Mas tarde Sam se
reunió con su hermano en el bar donde la difunta había trabajado, su hermano se
puso a charlar con una de la cantinera mientras que el se uso a hojear un poco
los libros de la biblioteca.
Había pasado más
de una hora y Sam seguía sin encontrar nada útil, entonces Deán regreso de su
charla con la otra mujer para hacerle compañía.
--- He hablado
con la camarera. --- le dijo.
--- ¿Has
conseguido algo aparte de su teléfono? --- pregunto Sam sin girarse a ver a
Deán quien se quedo incrédulo ante la pregunta.
--- ¡Oye soy un
profesional! Me ofende que hayas pensado así. --- exclamo Deán aun con
incredulidad, fue cuando Sam lo miro cansado.
--- ¡Esta bien,
lo conseguí! --- exclamo Deán entre risas y sosteniendo en la mano, la servilleta con el numero anotado.
--- ¿Te importaría pensar un poco con el cerebro,
Deán?
--- No hay nada
que averiguar… Meredith vino aquí, se sentó en una mesa, todos aquí son amigos
y dicen que todo estuvo normal. No dijo o hizo nada raro antes de morir, así
que... ¿Has encontrado algo sobre el símbolo?
--- No, nada… Ni
en el diario de papá ni en ningún otro libro y eso que he traído bastantes... Creo
que tendré que hacer más investigación --- dijo Sam cansado pues su vista se
estaba nublando cada vez mas por la lectura de esos pesados libros.
--- ¿Hubo otra
víctima, antes de Meredith? --- pregunto Deán, Sam metió los libros en su
mochila y busco el expediente que guardaba,
--- Sí, si.. Se
llamaba... Ben Swordstron, el mes pasado fue encontrado mutilado en su
apartamento… Exactamente igual… Todo cerrado, alarma conectada.
--- ¿Alguna
conexión entre ambos?
--- No que yo
sepa... Al menos por ahora, Ben era banquero y Meredith era camarera… Nada en
común, en realidad pertenecían a mundos diferentes. --- aseguro Sam
--- En resumen, la única cosa útil que hemos
encontrado hasta ahora es el teléfono de la camarera --- exclamo Deán con
ironía, Sam se quedo pensando en lo que deban hacer pues ya habían llegado a un
callejón sin salida con el caso, en un momento giro su cabeza y a pocos metros
alcanzo a divisar a alguien familiar.
--- ¿Qué pasa?
--- le pregunto Deán pero Sam no le respondió, solo siguió caminando como ido
hasta una mesa, luego puso su mano sobre el hombro de una chica rubia quien se
giro para verlo.
--- ¡Meg! ---
exclamo Sam, extrañado de volver a encontrarse a aquella chica ahí, a la misma
chica que semanas antes le había inspirado confianza para hablar en la estación
de autobuses.
--- ¡Sam! ¡Oh, Dios mío! ¿Qué haces aquí? --- preguntaba ella mientras
lo abrazaba y sonreía como si fuera la mujer del año.
--- Estoy en la ciudad, visitando a unos amigos.
--- dijo Sam, ella se giro a ver para todas partes, en busca de esos amigos.
--- ¿Dónde
están? --- le pregunto, Sam se rio un poquito de que fuera la primera chica de
su vida que se asegurara de saber todos los detalles.
--- Bueno... no están aquí ahora, pero yo... ¿Y
tú que haces aquí? Creía que ibas a California. --- dijo Sam, cambiando rápido
de tema.
---
Fui, vi y conquiste… Y conocí a algo como Michael Murray en un bar y…
--- ¿A quién?
--- pregunto Sam, totalmente desinteresado pero necesitaba tener mas detalles
de esa mujer.
--- No importa. De cualquier forma, no funciono.
Así que estoy aquí para una temporada.
--- ¿Eres de
Chicago? --- pregunto Sam
--- No, de
Massachussets. Fin de línea. ¡Diablos, Sam! ¿Cuantas serán las probabilidades
de volvernos a encontrar? --- pregunto ella, sin dejar de sonreír en ningún
momento, lo que la hacia parecer mas sospechosa de lo que ya era para Sam
--- Pues sí, pensaba que jamás te volvería a ver.
--- aseguro Sam
--- Pues nos equivocamos --- dijo ella, entonces
Deán se acerco y tocio un poco para llamar la atención de los chicos hacia el.
--- Oye cúbrete
la boca --- le reclamo Meg, Deán solo sonrió aun que por dentro estaba
resintiendo mucho que una chica se atreviera a decirle eso a el.
--- sí, perdona, Meg… El es mi hermano Deán ---
los presento Sam
--- ¿Éste es
Deán? --- pregunto ella sorprendida, Deán asintió pues pensaba que la había
dejado impactada por su carisma pero era todo lo contrario.
--- ¿Ya has oído hablar de mí? --- pregunto
expectante.
--- Claro que he
oído de ti… tratas a tu hermano como equipaje --- dijo Meg muy seria, la
sonrisa de Deán se borro en un segundo.
--- ¿Qué dices?
--- pregunto con incredulidad, no se podía creer lo que estaba pasando y mas
tratándose de una simple desconocida.
--- ¿Por que no
lo dejas hacer lo que él quiere hacer? ¡Deja de arrástralo por todos lados! ---
le grito ella a la cara.
--- Meg, no pasa nada. --- murmuro Sam para
calmarla, Deán no pudo decir nada porque ella era una mujer y estaba rodeado
por un montón de ebrios que seguramente lo golpearían si le contestaba como se
merecía, así que simplemente silbo
--- Esto es raro, me voy a beber algo. ---
exclamo Deán y desapareció de la escena.
--- Sam, lo siento... Es que como me contaste
como te trataba... Si yo fuera tú, lo mataría. --- le dijo Meg, Sam se rio un
poco para disimular su desconfianza que cada vez era mas grande.
