domingo, 31 de marzo de 2013

SPN 2.09 Croatoan



Croatoan
Descripcion Oficial
Después de que Sam tiene una visión de Dean matando a un joven que parece estar poseído por un demonio, los dos hermanos  visitan Oregón en busca de respuestas y descubren que están atrapados en una ciudad infectada por un virus mortal que convierte a las personas en asesinos. Sam se infecta por uno de los locales y se prepara para su muerte, pero después de que no le pasa nada, Dean decide sincerarse y revelar lo que John le dijo antes de morir. Jeffrey  y Zohar se reúnen y reciben una ayuda inesperada para escapar de Franklin, un vampiro obsesionado con las jovencitas.



Deán camina por un largo pasillo oscuro hasta llegar a una especie de sótano, ahí estaba un chico atado a una silla, llorando y suplicando por su vida a las otras personas que había en la habitación. Deán saco su arma y le apunto a la cabeza.

 ---- Dios… Todos vamos a morir. --- murmuro una joven de cabello rubio que por su vestimenta no cavia duda de que era una enfermera.

---- Tal vez está diciendo la verdad. --- dijo otro sujeto, un hombre algo mayor y de color.

---- No es él, ya no. --- aseguro Deán, sin quitar la vista de su objetivo que seguía llorando y suplicando.

---- ¡Detente! ¡La doctora! ¡Que diga la doctora! ¡No está en mí! --- grito el chico atado, Deán giro para ver a una doctora que tabeen estaba presente en el lugar.

---- Yo... sólo... no se que decir. --- dijo la mujer llena de culpa, así que Deán volvió a girarse al joven y cargo el arma.

---- No, por favor, no. --- volvió a rogar el joven

---- No tengo opción. --- dijo Deán y soltó un par de disparos directo a la cabeza del joven. Ahí fue cuando Sam despertó, todo se había tratado de una de sus pesadillas premonitorias, lo cual hacia mucho peor la situación.

---- ¿Sam? --- pregunto Deán al entrar a la habitación de motel y ver a su hermano, pálido y recostado en el suelo.

Sam le conto a Deán sobre su terrible pesadilla y salieron a la carretera en busca de respuestas, Deán no era un asesino y tenían que encontrar a su posible victima antes de que algo malo pasara.

---- Sólo hay dos pueblos llamados Rivergrove --- dijo Sam mientras subía al impala-

--- ¿Cómo sabes que es este de Oregon? --- pregunto Deán.

---- Había un poster. --- respondió Sam, recordando que en la visión había un cartel del centro de salud con que decía; Rivergrove. Oregón.

---- Está bien, ¿qué más viste? --- pregunto Deán

---- Vi un cuarto oscuro, algunas personas, y un tipo atado a una silla. --- comento Sam, recordando pequeños flashazos de la visión.

---- ¿Y yo lo elimino?

---- Si… Pensabas que había algo dentro de él.

---- ¿Un demonio? ¿Estaba poseído? --- pregunto Deán, aun que realmente eso no explicaba un disparo pues eso no mataría a un demonio, no si no era la Colt.

---- No lo sé.

---- Todas tus visiones están relacionadas con el demonio de ojos amarillos… ¿Había humo negro? ¿Intentamos exorcizarlo? --- pregunto Deán.

---- No… Nada… Tú sólo lo mataste y ya. --- dijo Sam

---- Estoy seguro de que tenía una buena razón. --- aseguro Deán, le costaba algo de trabajo imaginarse a si mismo disparando a un chico inocente, no era secreto que no tenia dificultad para matar criaturas pero ¿humanos?, eso era diferente.

---- Eso espero. --- murmuro Sam

---- ¿Eso espero?--- le pregunto Deán conmocionad, eso quería decir que Sam tenia dudas sobre el, sobre su propio hermano. ---  No voy a matar a un hombre inocente… jamás lo haría, Sam --- aseguro nuevamente,

---- Nunca dije que lo harías.… No sabemos lo que es… Pero sea lo que sea, ese tipo en la silla es parte de eso… hay que encontrarlo y ver que es. --- dijo Sam, sonando bastante tranquilo aun que por dentro estaba realmente nervioso por lo que su hermano fuera a hacer.

Casi una semana había pasado desde que Zohar, Nikki y Jeff desaparición del St.James y su búsqueda se estaba llevando a puerta cerrada, el director Green decidió no dar aviso a las autoridades  o a las familias sobre la desaparición de los chicos pues eso traería una mala fama para la escuela, al resto de los alumnos se les dijo que el trió de jóvenes había sido enviado a un intercambio estudiantil a Europa, y que no regresarían en algunos meses. Todos creyeron la noticia, excepto Grant Blackwell que se pasaba todo el tiempo siguiendo al vampiro Leo, buscando alguna pista sobre el paradero de sus amigos.
 --- Si sabes que puedo olerte ¿verdad niñito? --- pregunto Leo con ironía y se giro para ver el corredor detrás de él y Grant salió a la vista.
--- Y tú si sabes que desaparecer a 3 chicos en una escuela llena de cazadores, es una locura ¿verdad? --- le pregunto con la misma ironía, Leo mostro sus colmillos y en medio segundo azoto al chico contra los casilleros.
--- ¿De que demonios estas hablando? --- le pregunto Leo irritado y apretándolo cada vez mas fuerte del cuello, entonces  una flecha cayo sobre la espalda de Leo y este se desmayo al instante.
--- De eso hablo, idiota. --- le dijo Grant y giro su cabeza para ver al director Green y al señor Forbes, los dos cazadores se habían unido para encontrar a los chicos aun que eso no significaba que confiaran el uno en el otro.
Rivergrove. Oregón.
Los hermanos llegaron al pueblo de la visión de Sam y como si fuera obra del destino, encontraron a uno de los sujetos de dicha visión.

--- Él estaba ahí. --- dijo Sam, señalando al hombre que cargaba la gasolina frente a ellos. Deán asintió con la cabeza, busco sus identificaciones falsas y salió del auto.

--- Buen día. --- dijo Deán, acercándose al hombre.

--- Buen día… ¿Puedo ayudarlos? --- les pregunto el amable hombre.

--- Billy Gibbons, Frank Beard… somos alguaciles. --- dijo Deán y ambos hermanos mostraron sus places al hombre.

--- ¿De que se trata? --- cuestiono el hombre, cruzando sus brazos.

--- Estamos buscando a alguien… Un joven, de 20 años… Tiene una pequeña cicatriz en la frente. ---  comento Sam, forzando a su mente a recordar hasta el mas mínimo detalle de su visión, por eso recordó lo de la cicatriz.

--- ¿Qué hizo? --- pregunto el hombre, claramente sabiendo de quien se trataba.

--- Estamos buscando a otra persona, pero creemos que este joven podrá ayudarnos… No está metido en ninguna clase de problema, ni nada…. Bueno aun no. --- comento Deán y entonces noto que el sujeto tenia una cadena del ejercito colgando de su cuello y no cualquier insignia  ---- Creo que tal vez usted... Sepa quien es, Sargento maestro... Mi padre estaba en la fuerza, era un Cabo. --- comento Deán sonriente.

--- ¿Qué compañía? --- pregunto el sargento

--- Echo-2-1. --- dijo Deán con orgullo, conociendo a los sujetos del ejercito, de la marina, etc… todos eran iguales, todos felices por ayudar a sus compañeros de guerra.

--- ¿Puede ayudarnos? --- le pregunto Sam

--- Duane Tanner tiene una cicatriz así… Pero lo conozco, es un buen chico. --- dijo el sargento, los hermanos se miraron el uno al otro.

--- Estoy seguro de eso… ¿Sabe dónde vive? --- le pregunto Deán

--- Con su familia, en la calle Aspen. --- les dijo el hombre, Deán le agradeció y ambos hermanos se fueron caminando para inspeccionar el pueblo, todo era tranquilo, todo parecía mucho mas silencioso de lo que era común en pueblitos de ese estilo. De pronto una vieja campana junto a un árbol seco llamo la atención de Sam

--- Oye --- Sam llamo a Deán para que mirara la curiosidad del asunto.