--- No pasa
nada, ha mejorado. --- le dijo, sin dar mas detalles de ello.
--- Deberíamos salir un día ya que estás en la
ciudad, estoy segura que sería divertido. --- sugirió Meg, Sam estaba por
decirle lo mismo pero era solo para mantenerla vigilada y no para socializar.
--- Sería estupendo. ¿Me das tu número de tu
teléfono? --- pidió Sam y saco su teléfono para apuntar.
--- 312555-0143
--- le dijo Meg.
--- ¿Sabes Meg? Nunca
me dijiste tu apellido.
--- Es Masters… ¿vas
a llamar verdad?
--- Si, te lo
juro --- dijo Sam con su mejor sonrisa, ella volvió a abrazarlo por un segundo.
--- Espero
volver a verte, Sam --- le dijo ella y Sam por fin se alejo, paso a la barra
por su hermano y los 2 salieron del lugar.
--- ¿Quién era esa?
---pregunto Deán furioso, no le gustaba para nada que le hablaran de esa manera
tan déspota y mucho menos iba a aceptarlo de una rubia oxigenada y sobre todo
desconocida en su vida.
--- En realidad no lo se… solo la vi una vez… Volverla
a encontrar... No sé, es muy raro Deán.
--- ¿Qué ha
dicho? ¿Qué te trato como equipaje? ¿Le hablaste mal de mí a una chica? ---
pregunto Deán ofendido.
--- Perdona, Deán. Fue cuando tuvimos esa pelea y
yo esperaba un autobús en Indiana. Pero no es nada importante. Escucha...
--- ¿Así que es verdad lo que dice, te estoy
reteniendo contra tu voluntad, Sam? ---- preguntó desafiante y apunto de
golpear a su hermano por ser tan bocón.
--- No, claro que no Deán ¿Me quieres escuchar?
--- le pregunto Sam, el asintió con enojo --- Creo que esta pasando algo
extraño aquí, hermano quizá deberíamos irnos de aquí. --- pidió Sam
--- ¿Por qué
dices eso? --- pregunto Deán intrigado.
--- Encontré a Meg hace unas semanas…
Literalmente en medio de la nada. ¿Y ahora la vuelvo a encontrar en un bar cualquiera
de Chicago? ¿Y el mismo bar donde trabajaba una camarera que murió por causas
sobrenaturales? ¿No crees que sea un poco extraño? --- preguntaba Sam
--- No sé, las
coincidencias ocurren Sam
--- Claro, pero no a nosotros…. Puedo estar
equivocado. Sólo digo que hay algo raro hay en esa chica… Pero no sé decir lo
que es. --- dijo Sam, Deán ni siquiera lo pensó, simplemente se empezó a reír
de que su hermano fuera tan inexperto.
--- Tal vez solo
te gusta... Quizá no sea nada sospechoso, puede que sientas algo por ella.
Quizá estas pensando algo con el cerebro de abajo Sam --- dijo aun entre risas,
pero Sam continuaba tan serio como podía.
--- ¿Me haces un
favor? Mira si hay una Meg Masters de Massachussets. Y mira si puedes encontrar
algo sobre ese símbolo que había en el suelo de Meredith. --- le pidió Sam
--- ¿Y qué vas a hacer tú?
--- Voy
a vigilar a Meg. --- exclamo Sam
--- ¡Sí, claro!
--- dijo Deán entre risas, estaba pensando que aquello de la investigación y
las sospechas era solo un pretexto de Sam para irse con esa chica.
--- Quiero ver
qué hace… Mejor prevenir que lamentar. --- dijo Sam y se fue en el impala, Deán
se tuvo que regresar con todos los libros de la biblioteca y a pie al motel
(que igual no estaba muy lejos del bar)
Mientras tanto
Jeff estaba escuchando todo lo que decía y hacia Deán (todo gracias al micrófono
que le puso en la mochila de Sam) al principio se sorprendió de que Sam dejara
su mochila pero cuando escucho a Deán cantando, bueno se sintió aliviado de que
el no fuera un aburrido como Sam
Jeff estaba
escuchando muy atento las transmisiones, cuando John llego a casa y tuvo que
guardar todo su equipo de espionaje para que no lo regañara.
--- Hola papá
¿Qué tal el día? --- pregunto al ver a su padre entrar por la puerta del motel,
John se quedo sorprendido de que su hijo le volviera a dirigir la palabra y de
una forma amable, por lo regular eso nunca pasaba después de una discusión pero
dejo de preocuparse y le conto a Jeff todo lo del caso, todo lo que el ya sabia
gracias a Deán.
Paso una hora de
que Sam estuviera vigilando a Meg, para que por fin tuviera el valor de llamar
a Deán.
--- Déjame adivinar; estás frente al apartamento
de esa chica. ¿Verdad? --- aseguro Deán, recién de hacer contestado la llamada.
--- No… Si. --- exclamo Sam rendido.
--- Tienes una
forma muy graciosa de demostrar tu cariño. --- dijo Deán entre risas que se
escuchaban atreves del teléfono.
--- ¿Has
encontrado algo sobre ella? --- pregunto San
--- Lo siento
viejo, pero todo encaja, hay una Meg Masters en la guía telefónica y también he
encontrado una foto suya en el instituto… ¿Por qué no llamas a su puerta? ¿Y la
invitas a un recital de poesía, o lo que sea que le guste? --- sugirió Deán
pero Sam lo ignoro por completo.
--- ¿Y el
símbolo? ¿Ha habido suerte? --- pregunto Sam, Deán suspiro de coraje pues su
hermano era bastante testarudo con eso de las citas y las chicas.
--- Si, he encontrado
algo… Es zoroástrico, muy antiguo de unos 2000 años antes de Cristo… Es un
símbolo para una Daeva --- dijo Deán.
--- ¿Qué es un
Daeva?
--- Se traduce como demonio de sombras... Son de
origen zoroástrico, son salvajes y animalistas, de muy malas actitudes son como
bestias demoniacas. --- explico Deán.
--- ¿Cómo lo has
descubierto? --- pregunto Sam intrigado pues el había pasado muchas horas
buscando esa información y no había encontrado nada, le costaba trabajo creer
que el flojo de su hermano si lo hubiera hecho.
--- Dame más
crédito Sam, ¿crees que eres el único culto aquí? --- le pregunto Deán lleno de
ironía.
--- Dime el
nombre del último libro que has leído, Deán
--- Bueno, llame
a Caleb, el amigo de papá y el me lo dijo... Además me dijo un pequeño
detalle, la única forma de que esos daevas
estén por aquí es porque fueron invocados, conjurados.
--- ¿Así que
alguien los controla?
--- Es lo que te
digo Sam… Y por lo que entiendo es una cosa muy peligrosa, porque son de los
que muerden la mano que los alimenta. Y los brazos y el pecho...
--- ¿Qué forma
adoptan? --- pregunto Sam, aun desconfiando de Meg.
--- Nadie lo
sabe… Nadie los ha visto en un par de milenios… para convocar a un demonio tan antiguo alguien
debe saber lo que hace y debe estar en la ciudad… ahora ¿Por qué no le haces un
strip-tease a ella? --- como siempre Deán había cambiado el tema, en el momento
menos oportuno.
--- Duérmete --- le dijo Sam molesto.
--- Si eso hare pero Sam tu no te vayas a dormir
antes de... --- Deán no pudo terminar su frase pues Sam le colgó el teléfono
para quedarse mirando como un tonto a la ventana de Meg, desde donde pudo ver
como se cambiaba la blusa, pero solo fue un segundo pues una toz desconocida lo
hizo regresar a sus sentidos, se trataba de una mujer enfadada por haberlo
visto espiando a Meg y ahora ella estaba mirándolo a el.
--- No, no, no es lo que cree, yo sólo estaba...
--- ¡Pervertido!
--- le grito la mujer y se fue, Sam se puso rojo de vergüenza pero eso paso
cuando observo a Meg salir de su edificio, el bajo del impala y la siguió
atreves de los callejones, ella iba caminando muy rápido y muy extraña.
Meg entro en un
edificio abandonado y casi en ruinas, Sam detrás de ella y la vio mientras
subía por unas escaleras. Sam tuvo que escalar más de 4 pisos de barrotes del
elevador inservible para poder llegar hasta donde estaba Meg, todo para que
ella no notara su presencia y fue así como Sam logro verla a ella, con una
especie de Caliz en la mano y diciendo un hechizo en latín, después empezó a
hablar con alguien que el no podía escuchar.
Creo que no debe venir. Porque
los hermanos están en la ciudad... Yo no sabía que... Si, Señor. Si, estaré
aquí… esperándole.
Después de la
breve conversación de Meg, ella se acerco a una especie de altar que tenia ahí
mismo y una por una fue apagando las velas que lo iluminaban, luego volvió a
bajar por las escaleras.
Una vez que Sam
logro escuchar a Meg saliendo de la propiedad, el subió hasta el altar negro,
el cual estaba lleno de sangre, huesos, hierbas y otras cosas… en el centro
estaba el símbolo de los Daevas, dibujado con sangre también, lo que confirmaba
su teoría, ella era la verdadera asesina y lo peor de todo es que estaba
trabajando para alguien.
Con el nuevo
descubrimiento, Sam regreso corriendo al motel
y le conto todo a Deán, que al igual estaba realmente sorprendido pues
esa chica tenia cara de bruja pero de eso a ser una verdadera asesina, era
demasiado.
--- Así que la estupenda Meg está relacionada con
el Daeva --- exclamo Deán.
--- Parece que estaba usando ese altar negro para
controlar a la cosa. --- aseguro Sam por lo que había visto, por el símbolo en
el centro de esa atrocidad.
--- Sam, estas relacionado con la chica mala…. ¿Y
que hacía con el cáliz? --- preguntó aun con ironía, Sam ignoro su primer
comentario de todas formas.
--- Le estaba hablando, lo mismo que las brujas
cuando utilizan la bola de cristal o con entrañas de animales… Ella se estaba
comunicando con alguien Deán.
--- ¿Con quién?
¿Con el Daeva?
--- No, tú has dicho que esas cosas son salvajes…
No, eso era otra cosa, alguien le está dando órdenes… Alguien va a ir a ese
almacén. --- dijo Sam, en ese momento Deán se levanto de la cama y corrió a
buscar unos papeles, les hecho un vistazo y se quedo blanco como el papel.
--- Lo temía ---
murmuro
--- ¿Qué pasa
Deán?
--- Es lo que te iba a decir antes Sam... Le pedí
un favor a amiga… Amy de la policía… Los archivos completos de las dos víctimas,
la primera vez pasamos una cosa por alto… La primera víctima, el señor mayor, vivió
toda la vida en Chicago, pero no nació aquí, mira dónde nació. --- le dijo
dándole los papeles, Sam también palideció al descubrir el porque de la
reacción inicial de su hermano.
--- Lawrence, Kansas --- leyó Sam
--- Y Meredith, la segunda víctima, era adoptada,
y adivina de dónde era... --- le dijo Deán, Sam no tuvo que mirar sus papeles
para tener la respuesta.
--- ¡Maldición! Es donde el demonio mató a mamá… Donde
todo empezó… ¿Así que crees que Meg está relacionada con el demonio? ---
pregunto Sam exaltado por la noticia, si eso llegaba a ser verdad serias su
primera pista confiable para encontrar al asesino de su madre.
--- Creo que existe la posibilidad.