--- ¿"Croatoan"? -– leyó Deán, desde una vieja raspadura que había en el tronco seco del árbol.

--- Si… Roanoke… La colonia perdida…. ¿No te suena? --- pregunto Sam, Deán lo miro con incredulidad pues era claro que no sabia nada del tema. ---  ¿Pusiste algo de atención en las clases de historia? --- pregunto Sam con ironía.

--- Si… El tiro que se escuchó alrededor del mundo, cómo las costumbres se vuelven leyes. --- balbuceo Deán, Sam se rio irónicamente.

--- Eso no es de la escuela… Son canciones de Rock --- dijo Sam molesto. --- Como sea… Roanoke fue una de las primeras colonias inglesas de América… En los 1500. --- comento Sam

--- Si,... me acuerdo de eso… La única cosa que dejaron fue una palabra tallada en un árbol… Croatoan. --- dijo  Deán, recordando la historia pero no por la escuela, si no porque su padre se la había contado una vez.

--- Si, y hubo varias teorías... Ataques indios, enfermedades… Pero nadie supo que pasó realmente… Todos desaparecieron en una noche. --- dijo Sam

--- ¿Crees que es lo que sucede aquí? --- pregunto Deán entre risas, aquello era una historia bastante ilógica y si sentido como para que estuviera pasando realmente.

--- Lo que haya visto en mi cabeza, estoy seguro que no es bueno… ¿Pero quién crees que podría hacer algo así? --- Pregunto Sam, Deán se encogió de hombros.

--- Como dije, tus visiones están relacionadas con el demonio de ojos amarillos, así que… --- sugirió Deán.

--- Deberíamos conseguir ayuda… Bobby… Ellen, quizá. --- sugirió Sam. Así que los dos hermanos continuaron caminando por el pueblo, trataron de llamar a Bobby y Ellen pero ninguno de sus teléfonos funciono.

---- No tengo señal. -– exclamo Deán

--- Yo tampoco… --- confirmo Sam, así que tomaron el teléfono de la esquina para llamar pero igual, la línea estaba muerta por completo.

---- Te diré una cosa… Si fuera a masacrar a un pueblo, este sería mi primer paso. --- dijo Deán con seguridad, todo aquello comenzaba a ponerse realmente feo.

Jackson, Mississippi
Jeff había empezado a tener una vida de príncipe, Russell se la pasaba llevándolo de compras y de viaje de un sitio para otro, era como si quisiera mantenerlo alejado de la mansión o de laguna otra cosa en especial… como de Zohar. La pobre chica no lo había pasado para nada bien en esos días pues el vampiro que la custodiaba, Franklin se empezaba a obsesionar con ella y bebía de su muñeca cada vez que le daba la gana.
Esa tarde, Franklin decidió sacar a Zohar de su encierro y la llevo al comedor principal, la ato a la silla y dejo que el presento Talbot la acariciara por todas partes.
--- Eres muy… exótica... Eres buena niña ¿Si lo eres?... Que bonita. --- decía Talbot a Zohar, ella no decía nada pero su repulsión era obviada por sus gestos.
--- Piérdete Talbot. --- finalmente le dijo Franklin
--- Se que no es bueno combinar demasiado pero… tu y tu… amiga mascota llena de sangre… son todo lo contrario a mi decoración. --- aseguro Talbot, haciendo gestos de repulsión por toda la sangre seca que manchaba el uniforme escolar de Zohar.
--- A nadie le interesa que pienses, así que cierra lo boca. --- grito Franklin a Talbot. --- Tranquila Zohar, este es solo la conserje, no lo escuches. --- le dijo a la niña para calmarle los nervios, que mas bien eran corajes.
--- Psicópata imbécil. --- grito Talbot al escuchar como se referían a su persona, luego mostro sus colmillos, Franklin también y estaba apunto de atacarse cuando la puerta principal se abrió y Russell entro con Jeff a la residencia.
--- ¿Jeffrey? --- pregunto Zohar con un cumulo de emociones en el rostro,  Jeff se puso mas blanco que un papel al verla allí.
--- ¿Por qué sigue aquí? --- pregunto Jeff furioso, el pensaba que Zohar se encontraría a salvo en ese momento no que estaría ahí, toda manchada de sangre y mal teñida.
--- ¿Por qué sigue aquí? --- pregunto Russell con mucha paciencia, lo cierto es que el también había dado la orden de que la regresaran a casa, el era un vampiro de palabra y no le gustaba que lo contradijeran.
--- Ella quiere estar conmigo. --- dijo Franklin a la defensiva.
--- Por eso esta atada. --- exclamo Talbot con ironía.
--- Es mía. --- volvió a murmurar Franklin
--- Relájate tigre, no van a quitártela… de hecho a mi me parece que hacen una maravillosa pareja,  ¿no crees Jeffrey? --- pregunto Carmel quien iba entrando a la habitación y se coloco detrás de Jeff, acariciándole las hombros.
--- Sin duda. --- respondió Jeff, Zohar se escandalizo al escuchar tal respuesta.
--- ¿Y porque sigue el aquí? --- pregunto Talbot, señalando a Franklin. Era muy claro el desprecio que se tenían entre ellos.
--- Porque aun tengo asuntos con el rey. – le respondió Franklin.
--- Cariño… Quedamos en que no trabajarías en casa. --- le recordó Talbot a su esposo quien solo le sonrió con sarcasmo.
--- Cariño, soy el rey… Franklin, jamás me decepciona… ¿esta bien si vamos a mi estudio? --- pregunto el rey, ignorando a su pareja y abandonando la sala junto a su súbdito que sonreía complacido por haber ganado las atenciones de su majestad.
--- ¿Que sucede aquí?, ¿Que sucede contigo? --- pregunto Zohar a Jeff, estaba confundida de verlo vestido de forma tan elegante y de verlo dejarse tocar por Carmel, era como si Jeff estuviera disfrutando de su estancia.
--- Si Jeff, tu comportamiento es un poco… errático. --- dijo Carmel con una temible sonrisa, sin embargo Jeff continuaba estoico, pensando en la mejor respuesta para todos.
--- Ayúdame. --- rogo Zohar, dejado caer una lagrima atreves de su mejilla.
--- No. --- respondió Jeff tan sínicamente como podría haber sonado, aun que por dentro su corazón se le hacia pedazos. Estaba lastimando a una chica inocente, a una chica que parecía quererlo pero realmente no tenia opción, la tenia que proteger, aun que eso conllevara el perderla.
Mientras tanto el rey continuaba charlando con Franklin, lo cierto es que su trabajo en esa casa ya estaba terminado y solo estaba esperando por su jugoso pago.
--- Como siempre, el deposito se ira a tu cuenta de ahorros. --- aseguro Russell
--- Pero quiero el dinero. --- murmuro Franklin, sin mirar al rey para no demostrar  desobediencia o insubordinación alguna.
--- La última vez que te di dinero, te lo gastaste todo en un casino de Atlanta… y atacaste a un grupo de ancianas. --- conto el rey.
--- No me dejaban jugar nunca. --- aun murmuro Franklin, el rey se burlo  de el pues podía hacerse una idea del porque de dicha petición.
--- ¿Porque estas arrastrando a otra chica? … eres un hombre muy descuidado… Y ya me canse de limpiar tu desorden. --- reprocho el rey, recordando la docena de veces en las que su súbdito había tomado a niñas como Zohar y las había llevado al abismo de la locura y de la muerte.
--- Mi rey, le aseguro que ella es completamente diferente, es un desastre… parecemos gemelos, nuestra atracción es… natural. --- aseguro Franklin, el rey volvió a burlarse.
--- Franklin, eres un demente… pero me gusta tu trabajo… llévatela si quieres… solo mantengámoslo entre nosotros… no quiero que nuestro joven profeta se entere de que he roto nuestro acuerdo. --- pidió el rey.
 --- Claro que si, gracias su majestad… es muy generoso. --- le dijo Franklin.
--- Lo se… solo una ultima cosa… ¿Qué pudo contarte ella sobre la orden de sangre? --- cuestiono el rey, pues ese era su interés principal para haber capturado a Zohar.
--- Nada que no sepamos ya… su padre es el líder de los cazadores… y ellos continúan buscando a la hermana… estoy seguro de que recuerda a nuestra pequeña Tam…
--- La recuerdo. --- dijo el rey, no quería volver a escuchar ese nombre en su existencia. --- Puedes irte, te llamare si te necesito… por ahora mantente muy alejado de aquí… y trata de mantener a esa chiquilla por un tiempo. --- pidió Russell, Franklin asintió y salió del despacho.
Mientras tanto, Sam y Deán llegaron a la cabaña donde vivía el chico de la visión de Sam, era una casa pequeña y les abrió un chico no mayor de 16 años.

--- ¿Si? --- les pregunto el chico.

--- Hola, buscamos a Duane Tanner, vive aquí, ¿no? --- pregunto Deán

--- Es mi hermano. --- dijo el chico.

--- ¿Podemos hablar con él? --- pidió Deán.

--- Ahora no se encuentra aquí. --- murmuro el chico.

--- ¿Sabes dónde está? --- volvió a preguntar Deán.

--- Si, se fue a pescar al lago Roslyn. --- aseguro el chico.

--- ¿Están tus padres en casa? --- le pregunto Sam, le parecía algo raro que un niño saliera a atender a dos supuestos alguaciles en lugar de un adulto responsable.

--- Si, están adentro. --- dijo el chico.

--- Jake, ¿quién es? --- se escucho a un hombre gritar y un segundo después salió el padre de los chicos a la puerta.

--- Hola, somos alguaciles, señor… Estamos buscando a su hijo Duane. --- le dijo Deán

--- ¿Porque? ¿Esta en problemas? --- cuestiono el hombro

--- No, no sólo necesitamos hacerle un par de preguntas de rutina --- aseguro Deán

--- ¿Cuándo regresará de su viaje? --- le pregunto Sam

--- No estoy seguro. --- dijo el hombre, claramente fingiendo una sonrisa en su rostro.

--- Tal vez su esposa lo sepa. --- sugirió Sam

--- No, no lo sé… No está aquí ahora. --- aseguro el hombre.

--- Su hijo dijo que si. --- recordó Deán, el chico dijo que sus padres, ambos estaban en el interior de la casa.

--- ¿Así? --- pregunto el niño con ironía y desprecio en su voz.

--- Fue a la tienda… Cuando Duane regrese, ¿hay algún teléfono donde pueda llamarlos? --- pregunto el hombre, sonando bastante servicial pero ni así pudo engañar a Deán.

--- No, volveremos después. --- le dijo Deán, el hombre de la casa asintió y les cerro la puerta.

--- Eso fue un poco extraño, ¿no? Demasiado amables. --- dijo Deán

--- Si, mucho. --- reafirmo Sam, ambos estaban tentados a irse pero una corazonada les hizo quedarse un poco mas y mirar por la ventana.

Dentro de la casa estaba ocurriendo algo horrible, el padre y el hijo tenían atada a la dueña de la casa en una silla, la habían golpeado mucho y ella estaba sangrando, mientras trataba de gritar por ayuda.

--- Está bien, mamá… No va a dolerte. --- decía el hijo mientras se cortaba su propia muñeca, el esposo sujetaba los hombros de la mujer mientas el chico dejaba caer su sangre sobre ella. Los hermanos Winchester vieron casi todo desde la ventana y entraron corriendo. Deán le disparo al señor en el estomago y lo mato, mientras que el hijo logro saltar por la ve3tnana, Sam lo siguió unos metros pero lo dejo escapar.

Al mismo tiempo, Jeff estaba en una especie de bodega que era muy especial para el rey de los vampiros pues ahí guardaba todos sus trofeos, sus cosas de valor preciados. También había muchas fotografías de Russell y Talbot en muchas partes diferentes del mundo.
--- Recuerdo ese viaje a Tokio, ha sido de los mejores… festines que he tenido en mi existencia. --- comento Talbot al percatarse que Jeff sostenía su foto en dicha nación.
--- ¿Y… Cuánto tiempo llevan juntos? --- pregunto Jeff con interés, pues había muchas fotografías que eran en blanco y negro u otros donde había vestimentas viejas.
--- Ha… cerca de 700 años… aun que a veces parecen 7 millones. --- respondió Talbot entre risas.
--- Espero que sepa la suerte que tiene. --- murmuro Jeff, se le hacía muy difícil imaginarse a dos hombres pasar tanto tiempo juntos y sin ningún arrepentimiento. Desearía que Ángel le hubiera permitido tener lo mismo con él. --- ¿Y… Qué es esto? --- pregunto Jeff, tomando una especie de revista antigua del mostrador.
--- Erótica - vampírica japonesa del siglo XVI… tiene detalles exquisitos. --- le comento Talbot, Jeff la ojeo un poco y en efecto, era pornografía japonesa muy vieja.
--- ¿Aprendiste algún truco? --- le pregunto Jeff, no porque le interesara sino para matar tiempo entre ellos, aun que odiara estar ahí debía mantener un perfil bajo, tratar de adaptarse, al menos hasta que encontrara alguna salida.
--- Ho bueno… nada ha cambiado querido, excepto la pareja. --- le comento Talbot, ambos empezaron a reírse por lo absurdo que sonaba la frase.
--- Hay una gran colección aquí. --- reconoció Jeff, mirando hacia todas partes en la habitación.
--- Y no has visto nada… Russell es un chiquillo demandante… cuando quiere algo, hace lo que sea para conseguirlo… hace lo mismo con las personas, así que… cuídate.--- le dijo Talbot, Jeff le sonrió un poco antes de girar la cabeza y ver una cruz de oro cubierta con piedras preciosas, le parecía muy familiar pero no recordaba de donde.
--- ¿Y esa?  --- pregunto Jeff, señalando la cruz.
--- La cruz de San Jorge, creo que Russell la encontró en Roma… creo en el siglo XV. --- comento Talbot, Jeff hizo un enorme esfuerzo por recordar donde había visto dicho artefacto, pues algo le decía que tenia muchas respuestas. 
Mientras tanto, Sam y Deán llevaron a la mujer mal herida al centro medico local, la mujer había entrado en crisis nerviosa y ni siquiera se había dado cuenta de quienes la habían rescatado.

--- ¿Hola? ¿Hola? Necesitamos un doctor aquí. --- gritaba Sam, entonces salió una enfermera rubia (a la que Sam reconoció por su visión)

--- Sra. Tanner,.. ¿Qué ocurrió? --- pregunto la enfermera

--- Fue atacada. --- dijo Sam

--- Dr. Lee. --- grito la enfermera, entonces apareció la doctora que efectivamente era la misma de la visión de Sam.

--- Pásenla. --- dijo la doctora nada mas ver a su vecina sangrando, entonces se percato de que atrás de Sam venia Deán, cargando a un muerto en los hombros.

--- ¿Ese ese... el señor Tanner? ¿También a él lo atacaron? --- pregunto ella.

--- No, en realidad, él fue el atacante y después le dispararon. --- dijo Deán

--- ¿Dispararon? --- pregunto la mujer alucinada, Vivian en un pueblo muy tranquilo y casi nunca había escuchado sobre incidentes con armas de fuego.

--- Sí. --- dijo Deán, frustrado y fatigado por el peso del hombre sobre su cuerpo.

--- ¿Y quién es usted? --- pregunto ella.

--- Un alguacil… Le mostraría mi placa, pero... --- Deán giro su cabeza hacia el cuerpo que cargaba en búsqueda de comprensión de parte de la doctora.

--- Lo lamento…póngalo por acá. --- dijo la mujer, apenada por no haber ayudado a Deán con el peso desde el primer momento.

Así que la doctora comprobó que el señor Tanner estaba muerto por las heridas de bala, luego atendió a la sobreviviente del ataque, la señora Tanner que continuaba en un estado de Shock por lo que había pasado en aquel día. Aun así logro contarlo todo.