--- Pero no lo
entiendo. ¿Qué importancia tiene Lawrence? ¿Y como encaja en esto los Daevas?
--- No lo se, pero hay que destrozar ese altar,
tomar a Meg y hacerle un buen interrogatorio --- exclamo Deán.
--- No, nosotros no podemos… No hay que
evitarlo... Tenemos que ir al almacén. Tenemos que ver quién... O qué es lo que
se va a encontrar con ella. --- sugirió Sam y eso la pareció una estupenda idea
a Deán, así que asintió.
--- Te voy a decir una cosa… No creo que debamos
hacer eso solos. --- exclamo Deán y unos 5 minutos después llamo a su padre,
quien como siempre no le respondió… aun así le dejo el mensaje.
Tenemos una pista sobre lo que
mató a mamá, así que… El almacén está en el 1435 de West Fury. Papá si oyes
este mensaje, ven a Chicago lo más rápido que puedas.
Tras cortar la
llamada con su padre, Deán regreso a la habitación del motel y no pudo evitar
mirar a Sam con incredulidad, pues su
hermano tenía un montón de armas, agua bendita y muchas cosas más sobre la
cama, todo por que quería estar prevenido para lo que fuera con lo que se iban a topar en esa noche.
--- La gran noche ¿He? --- pregunto Deán a Sam
mientras guardaban las armas en las mochilas.
--- ¿Nervioso? --- le pregunto Sam
--- No, no. ¿Y tú?
--- No, yo no. --- dijo Sam sin mucho interés,
aun que la verdad era que los 2 estaba realmente nerviosos, se iban a enfrentar
a algo desconocido a algo que llevaban toda su vida buscando, hubo un silencio
total unos segundos hasta que Sam suspiro.
--- ¿Te imaginas
si encontramos a esa maldita cosa, al demonio? --- pregunto Sam
--- No hay que adelantarnos… ¿Quieres? --- Deán
notaba la emoción de su hermano, le agradaba verlo así pero tampoco podía dejar
que se hiciera falsas esperanzas, no con la poca información que ellos tenían.
--- Lo sé, pero sólo quiero decir que si lo
atrapamos... Si todo esto termina esta noche... Voy a dormir un mes seguido,
volvería a la universidad y volvería a ser una persona. --- dijo Sam
emocionado.
--- ¿Quieres
volver a la universidad? --- pregunto Deán incrédulo, por un segundo pensó en
escuchar entre los planes de Sam, el quedarse con el pero cuando no lo escucho
se sentido mal y enojado a la vez.
--- Si… En cuanto terminemos con esa cosa… ¿Qué pasa? ¿Hay algo malo en
eso? --- pregunto Sam, al ver la cara seria que mantenía su hermano.
--- No, no…. Es estupendo, muy bueno para ti. ---
dijo Deán, eso no había sonado para nada irónico como quería que sonara.
--- ¿Qué vas a
hacer tú cuando todo esto acabe? --- le pregunto Sam
--- Esto no se va a terminar jamás… Habrá otros… Siempre
habrá algo que cazar. --- aseguro Deán, el quería hacerle ver a su hermano que
no había otro camino mas bueno para ellos.
--- Pero habrá algo que quieras hacer para ti
mismo Deán.
--- No quiero que te vayas en el segundo que esto
acabe --- le grito Deán, Sam solo lo miro expectante. --- Sam ¿Por qué crees
que te llevo a todos lados? ¿Por qué crees que te saque de Standford desde un
principio? --- le pregunto
--- Porque papá estaba en problemas… Porque
querías encontrar a la cosa que mató a mamá
--- Sí, por eso. ¡Pero hay más que eso Sam! Tu, yo,
papá... Quiero que estemos juntos… Que seamos una familia otra vez. --- exclamo
Deán, dejando ver su lado emocional en el asunto pero es que no lo podía evitar
pues su sueño siempre había sido tener una familia unida, vivir con su padre y
su hermano y cazar cosas juntos.
---
Deán, somos una familia. Haría cualquier cosa por ti… Pero las cosas
nunca van a ser como eran antes. --- aseguro Sam
--- Podrían
serlo. --- murmuro Deán muy seguro de si mismo, el estaba dispuesto a seguir
siendo el hermano mayor que se quedaba a cuidar al pequeño Sam en casa mientras
su padre estaba afuera, estaba dispuesto a ser el mismo joven que apoyaba a su
padre de una forma incondicional, lo que no entendía era que Sam veía de forma
distinta las cosas.
--- Yo no quiero
que lo sean…. No quiero esta vida para siempre Deán, cuando todo termine…Tendrás
que dejarme seguir mi camino. --- le dijo Sam, el entendía como era Deán pero
simplemente no podía volver a ser la misma persona obediente y frágil a la que
todos cuidaban, no después de lo que le paso a Jessica.
John se estaba
dando una ducha, lo que permitió a Jeff escuchar toda la conversación de sus
hermanos respecto a los Daevas, el demonio y la tal Meg, quienes también eran
los responsables de la muerte de Willow y Xander. Jeffrey no pensó mucho para ponerse su
cazadora, tomar sus armas y tratar de irse pero su padre lo descubrió en el
intento.
--- ¿Ha donde
vas con todas esas cosas? --- le pregunto John, bloqueando la puerta de
entrada.
---
Escucha papá, no tenemos tiempo para esto… la cosa que mato a Xander y
Willow, los Daevas… ellos están aquí, en un almacén… tengo que acabar con
ellos.
--- ¿Cómo sabes
de los Daevas? --- pregunto John.
--- ¿Tu sabias
de ellos también y no me lo dijiste? --- pregunto Jeff molesto y sintiéndose
miserable pues cada vez iba descubriendo mas y mas mentiras de su padre.
--- Hijo, solo
estoy tratando de protegerte… Tú ya no eres el elegido, ya no tienes poderes y
no te sabes defender.
--- Pero eso no
significa que sea un inútil papá, yo puedo acabar con esas cosas… sigo siendo
el mismo de antes --- le dijo Jeff, John se le quedo mirando muy fijamente y
con los brazos cruzados.
--- Lamento
decírtelo pero ya no eres el mismo chico de antes, ahora estas indefenso contra
esas cosas… Tú eres mi hijo y no puedo dejar que te arriesgues de esa forma,
tienes que confiar en esto.
--- ¿Cómo se
supone que confié en ti, si no dices la
verdad de las cosas? --- le pregunto el niño molesto.
--- Te estoy
protegiendo hijo, entiende… ya he perdido demasiado por este trabajo y tu
también… Yo no puedo perderte a ti tampoco, no puedo… y si para eso me tengo
que comportar como un general y hacer que me odies… lo voy a hacer. --- dijo
John, hubo silencio por un minuto antes de que Jeff empezara a derramar
lagrimas de coraje y lo mirara con odio.
--- Tu me
perdiste hace mucho tiempo, si quieres jugar al ejercito… hazlo con tus
adorados hijos --- le grito Jeff a la cara y regreso corriendo a la habitación,
John suspiro y un segundo después escucho el sonido de la ventana rompiéndose,
corrió a revisar y se encontró con que Jeff había escapado de casa.
--- Maldición
--- murmuro enojado antes de correr hacia su cuarto para vestirse y preparar
sus armas, ese niño lo iba a matar de un infarto pero si algo le pasaba tampoco
iba a poder vivir.
Por su parte,
Deán y Sam regresaron al edificio abandonado y volvieron a trepar por los
cables del ascensor, para cuando llegaron a la cima escucharon a Meg decir su
conjuro en latín, ellos se quedaron esperando a ver que pasaba pero Meg ya
sabia que estaban ahí.
--- ¡Chicos, esconderse
es un poco infantil! ¿No creen? --- les pregunto
--- Bueno eso no salió como el plan. --- murmuro
Deán y se miro con su hermano en búsqueda de alguno nuevo plan, pero no había
nada que hacer.
--- ¿Por que no
salen? --- les volvió a preguntar, los hermanos se volvieron a mirar y
terminaron por salir de las sombras, caminando muy despacio y sin dejar de apuntar
a Meg con sus armas.
--- Sam, tengo que decirte que esto afecta mucho
nuestra relación --- dijo ella con ironía.
--- Si, dímelo a
mí --- murmuro Sam
--- Así que...
¿Dónde estás tu amiguito el Daeva? --- pregunto Deán, para ese punto le
preocupaba mas los demonios de la oscuridad que la chica.
--- Por ahí y
esas escopetas no van a servir demasiado. --- le dijo Meg entre risas
--- No te
preocupes cariño, las armas no son para el demonio. --- aseguro Deán
--- ¿Quién es
Meg?, ¿Quién viene? ¿A quien esperas? --- le pregunto, ansioso por que ella
dijera que a un demonio, pero no fue de esa manera y ella se quedo mirándolos
en silencio y expectante por unos segundos.
--- A ustedes --- exclamo Meg con una sonrisa en los
labios, pronto los Daevas se manifestaron a espaldas de los hermanos y los
atacaron brutalmente.
Para cuando Sam
pudo despertar del ataque, sentía partes de su piel quemándose por los
terribles rasguños de los demonios y lo peor era que estaba atado a una columna
de concreto, con Deán a su lado.
--- Oye Sam, no
lo tomes a mal pero tu novia es una perra. --- grito Deán para que Meg que
estaba sentada a pocos metros de ellos, lo escuchara.
--- Si, todo ha
sido una trampa… Encontrarnos en el bar, el seguirte hasta aquí y oír lo que
decías. Todo eso fue una trampa… ¿Y que las víctimas fueran de Lawrence? ---
reclamaba Sam pero Meg seguía con esa sonrisa en el rostro, como si todo le
pareciera divertido.
--- Eso no
significa nada… Era solo para traerlos hasta aquí nada más. --- aseguro ella.
--- Has matado a
dos personas por nada. --- le grito Sam
--- Mi vida, he
matado a muchas más por mucho menos. --- aseguro Meg.
--- Nos atrapaste... bien por ti, fue una buena
jugada pero ¿Por qué no estamos muertos? --- pregunto Deán.
--- ¿No eres muy
rápido para entender, verdad? Esta trampa no es para ustedes dos.
--- Papá…Es una
trampa para papá. ---- grito Sam desesperado porque ellos habían llamado a su
padre y lo harían caer en la trampa.
--- Oh hermosa, eres
más tonta de lo que pareces, suponiendo que mi papa estuviera en la ciudad, que
no lo está... No caería en una trampa así, el es demasiado bueno. --- dijo Deán
muy seguro y tranquilo de la situación.
--- Es bastante
bueno, te concedo eso… Pero verás, tiene una debilidad. --- decía Meg mientras
caminaba hacia Deán.
--- ¿Cuál es?
--- le pregunto al tenerla cara a cara, ella sonrió y se inclino para estar a
la misma altura de Deán.
--- Ustedes… Baja
la guardia cuando se trata de sus hijos, deja que sus emociones afecten su
juicio. Y sabemos que él esta en la ciudad… Y vendrá e intentara salvarlos y entonces
los Daevas los mataran a todos de forma bonita, lenta y muy sangrienta. --- Meg remarcaba cada palabra para infundir
miedo en los hermanos.
--- Bueno. Tengo
noticias para ti… Te hará falta más que una sombra para matarlo. --- aseguro
Deán
--- Oh... los Daevas
están aquí, en la habitación, son invisibles. Son sombras pero eso es la única parte
que ustedes pueden ver ¿no es así Jeffrey?--- pregunto Meg a aire, los hermanos
se quedaron callados y sin entender hasta que un niño (al que Sam reconoció
como el chico de la biblioteca) entro caminando, muy despacio y con una espada
empuñada en la mano.