--- Espera, ¿has dicho que Jake lo ayudó? ¿Tu hijo Jake? --- le pregunto doctora, no podía creer lo que estaba escuchando.

--- Me golpearon, me ataron. --- repitió la mujer llena de lagrimas.

--- No puede ser. --- murmuro la joven enfermera.

--- Beverly, ¿tienes alguna idea de... por qué actúan así? ¿Algún antecedente de dependencia a sustancias adictivas? --- cuestiono la doctora, era la única explicación para que sus vecinos, los que conocía desde hacia años se hubieran convertido en unos monstruos.

--- No, claro que no… No sé por qué…Un momento eran mi marido y mi hijo, y después tenían al diablo dentro. --- aseguro la mujer.

--- Tenemos que hablar. --- le dijo Sam a su hermano y los dos salieron al pasillo para charlar en privado.

--- Estaban totalmente desquiciados. --- dijo Deán

--- ¿Qué crees? ¿Posesión masiva? --- pregunto Sam, pues era la única teoría en la que su mente podía pensar.

--- Si es posesión, debe haber más… Sólo Dios sabe cuántas, podría ser una maldita convención… Es una forma de destruir una ciudad… Tomándola desde adentro.--- comento Deán

--- No vimos ese humo de demonio con los Tanner, ni ninguna otra señal. --- dijo Sam, Deán se quedo pensando, recordando que lo que decía su hermano era verdad.

--- Sea lo que sea, algo los convirtió en monstruos… sabes que si hubieras matado al otro... habría una preocupación menos --- reprocho Deán, recordadnos que Sam había tenido el alcance perfecto para matar a la otra cosa pero la había dejado ir.

--- Lo siento ¿si?, lo dude Deán… Era un niño. --- dijo Sam

--- No, era una cosa… pero ya ni llorar es bueno, Sam --- dijo Deán aun molesto, entonces salió la doctora a caminar por el pasillo, aun se veía conmocionada por la historia delos Tanner.

--- ¿Cómo está el paciente? --- le cuestiono Deán antes de que la mujer se atreviera a hacer preguntas innecesarias sobre ellos o su discusión.

--- Muy grave… ¿Qué demonios paso halla? --- les pregunto la mujer.

--- No lo sabemos. --- dijo Deán, claro que lo sabían pero no lograban entenderlo tampoco.

--- Pues mataron a mi vecino de junto. --- reprocho la doctora.

--- No tuvimos otra opción. --- dijo Deán.

--- Tal vez, pero voy  a necesitar al comisario y al forense. --- le respondió la doctora, los hermanos se miraron con culpabilidad pues si alguna autoridad verdadera los descubría, iban a estar en muchos problemas legales.

--- No hay teléfonos. --- dijo Sam, ahora feliz de que el pueblo estuviera incomunicado.

--- Lo sé, ya intenté… Díganme que tienen un radio policial en el auto. --- dijo doctora

--- Sí tenemos, pero no funciona, al igual que todo.--- se excuso Sam

--- No entiendo qué está sucediendo. --- murmuro la doctora, rendida y cansada por lo estresante que empezaba a ponerse esa situación.

--- ¿Qué tan lejos está el próximo pueblo? --- le pregunto Deán, comenzando a pensar en el nuevo plan de acción para su caso-

--- Aproximadamente 40 millas al sur. --- dijo la doctora, Deán asintió complacido.

--- Iré allá a buscar ayuda… Mi compañero se quedará para que las cuide. --- le Deán y empezó a caminar hacia la salida pero se quedo parado al escuchar la reacción de la mujer.

--- ¿Cuide? ¿De qué? --- le había preguntado la doctora.

--- Después le digo eso. --- le respondió Deán y se fue a toda prisa del centro de salud. Confiando en que Sam pudiera manejar la situación

Deán iba por el camino a la carretera para salir del pueblo, cuando encontró un auto abandonado y bloqueando el paso. Así que Deán bajo del impala para inspeccionar y encontró un desarmador manchado de sangre y al igual todos los asientos del auto llenos de sangre.

Por su parte Sam continuaba haciendo guardia en el centro medico, mientras que la Doctora analizaba la sangre del señor Tanner en busca de alguna respuesta convincente para ella, sin embargo se desconcertó al poner una de sus muestras de sangre bajo el microscopio.

--- ¿Qué? --- le pregunto Sam al percatarse de que ella se había puesta pálida como el papel de un minuto para otro.

--- Su porcentaje de glóbulos blancos es bastante alto… Su cuerpo estaba luchando contra una infección viral. --- explico la doctora

--- ¿De veras? ¿Qué tipo de virus? --- pregunto Sam alucinado.

--- No estoy segura. --- le dijo ella.

--- ¿Cree que una infección lo que pudo haberlo hecho actuar así? --- pregunto Sam, pensando en que tal vez todo fuera mucho mas normal que sobrenatural, teoría que se esfumo un segundo después.
--- Algunas pueden causar demencia, pero no ese tipo de violencia… Y además, nunca oí acerca de una infección que le haga esto a la sangre. --- comento ella

--- ¿Qué cosa?

--- Hay un residuo extraño. A simple vista... diría que es sulfuro. --- agrego la mujer, Sam comprendió que el sulfuro no podía ser producto de alguna cosa que no fuera sobrenatural.

Mientras tanto, Deán logro llegar a la carretera pero ahí había un montón de hombres con armas, impidiendo la salida del pueblo. El estaba buscando una ruta alterna para marcharse cuando un hombre se paro junto a la ventanilla del impala y lo asusto.

--- Lo lamento… Los caminos están cerrados. --- explico el hombre.

--- Sí, ya veo… ¿Qué sucede? --- pregunto Deán

--- Cuarentena.

--- ¿Cuarentena? ¿Qué pasa? --- Deán esperaba que alguno de esos sujetos supiera algo, así que decidió seguirles el juego.

--- No sé… Algo pasa por aquí --- respondió el hombre

--- ¿Quién te lo dijo? --- le cuestiono Deán.

--- El comisario

--- ¿Esta aquí? --- volvió a preguntar Deán

--- No… Llamó… A ver, ¿por qué no sales del auto y hablamos? --- le pidió el hombre desconocido con una temible sonrisa, en ese momento todos los que hacían guardia en la carretera giraron a ver a Deán como si fueran perro hambrientos, mirando carne.

--- Bueno, eres muy guapo, pero yo no le hago a eso… lo siento. --- le dijo Deán entre risas, el otro sujeto también se rio por un segundo.

--- Te agradecería que salieras del auto, solo un minuto. --- volvió a decir el hombre con esa terrible sonrisa, Deán lo pensó por un segundo y tomo una difícil decisión.

--- Sí, apuesto a que si.  --- murmuro Deán y volvió a poner al impala en marcha, primero retrocedió para arrollar al sujeto de la ventanilla y luego acelero todo lo que pudo para regresar al pueblo, claro que los otros sujetos que bloqueaban el camino le empezaron a disparar pero el logro esquivar todas las balas.

En el centro medico del pueblo, Sam y la doctora le contaban su teoría de la enfermedad a la señora Tanner, esperando que ella pudiera darles más detalles de cómo empezaba el ataque del virus.

--- No entiendo… ¿Me estás diciendo que mi marido y Jake tenían un virus? --- pregunto la señora con incedulidad.

--- Eso es lo estamos tratando de averiguar… Durante el ataque, ¿recuerdas si tuviste algún contacto directo con su sangre? --- le pregunto la Doctora.

--- No crees que tengo el virus, ¿o sí? --- volvió a preguntar la mujer con ironía.

--- Beverly, no sé qué pensar, pero con tu permiso… te sacare un poco de sangre. --- dijo la doctora, la mujer asintió y un segundo después le dio un fuerte puñetazo a la doctora, luego se giro hacia Sam y lo arrojo contra un estante,  trato de atacarlo con unas tijeras pero Sam la golpeo con una botella en la cabeza, dejándola inconsciente.

Deán continuaba de regreso al hospital cuando alguien se interpuso en el camino, era el sargento de la gasolinera y le estaba apuntando con un rifle.

--- ¡Salga del auto! --- grito el hombre

--- Hijo de… --- Deán no pudo terminar su frase pues un segundo después el sargento estaba a escasa distancia de el.

--- ¡Manos donde pueda verlas! Salga del auto. --- volvió a ordenar el sargento.

--- Esta bien... tranquilo amigo. --- dijo Deán y poco a poco fue saliendo del auto, pero en lugar de rendirse como se le había pedido, saco su propia arma y apunto al sargento.

--- Baje eso --- le grito Deán

--- ¡Baja eso! --- le grito el sargento.

--- ¡Baja el arma ahora! --- volvió a gritarle Deán, el sargento bajo su arma momentáneamente.

--- ¿Eres uno de ellos? --- le pregunto a Deán.

--- No, ¿Y tú?

--- ¡No! --- aseguro el sargento

--- ¡Podrías estar mintiendo! --- le grito Deán y ambos volvieron a apuntarse.

--- ¡Tú también! --- le grito el sargento, ahí Deán pudo notar que el hombre estaba bien pues mantenía y completo control sobre sus emociones, así que bajo su pistola.

--- Está bien, está bien… Podríamos estar así todo el día… Tranquilicémonos antes de que nos matemos. --- dijo Deán.

--- ¿Qué le pasa a todos? --- pregunto el sargento.

--- No lo sé.

--- Mi vecino, el señor Rogers…

--- ¿Tienes un vecino llamado señor Rogers? --- pregunto Deán con ironía.

--- Ya no… Me atacó con un hacha y lo maté… No es el único… Eso les está pasando a todos. --- aseguro el hombre.

--- Yo iba hacia el hospital… Todavía quedan algunas personas allí. --- aseguro Deán.

--- Me largo de aquí. --- murmuro el sargento.

--- No podrá, cerraron el puente. --- le dijo Deán.

--- No le creo.

--- Bueno, quédese aquí si quiere. --- murmuro Deán y volvió a entrar al auto, el sargento lo pensó por un segundo y termino subiendo al impala, pero sin dejar de apuntar a Deán con su rifle en ningún momento.

--- Este será un viaje relajante. --- murmuro Deán con ironía y empezó a conducir.

Franklin pasó todo el día de compras, quería darle una bonita sorpresa a Zohar cuando regresara a la mansión y con ello poder darle una buena noticia para ellos. Sin embargo apenas entrar a la mansión escucho los sollozos de su amada y en dos segundos llego al comedor, donde ella permanecía atada a su silla.
--- ¿Qué te pasa? ¿Quién te hizo llorar? Lo hare pedazos. --- amenazo el vampiro, mirando hacia todas partes en busca del  culpable.
--- No fue nadie, es que… tengo mucha hambre y me trajeron esto. --- dijo Zohar, refiriéndose a un plato con flores que estaba delante de ella. ---  Y yo no como azucenas. --- agrego la niña, Franklin tomo el plato y lo arrojo contra la pared.
--- Dile a Talbot que no queremos sus malditas flores, y no regreses… ella solo quiere estar conmigo. --- le grito el vampiro al guardia que salió corriendo de la sala.
Lo cierto era que Zohar no estaba llorando solo por el hambre que tenia, o por el dolor de lo que ese vampiro le hacia, ella estaba llorando por Jeff, por que había visto una mirada de sacrificio en el chico esa mañana y en gran parte ella se sentía culpable.
--- Tenemos que hablar. --- le dijo a Franklin, conteniendo sus lagrimas por un minuto. Ella era una chica dura, siempre lo había sido y era el momento de demostrárselo a todos, el momento de escapar.
--- No digas eso, si dices eso… ya no puedo pensar y despierto rodeado de partes corporales. --- amenazo el vampiro, Zohar se replanteo todo su plan, Franklin podía parecer un hombre maduro pero se comportaba como un chico, como uno de los dediles que caían rendidos a sus pies.
--- Tranquilo, eso no es de lo que quiero hablarte… Franklin… yo solo quiero decirte que… que de verdad me estoy enamorando de ti, te quiero amor… pero si vamos a estar juntos, no quiero que olvides que estoy viva y que tengo necesidades como… alimento. --- le dijo Zohar.
--- Es cierto, me avergüenzo. --- murmuro Franklin con pesar y se dejo caer de rodillas junto a ella, tomo su mano y la beso un par de veces.
--- No es nada grave, te lo recordare. --- aseguro Zohar, entonces Franklin le sonrió.
--- Hare algo mejor… te llevare a un lugar especial para cenar. --- aseguro el vampiro.
--- Seria hermoso. --- Zohar empezaba a sonreír emocionada, una vez que Franklin la sacara de la casa seria un poco más fácil poderse escapar y encontrar ayuda, sin embargo esa idea se fue a la basura cuando Franklin la tomo en sus brazos y la cargo por las escaleras.
--- Pero eso será mañana… Hoy celebraremos tu última noche como humana. --- exclamo Franklin.
--- ¿Que? --- pregunto Zohar, llena de pánico ante lo que acababa de escuchar.
--- Voy a convertirte cariño… ¿Quieres ser mi novia vampiro para toda la eternidad? --- pregunto el vampiro lleno de emoción, Zohar solo fingió una sonrisa pues estaba realmente aterrada de que eso fuera a pasar, por ende debía darse prisa y escapar acomode lugar.
Aun así, Franklin no era tan tonto como parecía y sabia que Zohar estaba mintiendo sobre la causa de su llanto, no pudo evitar ponerse celoso al recordar como se habían mirado ella y Jeff esa mañana, así que llego a la conclusión de que Jeff era el culpable del sufrimiento de Zohar, así que termino por irrumpir hecho una furia en la habitación del niño.
--- Estas nervioso niñito. --- murmuro al ver que Jeff estaba sentado en la cama, presionando sus manos contra su frente.
--- Lárgate de aquí Franklin. --- le pidió Jeff, quien 30 minutos antes comenzó a sentirse mal, era como un mal presentimiento que apachurraba su estomago.
--- ¿O que vas a hacer?,  ¿Decirle al rey?… porque te aseguro que esta demasiado ocupado con su… esposo, como para lidiar con niñerías, aun que… ¿sabes que otra cosa oí?… y estas si que son noticias… noticas grandes amigo y te van a encantar… ese cazador de vampiros, ¿Gordon Walker?… esta tras la pista de tu hermano el fenómeno. --- aseguro Franklin, Jeff sintió como su corazón se aceleraba, Sam estaba en peligro y si bien jamás había hecho preguntas sobre esas raras visiones en los sueños de su hermano, comprendía perfectamente que eran el problema.
--- ¿Dónde están? --- pregunto titubeante, Franklin se burlo de el y se le planto cara a cara.
--- ¿Sabes que?... no voy a decírtelo, y cuando ese cazador acabe con el… voy a traer su cuerpo aquí y me comeré sus huesos, justo frente a ti… eres un estorbo Jeffrey, un remedo de idiota… y te aseguro que Zohar estará mucho mejor conmigo que contigo. --- dijo el vampiro, Jeff empezó a llorar con amargura y Franklin se burlo complacido mientras se iba de la habitación y lo encerraba.
Mientras tanto, en el hospital comenzaba a sentirse la tensión por estar encerrados y a espera de alguna buena noticia.

--- ¿Y si todos lo tenemos? ¿Y si todos nos volvemos locos? --- balbuceaba la enfermera rubia que claramente tenia mucho miedo.

--- Tienes que calmarte… Sólo nos queda esperar, el comisario va a regresar con ayuda. --- le dijo la doctora.

--- No puedo… Me tengo que ir. --- dijo la enfermera en pánico y camino rápido hacia la salida, sin embargo la doctora fue mas rápida y la pudo detener.

--- ¿Pam? --- murmuro la doctora

--- No, no entiendes… Mi novio está allá, debo asegurarme de que está bien. --- explico la enfermera intento salir pero esta vez llego Sam para detenerla.