--- ¡Pero que
grande estas! --- exclamo ella con ironía, Jeff no dejaba de mirarla con odio y
los hermanos realmente no entendían nada de lo que estaba pasando, ni quien era
el o que tenia que ver con eso.
--- Maldita perra, te mataré, no debiste asesinar a mis amigos --- le reprochó Jeff
--- Mi vida, tú acabarás exactamente igual que tus amigo, no debiste venir aquí Jeff
--- Lo mismo podría decirte sobre Mystic
Falls, nunca debiste aparecer… maldita perra --- le dijo Jeff antes de
golpearla en el rostro, claramente había sido un mal golpe pues ella no sintió
nada y el si que tenia dolor en el puño.
--- ¿Eso todo lo
que tienes? maldito mocoso insolente, no
mereces ni ser un guante de mi señor… creo que te mataré solo por diversión --- dijo ella, entonces un Daeva apareció y con una mano lanzo lejos a
Jeff, haciéndolo caer por la puerta del ascensor.
--- ¿Por que
haces esto, Meg? ¿Que clase tratos hiciste aquí?, y ¿Con quien? --- pregunto
Sam para llamar su atención y hacer que dejara al chico.
--- Estoy haciendo esto por la misma razón
que ustedes hacen lo que hacen… Lealtad, amor…Como el amor que sentías por tu
mami o por Jess.
--- ¡Vete al infierno! --- le grito Sam
--- Mi vida, ya
estoy ahí. --- dijo Meg entre risas, entonces camino hasta Sam y empezó a
acariciarle el pecho. --- Vamos Sam, no tienes que ser así, creo que ambos sabemos lo que sientes por mí…
Lo sé… Te vi, mirándome mientras me cambiaba en mi apartamento. Te excité ¿No?
--- le preguntaba sin dejar de toquetearlo.
--- ¡Váyanse a
un hotel! --- les grito Deán pero lo ignoraron por completo.
--- No me
importa, me gustó que me miraras. Vamos, Sam… Tú y yo podríamos divertirnos
mucho.
--- ¿Quieres
diversión? Adelante… Yo estoy algo atado ahora mismo. --- le dijo Sam pero Meg a
escuchar el sonido de un cuchillo cortando, se giro y se acerco a Deán para
quitarle dicho cuchillo.
--- Sólo querías
distraerme... mientras tu hermano se soltaba --- dijo poniéndose de nuevo cara
a cara con Sam
--- No. No…
Porque tengo mi propio cuchillo. --- le
dijo Sam, desato sus manos de la trabé y tomo los hombros de Meg para darle un
cabezazo (que le dolió mucho a el) y luego la empujo contra el suelo.
Sam se levanto
adolorido y corrió a tirar el altar oscuro al suelo, todos se hizo añicos y los
Daevas fueron apareciendo poco a poco, ellos tomaron los pies de Meg y la
arrojaron por la ventana, ella cayo al menos 4 pisos hasta impactar en el
suelo.
Sam regreso a
desatar a su hermano y luego los 2 corrieron al borde de la ventana, solo para
asegurarse que el cuerpo sin vida de Meg estaba tirado en la banqueta de la
calle.
--- Supongo que
a los Daeva no les gusta recibir órdenes. --- murmuro Sam
--- Parece que
no…. Escucha Sam…La próxima vez que quieras una chica, búscate una chica que no
esté loca ¿si? --- le pregunto Deán con ironía.
Los Winchester
estaban tan concentrados en el cadáver de Meg que no se acordaron del otro
chico, había sido una suerte que después del ataque del Daeva, Jeff
se lograra sostener de un cable del ascensor para no caer en la planta
de abajo.
Jeff volvió a
subir hasta aquel lugar y se mantuvo
alejado de sus hermanos, se sentía muy avergonzado, al final
habían sido Sam y Deán los que habían acabado con aquel demonio. Con lágrimas en los ojos, salió del sótano
y empezó a caminar por la calle sin rumbo. Al cabo de un buen rato de caminar
se dio cuenta que un coche negro le seguía, era un Impala del 67.
Jeffrey
se metió en una tiendecita de comestibles y en un despiste del tendero, se fue
a la trastienda y salió por la salida de carga. Desapareciendo así de la vista
de los Winchester. Pero al girar la esquina, estaba el impala cruzado cortando
el camino con Sam y Deán esperándolo con los brazos cruzados.
--- ¿Ibas a alguna
parte chico? --- le
pregunto Deán arqueando una ceja,
Jeffrey pensó cuanto se parecía Deán a John. Jeffrey estudió
rápidamente las posibles salidas, no muchas, sinceramente. Aquello era muy
desalentador.
--- Te he preguntado si ibas a alguna parte, chico --- volvió
a repetir Deán al ver sus intenciones de escapar.
--- Creo que no -– dijo Jeff con una mueca de disgusto,
ambos hermanos lo miraron un minuto mas en silencio para tomar una decisión.
--- Sube al coche,
te llevamos a casa --- dijo Deán. Jeff obedeció
--- No hay casa
donde llevar --- dijo un poco triste ya que después de la pelea y
su acto de escapismo, ni loco regresaría a la casa de su padre por que
seguramente lo mataría.
--- Entonces
vendrás a la nuestra --- dijo
Sam, sin girarse a mirar a Jeff, simplemente lo miró a través del retrovisor.
A los 5 minutos de camino Jeff hizo la cosa más estúpida de su vida, se lanzó del
coche en marcha, dio contra el asfalto y empezó a rodar. Los
coches lo fueron esquivando. Deán se paró en el acto. Y Salió como un rayo del coche para ver si el chico estaba bien. Jeff
estaba hecho un ovillo en un lado de la carretera gruñendo de dolor.