--- Hey, espera… Espera, por favor… Mira, sé que estás preocupada… Pero es más seguro si te quedas aquí por ahora… La ayuda viene en camino.--- le dijo Sam a la enfermera, en eso se escucho el motor impala.

--- ¡Sammy, abre! --- grito la voz de Deán desde afuera.

--- ¿Llegaron a un teléfono? --- le pregunto Sam apenas abrirle la puerta.

--- Estamos bloqueados --- aseguro Deán y le indico al sargento que iba a sus espaldas que fuera a hablar con la doctora en el otro cuarto.

--- ¿Qué sucede halla, Deán? --- pregunto Sam, preocupado de que la situación iba empeorando a cada minuto.

--- Me siento como Chuck Heston en "El hombre omega"… El sargento es la única persona cuerda que pude encontrar. –- aseguro Deán. --- ¿Con qué lidiamos? ¿Lo sabes? --- volvió a preguntar,
--- Si, la Doctora piensa que es un virus. --- aseguro Sam

--- ¿Si? ¿Tu que crees? --- para Deán no había una palabra más valerosa que la de su hermano, así que quería asegurarse.

--- Creo que ella tiene razón. --- dijo Sam

--- ¿En serio?

--- Y creo que los infectados están tratando de infectar a otros por contacto de sangre a sangre… Ha pero esta mejor… El virus deja rastros de sulfuro en la sangre. --- agrego Sam

--- ¿Un virus demoníaco? --- pregunto Deán con sarcasmo

--- Si un arma química diabólica, al menos explica por qué he estado teniendo visiones. --- aseguro Sam

--- Es como una plaga bíblica. --- le dijo Deán

--- No sabes cuanta razón tienes Deán… He estado viendo el diario de papá y encontré algo sobre una colonia Roanoke… Papá siempre tuvo una teoría sobre Croatoan. El Pensó que era el nombre de un demonio. A veces conocido como Daevaor Reshef… Un demonio de plaga y pestilencia. --- explico Sam

--- Bueno, eso es terrorífico… pero ¿Por qué aquí? ¿Por qué ahora? --- se pregunto Deán

--- No tengo idea… Pero Deán, quién sabe que tanto puede esparcirse esto… Tenemos que salir y  advertirle al mundo. --- aseguro Sam

--- Tienen a uno, aquí dentro. --- se escucho al sargento gritar, así que Deán tomo su arma y camino rápido hasta la bodega de atrás, donde mantenían atada a la señora Tanner.

--- Tenemos que encargarnos de esto. No podemos dejarla ahí dentro…Mis vecinos...eran fuertes… Mientras más esperemos, más fuerte se hará. --- explico el sargento.

--- ¿Van a matar a Beverly Tanner? --- pregunto la enfermera con miedo por lo que estaba escuchando.

--- Doctora, ¿puede existir algún tratamiento? ¿Alguna clase de cura para esto? --- pregunto Sam, si era un virus tal vez podrían hacer una vacuna o algo parecido.

--- ¿Puede curarlo? --- Pregunto también Deán

--- Ni siquiera sé qué es. --- dijo la doctora.

--- Es una cuestión de tiempo para que se libere. --- continuo diciendo el sargento.

--- Solo déjenla ahí… no pueden matarla como a un animal. --- rogo la enfermera

--- Sam. --- dijo Deán para que su hermano abriera la puerta y les diera oportunidad de prepararse para el ataque de la señora Tanner y así fue. Sam abrió la puerta con cautela y dejo ver que la señora Tanner continuaba sentada en la orilla de la habitación.
--- Mark, son ellos… Ellos me encerraron aquí… Trataron de matarme, ellos están infectados, yo no… Por favor, Mark… Me has conocido toda tu vida, por favor. --- rogaba la mujer, si Sam no hubiera sido atacado por ella con anterioridad hubiera pensando que ella estaba sana.

--- ¿Están seguros de que ella es uno de ellos? --- pregunto Deán

---  Si. --- murmuro Sam, Deán asintió y dio un paso enfrente, cargo su arma y sin pensarlo dos veces le disparo a la señora Tanner en la cabeza.

Pasaron algunas horas y los Winchester continuaban sin alguna buena noticia, sin embargo no podían hacer nada más que esperar. La enfermera estaba limpiando los desastres que había provocado la pelea con la señora Tanner cuando una botella rota le rasgo levemente un tobillo.

--- ¡Dios! Dios ¿Hay algo en mi? ¿Estoy bien? --- gritaba la enfermera con pánico, entonces llego corriendo la doctora y la reviso.

--- Estás limpia, estás bien. --- le dijo la doctora

--- ¿Por qué nos quedamos aquí? Por favor, vámonos. --- rogaba la enfermera, rompiendo en llanto por la enorme desesperación que sentía.

--- No podemos porque esas cosas están por todos lados. --- le dijo Deán

--- Dios… ¿Por qué está sucediendo esto? --- grito la enfermera con frustración, Deán sintió pena por ella así que se fue al pasillo con Sam

--- Ella tiene razón en una cosa… No podemos quedarnos aquí… Tenemos que salir de aquí, ir a otro pueblo, un paradero, advertirle a la gente que sucede. --- dijo Sam

---  Ese es un buen punto…  "La noche de los muertos vivientes" no termina muy bien --- dijo Deán con ironía, ahí llego al sargento.

--- No estoy seguro que sea buena idea, estar aquí… Muchos son buenos con los rifles aquí… Aún ustedes con todas sus armas, son blancos fáciles…. A menos que tengan explosivos. --- comento el sargento. Los hermanos se miraron el uno al otro con cierta picardía, estaban en un hospital, con alcohol y otras cosas que serian fáciles de usar para crear bombas.

--- Podemos hacerlos --- aseguro Sam con una sonrisa, entonces se escucho a alguien golpeando la puerta con fuerza.

--- ¡Déjenme entrar, por favor! --- gritaba un chico desde afuera, todos corrieron a ver de quien se trataba.

--- Es Duane Tanner. --- dijo sargento apenas verlo y le abrió la puerta, Sam se quedo perplejo pues era el joven de su visión.

--- Gracias a Dios. ---  murmuro el chico al entrar al lugar.
--- Duane, ¿estás bien? --- le pregunto el sargento, mirando al chico de pies a cabeza para asegurarse de que estaba bien físicamente.

--- Ese es el tipo que yo... --- pregunto Deán a su hermano en apenas un susurro, Sam asintió

--- ¿Quién más está aquí? --- empezó a preguntar el joven, ahí Deán se le acerco para evitar que diera un paso mas dentro del lugar.

--- Oye, oye tranquilo jefe…. Doc, hágale un examen a Duane, por favor. --- pidió Deán y empujo al chico hacia la doctora.

--- ¿Quién eres tu? --- pregunto el joven molesto..

--- No importa quien soy… ¿Doc? --- volvió a indicar Deán

--- Si, está bien. --- dijo la doctora y sentó al chico en un banco para poder examinarlo y tomarle una muestra de sangre.

--- Duane, ¿dónde estabas? --- le pregunto el sargento

--- Estaba en un viaje de pesca por Roslyn, volví esta tarde y vi a Roger McGill siendo arrastrado fuera de su casa por gente que conocemos… Comenzaron a cortarlo con cuchillos, yo corrí… He estado escondiéndome en el bosque desde entonces…. ¿Alguien ha visto a mi madre o mi padre? --- pregunto el chico desesperado

--- Estás sangrando --- exclamo la doctora al ver que la sangre se derramaba desde una de las rodillas del chico, así que se alejo para evitar un contacto directo con la sangre.

--- ¿Quién te lo hizo? --- le pregunto Deán.

 --- Estaba corriendo y tropecé. --- comento el joven, Deán lo miro por un segundo y tomo una decisión.

---  Atenlo… Hay cuerdas allí. --- ordeno Deán, señalando un estante.

---  Esperen. --- dijo el chico e intento levantarse de su silla pero Deán lo empujo de regreso a ella.