--- AUUUUUUUUUUUUUUUU --- se quejaba el chico.
--- ¡Pero que
demonios! ¿Te has vuelto loco? ¿Quieres que te maten? --- le grito Deán, agarrándolo para ver si tenía lago roto.
--- AUUUUUUUUUUUUUUU
duele, en las películas no parece tan
doloroso. --- dijo Jeff.
--- ¿En las películas? ¡En las películas! --- le grito Deán y le dio un golpe en la cabeza.
--- AUUUUUUUUUUUUU --- Jeff se llevó la mano a
la nuca donde Deán le había dado el pescozón. Deán se
lo cargó al hombro y
lo llevó de nuevo al coche.
--- Sam, ve atrás y vigila al tonto este. ---
ordeno Deán
--- Oye ¿a quién llamas
tonto? --- pregunto Jeff ofendido y sin dejar de sobar su hombro adolorido.
--- a ti --- dijeron Sam y Deán a la vez
--- Creo que me he
roto el omoplato. --- se quejo Jeff para ignorar a sus hermanos, aun
que el dolor si era autentico.
--- Déjame ver --- dijo Sam sacándole con
cuidado la cazadora y levantándole la camiseta --- No, no está roto, pero te va a doler un
montón los próximos días --- le dijo Sam, Jeff solo suspiro y se dejo
caer en el asiento del auto.
Para cuando llegaron al
motel, Sam se bajo de auto con todas sus armas mientras que Deán tuvo que
sostener el brazo del muchacho para ayudarlo a caminar.
--- ¿Por que no
dejaste todo eso en el auto? --- le pregunto a Sam por las armas que mantenía
en esa gran bolsa.
--- Lo dije antes y lo vuelvo a decir otra vez,
mejor prevenir que lamentar. --- dijo Sam, los 3 entraron en la habitación y
apenas encender la luz notaron una silueta masculina adentro, Deán le apunto
con su arma por un segundo antes de descubrir quien era.
--- ¿Papá? --- balbuceo Deán al ver el cansado rostro de su
padre, sonriéndolo e incluso derramando un par de lagrimas.
--- Hola, hijos.
--- dijo John feliz de volver a verlos, Deán camino muy rápido hasta darle un
gran abrazo a su padre. John no quería
soltar a Deán pero lo hizo pues también había mas hijo a los que debía
reconfortar.
--- Hola, Sam
--- dijo con una sonrisa cuando vio a su hijo caminar hacia el.
--- Hola, papá.
--- Era una
trampa, yo no sabia, discúlpame. --- dijo Deán alarmado.
--- Esta bien,
yo lo imaginaba. --- murmuro John.
--- ¿Estabas
allí? --- le pregunto Sam impactado y aliviado de que su padre no hubiera
entrado a ese edificio.
--- Si, llegué justo para ver caer a la chica de
la ventana… Ella era la mala. ¿Verdad?
--- Si, Señor --- dijeron ambos al mismo tiempo,
pues Jeff aun permanecía fuera de la puerta del cuarto, tratando de esconderse
o de que la tierra lo tragara vivo.
--- Bien, pero eso
no me sorprende. Ya había tratado de
detenerme.
--- ¿El demonio?
--- pregunto Sam, su padre asintió.
--- Él sabe que
estoy sobre él, sabe que lo voy a matar… No solo un exorcismo y mandarlo al
infierno donde pertenece... Voy a matarlo. --- dijo John muy seguro de si
mismo.
--- ¿Como? ---
pregunto Deán, el sabia que matar a demonios era algo imposible de hacer pero la decisión en el rostro de su
padre lo hacia dudar.
--- Estoy
trabajando en ello. --- murmuro John.
--- Déjanos ir
contigo… Te ayudaremos. --- pidió Sam
--- No, Sam… Todavía
no. Trata de entenderlo, ese demonio es algo terrible…. No los quiero en el
fuego cruzado… No quiero que los lastimen.
--- Papa no
tienes que preocuparte por nosotros --- le dijo Sam, John se puso a llorar como
en mucho tiempo no lo hacia.
--- Claro que lo
hago… Soy su padre… Escucha Sammy, la última vez que estuvimos juntos, tuvimos
una gran pelea.
--- Si, Señor.
--- murmuro Sam con pesar, John lo miro por unos segundos y le sonrió entre
lagrimas, ahora sentía mucho lo que había pasado antes.
--- Te adoro
hijo… Ha pasado tiempo. --- le dijo John.
--- Demasiado
--- agrego Sam, entonces los dos también se abrazaron, llorando por la
felicidad de volverse a tener, Deán los miraba con orgullo a un lado pero fue
cuando John vio a Jeff en la puerta, así que dejo a Sam un momento y le hizo
una seña con el dedo al chico para que se acercara.
Jeff dudo en
acercarse pero cuando finalmente lo hizo, se vio envuelto en un cálido abrazo
de su padre, sus lagrimas empezaron a caer cuando noto que su padre lloraba por
el.
---- Estaba preocupado, no tenias que huir así… lamento no haberte dicho
la verdad antes pero tu eres mi pequeño y yo solo te quería proteger…. Te
amo demasiado como para perderte. --- le decía John.
--- Perdóname papá--- yo solo quería vengarme
y no pensé bien, perdóname no… no quería hacerte sentir mal --- le dijo Jeff,
Sam y Deán miraban incrédulos la escena, ahora si que no podía entender nada.
--- De acuerdo, ¿Qué pasa aquí? ¿Quién es
este niño papá? --- pregunto Deán algo molesto a John, quien dejo a Jeff aun
lado para que se sentara en la cama, el era quien debía hacer frente a sus
otros hijos, era su deber explicarles.
--- Sucedió después de su madre, ustedes eran
niños y se la pasaban casi todo el día en la escuela… creyeron que papi tenia
una amiga, pero estaba saliendo con alguien… y ella, ella estaba embarazada… queríamos criar al bebe pero --- a John se le fueron las palabras por el
llanto que provoco tanto recuerdo, entonces Jeff se paro a su lado.
--- Pero ella
murió cuando naci… unos vampiros estaban…. Estaban siguiendo a papá y…
--- Por eso tuve
que decidir, regalar al bebe… yo se lo entregue a un hombre en cuanto nació y
el tuvo un buen hogar… hasta hace 10 meses cuando los vampiros los encontraron
y yo… tuve que ir a protegerlo. --- agrego John, abrazando a Jeff para que se
mantuviera un poco al margen.
--- Alto, espera
un minuto… estas diciendo que este chico, este niño, es… nuestro hermano ¿hablas
enserio?--- pregunto Deán confundido, John asintió y sonrió levemente.
--- Su hermano
menor --- aclaro John., sus hijos mayores se quedaron callados y mirándose el
uno al otro, por un rato nadie dijo nada hasta que Jeff se desespero.
--- Lo siento… no
debí venir aquí --- dijo Jeff, por la conversación que había escuchado por el
micrófono le quedaba claro que Deán quería que las cosas fueran como antes y Sam se quería ir, el no
encajaba nada en esa familia.
--- Lo cierto es
que lo que hiciste esta noche fue muy peligroso… pero no serias uno de nosotros
si no hicieras cosas estúpidas… Soy Deán y el…
--- Sam… lo
conocí hace un rato --- dijo Jeff con una risita por haber recordaba la
escenita de pelea que tuvieron en la biblioteca. John se quedo extrañado de
escuchar que Jeff y Sam ya se conocían pero no dijo nada, iba a averiguar eso
después.
--- ¿Y tú eres?
--- pregunto Deán de brazos cruzados.
--- Jeffrey… me llamo Jeffrey --- dijo el niño, el primero en darle la mano
fue Sam aun que seguía teniendo ganas de patearle el trasero, debía ser Cortez.
--- Gusto en
conocerte --- le dijo Deán y le dio la mano, Jeff acepto y se vio tomado de las
manos por sus 2 hermanos, era algo raro para ellos pero John si que lo estaba
disfrutando con orgullo, por fin tenia a sus chicos juntos.
El lindo momento
de hermandad de rompió cuando los Daevas llegaron a la habitación y atacaron
salvajemente a todos, en especial a John (que se había lanzado sobre Jeff para
protegerlo) los Daevas le estaban arrancando la piel a tiras y sus gritos
desesperados se escuchaba hasta la calle, misma donde estaba Meg, sosteniendo
un amuleto con el que estaba controlando el ataque.
--- Cierren los
ojos… Estas cosas son demonios sombras, hay que alumbrarlos --- grito Sam, tomo
una luz de véngala y la arrojo sobre el suelo, pronto una segadora luz blanca
ilumino todo el lugar, desapareciendo a los Daevas y permitiendo a los
Winchester salir de ahí.
--- Vámonos, no
tenemos mucho tiempo… Cuando se vayan las luces volverán. --- decía Sam
mientras abría el impala, John estaba ocupado revisando que Jeff no estuviera
muy herido pues la sangre no dejaba de brotarle de la cabeza.
--- Espera, espera, espera. Sam, espera... Papá,
no puedes venir con nosotros. --- dijo Deán cuando noto que su padre estaba por
entrar al auto.
--- ¿Qué? ¿De
qué estás hablando Deán? --- pregunto Sam molesto.
--- Muchachos están muy mal --- murmuro John
preocupado por el estado de las heridas de todos sus hijos.
--- Estaremos bien. --- le dijo Deán.
--- Deán,
tenemos que quedarnos juntos. Vamos... iremos tras ese demonio juntos --- decía
Sam
--- ¡Sam,
escucha! Casi morimos ahí dentro. ¿No entiendes? No van a detenerse… Lo
intentarán de nuevo. Van a utilizarnos para llegar a él… Meg tenía razón, papá
es vulnerable con nosotros… Es más fuerte cuando no estamos con él. --- aseguro
Deán, John asintió.
--- Papá... ¡No! Pasamos mucho tiempo buscándote.
Por favor, necesito formar parte de esto. --- rogaba Sam, John le puso las
manos sobre los hombros para que se calmara.
--- Esto apenas está comenzando Sam y todos somos
parte de ello… Ahora tienes que confiar en mi, hijo…Tienes que dejarme ir.
---- Yo lo cuidare, se los prometo --- dijo
Jeff en un hilito de voz, John sonrió de que su hijo estuviera preocupado por
el y de sus nobles intenciones de cuidarlo, pero ese trabajo era suyo.
--- No hijo, tu tienes que quedarte con tus
hermanos. --- dijo con una firme decisión.
--- No papá… Yo quiero irme contigo, me
necesitas --- rogo Jeff.
--- Necesito que
estés bien y los demonios no van a dejar de seguirme, por favor Jeffrey
necesito que te vayas con ellos y obedezcas lo que te digan, ellos va a
cuidarte muy bien --- le dijo John, los ojos de Jeff se llenaron de lagrimas en
unos segundos y abrazo a su padre, a John se le partía el corazón por tener que
volver a dejar a Jeffrey pero estaba seguro que esta vez no seria por mucho
tiempo-
--- Hijos, se
que es mucho, mas de lo que pueden entender pero tendrán que entenderlo… lo
mejor que puedan, ustedes son hermanos y tienen que tratarse como tal, es la
única oportunidad que tienen para sobrevivir a esta guerra.--- les dijo,
entonces empezó a caminar lejos de ellos.--- Cuídense mucho ---- grito para
luego subir a su camioneta, los hermanos subieron al impala y ambos vehículos
se fueron en diferentes direcciones, justo frente a la vista de una furiosa Meg.
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