--- ¡Siéntate! --- le grito Deán.

--- Lo siento, Duane… Él tiene razón, tenemos que ser cuidadosos. --- dijo sargento y empezó a buscar las cuerdas que Deán había mencionado.

--- ¿Cuidadosos? ¿Con qué? --- pregunto el chico, que aun no estaba seguro de nada de lo que estaba pasando.

--- ¿Sangraron sobre ti? --- le pregunto Deán

--- No. ¿Qué diablos? ¡No! --- grito el joven

--- Doc, ¿hay alguna manera de asegurarnos? ¿Alguna prueba? --- pregunto Sam, empezando a notar que todo iba conduciéndolos a terminar en su visión.

--- He estudiado que la sangre de Beverly una y otra vez. --- comento la doctora

--- ¿Mi madre? --- pregunto el joven pero nadie le dio mas detalles de lo que había pasado con ella o con el resto de su familia.

--- Tomó 3 horas para que el virus se incubara… El sulfuro no apareció en la sangre hasta entonces… Así que, no, no hay manera de saber… No hasta que Duane... cambie. --- explico la doctora.

--- Deán, tenemos que hablar… Ahora.  --- pidió Sam y salió de la habitación, Deán detrás de el.

--- Esta es la visión, Deán… Está sucediendo. --- comento Sam alarmado ante la idea de que su hermano fuera a cometer un homicidio.

--- Si, me imaginé. --- dijo Deán con ironía.

---  No puedes matarlo. ¿Está bien? Todavía no… No sabemos si está infectado o no. ---- dijo Sam

--- Creo que estamos bastantes seguros… El tipo aparece de la nada, con un corte en su pierna, toda su familia estaba infectada. --- aseguro Deán.

--- Deberíamos mantenerlo atado, y esperar. --- sugirió Sam

--- ¿A que? ¿A que él se libere, e infecte a alguien más? No, gracias… No puedo tomar ese riesgo. --- le dijo Deán, Sam lo miro con incredulidad pues no entendía como su hermano mayor podía ser tan frio con la vida de las personas.  --- Mira… No me gusta esto Sam, pero es un trabajo difícil  y lo sabes. --- agrego.

--- Se supone que es duro, se supone que luchemos con esto… ese es el punto. --- le dijo Sam, tratando de recordarle a su hermano como eran los días cuando trataban de salvar la vida de las personas, costara lo que costara.

--- ¿Qué ganaríamos con eso? --- le pregunto Deán.

--- Una conciencia limpia, por una vez.

--- Es muy tarde para eso Sam. --- aseguro Deán e intento irse pero Sam no le dejo hacerlo.

--- ¿Qué diablos te esta pasando, Deán? --- pregunto Sam molesto.

--- ¿Qué? --- le pregunto Deán, fingiendo no entender a lo que se refería su hermano menor.

--- Puede que mates a un hombre inocente, y no te importa para nada… Ya no actúas como tu mismo Deán… actúas como una de esas cosas de afuera. --- le grito Sam, Deán negó con la cabeza y tomo las manos de su hermano con fuerza y lo empujo lejos. Deán salió de la habitación y dejo a Sam encerrado adentro para que no interfiriera con el trabajo.

--- Abre la maldita puerta. --- grito Sam, tratando de abrirla con su propio peso pero no pudo. –- ¡Deán! ¡No lo hagas, Deán! ¡No lo hagas! --- le gritaba Sam pero ya era tarde.

La visión de Sam empezaba a cumplirse, Deán camina por un largo pasillo oscuro hasta llegar a una especie de sótano, ahí estaba un chico atado a una silla, llorando y suplicando por su vida a las otras personas que había en la habitación. Deán saco su arma y le apunto a la cabeza.

 ---- Dios… Todos vamos a morir. --- murmuro una joven de cabello rubio que por su vestimenta no cavia duda de que era una enfermera.

---- Tal vez está diciendo la verdad. --- dijo otro sujeto, un hombre algo mayor y de color.

---- No es él, ya no. --- aseguro Deán, sin quitar la vista de su objetivo que seguía llorando y suplicando.

---- ¡Detente! ¡La doctora! ¡Que diga la doctora! ¡No está en mí! --- grito el chico atado, Deán giro para ver a una doctora que tabeen estaba presente en el lugar.

---- Yo... sólo... no se que decir. --- dijo la mujer llena de culpa, así que Deán volvió a girarse al joven y cargo el arma.

---- No, por favor, no. --- volvió a rogar el joven

---- No tengo opción. --- aseguro Deán pero a diferencia de la visión de su hermano, se quedo pensando por un minuto, no podía seguir siendo ese monstruo frio, no podía seguir por ese camino de ira y menos podía decepcionar a Sammy, no cuando estaba en la misma situación de no saber que cosa era su hermanito.

--- Demonios. --- exclamo Deán y guardo su arma, dejando así al joven con vida.

Franklin tardo unas dos horas en el baño de su habitación, se había afeitado y arreglado como hacia años que no hacia, luego regreso a la habitación de Zohar y la encontró recién bañada y vestida con la ropa rosa que le había comprado esa tarde.
--- ¿Te gusta tu nueva ropa? La escogí especialmente para ti. --- aseguro Franklin.
--- Que dulce eres… Pero ¿dónde estuviste? --- pregunto Zohar tratando de sonar casual y no interesada por el paradero de su captor.
--- Zohar, no me vas a vigilar. --- le grito Franklin molesto.
--- No yo no… solo, te eche de menos Franklin… estaba ansiosa por verte. --- mintió Zohar.
--- ¿Enserio?, pues me cuesta trabajo creerlo… ni siquiera has notado que me afeite… quería verme mas joven para ti… en nuestra noche de bodas. --- reprocho Franklin molesto y cruzándose de brazos.
--- Claro que lo note, pero no quería decirte nada… no hasta tenerte para mi. --- aseguro Zohar, Franklin volvió a sonreír y se arrojo sobre ella en la cama, acariciándola por todas partes y conteniéndose aun de besarla y hacerla suya. --- Desátame, dos manos son mejor que nada. --- pidió Zohar-
--- Eres… una niña muy traviesa. --- exclamo Franklin complacido y la desato, Zohar no tuvo mas remedio que aguantarse el asco que le daba el vampiro para poder besarlo y acariciarlo.
--- Quiero tu sangre ahora… quiero convertirme en vampiro mientras  hacemos el amor, sabiendo que es mi última noche como humana… quiero entregarme a ti… y a la muerte. --- decía Zohar, tratando de sonar llena de pasión para conseguir lo que quería, sin embargo Franklin se le fue encima y la lleno de besos en el cuello.
--- Lujuriosa… quiero hacerlo… muérdeme… muerde mi carne… degusta mi sangre… pruébame, bébeme, aliméntate de mí. --- rogaba Franklin lleno de excitación, Zohar lo pensó un minuto y se dio cuenta de que no había otra opción mas que complacerlo.
--- No tienes que decirlo dos veces. --- aseguro Zohar y mordió con toda su fuerza la carne del cuello de Franklin, la sangre empezó a derramarse por todo el cuerpo del vampiro y alguna logro entrar por la boca de Zohar, ella lloraba en todo momento por que se santa como una cerda haciendo esa porquería con un vampiro.
Jeffrey se había quedado dormido en medio del llanto, estaba soñando con la muerte de Sam cuando Zohar se apareció en el sueño.
--- Zohar. --- murmuro Jeff con miedo, ella se le acerco y le acaricio levemente el rostro, eso se sintió diferente a todo y permitió a Jeff darse cuenta de que ella era real. --- ¿Pero co…como?
--- No te asustes Jeff, voy a sacarte de aquí… espera a que salga el sol… voy a sacarnos de aquí, no me rendiré sin pelear. --- le dijo Zohar, Jeff estaba tan confundido que no podía hablar nada así que Zohar aprovecho para contarle el plan de escape.
Mientras tanto, Deán había dejado salir a Sam de su encierro y se habían puesto a fabricar explosivos caseros con todo lo flamable que tuvieran a la mano, ellos no se estaban hablando pues Sam continuaba molesto por la forma en que su hermano lo trato.

--- Ya pasaron cuatro horas… La sangre de Duane aun esta limpia, no creo que este infectado… Me gustaría desatarlo, si lo consideran. --- entro diciendo la doctora a la habitación.

--- Claro, si --- dijo Sam al ver que Deán no iba a hablar con la mujer.  --- Sabes, que voy a preguntar ¿Por qué? --- le dijo Sam a su callado hermano.

--- Si, lo se. --- murmuro Deán

--- ¿Por que? ¿Porque no lo hiciste? --- le pregunto Sam, cruzándose de brazos y sentándose junto a Deán para mirar su reacción,  pero Deán no le dijo nada, solo continuo armando un artefacto explosivo.

--- Necesitamos más alcohol. --- fue todo lo que Deán le dijo, Sam lo miro con enojo ante su negatividad y termino por irse a la bodega a conseguir el alcohol. Ahí estaba la enfermera rubia, acomodando medicinas.

--- ¿Cómo Estas, Pam? --- le pregunto Sam

--- Bien, esto acabara pronto. --- dijo ella y cerro la puerta del almacén mientras que Sam buscaba lo que necesitaba en unas cajas. --- Es mas...Espere esto todo el tiempo. --- agrego la enfermera

--- ¿Qué cosa? --- pregunto Sam sin entenderla.
--- Tenerte solo. --- respondió la enfermera y con un puñetazo derribo a Sam en el suelo, luego le corto el pecho y ella dejo caer su sangre sobre el, Deán llego en ese momento y le disparo un montón de veces en el cuerpo.

--- Ella sangró en el… El tiene el virus. --- dijo el sargento, quien había presenciado todo el incidente, Sam continuaba tirado en el suelo pero se llevo su mano a la herida del pecho, pensando en que ya estaba muerto.

El sargento y Deán llevaron a Sam hasta el consultorio para que la doctora le curara la herida del pecho. La mujer estaba asustada así que lo hizo rápidamente y se alejo de Sam

--- Doctora, revíselo otra vez, ¿quiere? --- le pidió Deán, esperanzado a que hubiera algo que ella pudiera hacer por su hermano.

--- ¿Qué necesita examinarle? Vio lo que paso. --- grito el sargento.

--- ¿Su sangre realmente entro a tu herida? --- le pregunto la Doctora a Sam

--- ¡Vamos!, ¡Claro que entro! --- volvió a gritar el sargento, negando la oportunidad para que Sam hablara.

--- No sabes si es eso seguro. --- dijo Deán al sargento.

--- No podemos correr el riesgo...Tú sabes lo que tenemos que hacer. --- respondió el sargento y cargo su escopeta.

--- Nadie matara a mi hermano.  --- dijo Deán.

--- No va a ser tu hermano mucho tiempo… tu mismo lo dijiste. --- le dijo el chico Tanner que acababa de enterarse de lo sucedido.

--- Nadie matara a nadie. --- dijo Deán

--- ¡Tú me ibas a matarme! --- le grito el niño, Deán se le acerco peligrosamente y conteniéndose de romperle la cara a puñetazos.

--- Si no cierras la boca, aun te matare. --- le amenazo Deán.

--- Deán, ellos tienen razón… Estoy Infectado, solo dame un arma, y lo hare yo mismo. --- intervino Sam desde atrás, no quería escuchar mas discusiones, no cuando estaba en su lecho de muerte.

--- Olvídalo. --- murmuro Deán

--- Deán, no me convertiré en una de esas cosas. --- le dijo Sam con los ojos vidriosos, realmente estaba sufriendo.

--- Sam, aun tenemos tiempo. --- aseguro Deán, aun que sabia que era mentira pero debía tratar de calmar a su hermano, como siempre desde que era un bebe.

--- ¿Tiempo para que? Yo comprendo que sea tu hermano, y lo siento… Pero yo me tendré que encargar de esto. --- dijo el sargento y apunto a Sam con el rifle.

--- Diré esto solo una vez… Hace algún movimiento y estará muerto antes de que dispare… ¿Me esta entendiendo? ¿He sido lo bastante claro? --- le dijo Deán, sonando lo mas enojado y frio que pudo para que el hombre entendiera el mensaje y así fue.

--- ¿Y después que haremos? --- le pregunto sargento rendido, por la mirada de Deán sabia que jamás mataría a Sam. Deán se quedo pensativo por un segundo, luego saco las llaves del impala y se las entrego al sargento.

--- Irse de aquí, eso harán… Tomen mi auto… Tomen los explosivos… Hay un arsenal allí, ustedes dos vayan con el. --- les dijo, señalando a la doctora y al chico Tanner. --- Tienen bastantes armas para manejar lo que sea. --- aseguro.

--- ¿Y usted que hará? --- pregunto el sargento, Deán solo negó con la cabeza y eso hizo que Sam sintiera una punzada enorme en el corazón.

--- Deán, no… No, ve con ellos… Es tu única salida. --- rogaba Sam al borde de las lagrimas.

--- No te vas a deshacer de mi tan fácil. --- le dijo Deán con una sonrisa falsa.

--- Tiene razón… Venga con nosotros. --- le pidió el sargento pero Deán volvió a negarse. --- Bien, va a ser su funeral. --- agrego el hombre y salió del lugar, la doctora se acerco a los Winchester y los miro apenada.

--- Lo siento… Gracias por todo, alguaciles. --- les dijo la doctora

--- Oh, en realidad no somos alguaciles. --- le respondió Deán con una sonrisa, la mujer parpadeo varias veces por la sorpresa y termino por irse con el sargento.

Deán atranco la puerta del consultorio para que todo lo que fuera a pasar en las próximas horas fuera su final y el de su hermano.

--- Ojala hubiera un mazo de cartas o una mesa de billar ¿no? --- pregunto Deán con ironía y sentándose frente a frente con Sam

--- Deán, no hagas esto… Solo vete de aquí. --- le pidió Sam al borde de las lagrimas, no quería que su hermano fuera a morir por su culpa, tenia mucho miedo por ambos.

--- No señor. --- le dijo Deán, acomodándose mejor en su silla entonces Sam dio un fuerte manotazo en el escritorio y luego comenzó a llorar de impotencia.

--- Dame mi arma y ya vete. --- le pidió Sam con lagrimas en los ojos, eso hizo sentir mal a Deán pero no lo hizo cambiar de opinión.

--- Por última vez Sam… No. --- dijo Deán, remarcando cada palabra para que su hermano lo dejara de molestar de una vez.

--- Esto es lo más estúpido que hayas hecho en tu vida. --- aseguro Sam,.

--- No lo se, acerca de eso… ¿Recuerdas esa camarera en Tampas? --- le pegunto Deán con una sonrisa picara, Sam negó con la cabeza.

--- Deán, Estoy infectado… Ya se acabo para mi, pero no se ha acabo para ti… Tú puedes continuar. --- le dijo Sam

--- ¿Quien dice que yo quiero? --- pregunto Deán molesto. Había perdido a su padre y a su madre por un maldito demonio, Sam era lo único que le quedaba y simplemente no podía darse la vuelta y dejarlo morir a solas.

--- ¿Que? --- le pregunto Sam sin entender

--- Estoy cansado, Sam… Estoy cansado de este trabajado, de esta vida... De este peso en mis hombros, Sam… Estoy cansado. --- le explico Dean

--- ¿Y que? ¿Te darás por vencido? Solo… ¿te vas a dejar morir?.. --- le pregunto Sam con ironía, aun que mas bien estaba decepcionado de que Deán, su héroe en el mundo se atreviera a pensar de esa manera. --- Mira Deán, se que todo este asunto de papá…

--- No es cierto… No es por papá… Quiero decir, parte de eso, si. --- agrego Deán, lo cierto era que tenia un enorme secreto, uno que Sam no podía saber sin salir lastimado de alguna manera.

--- ¿Entonces, porque es? --- cuestiono Sam interesado, Deán estuvo por contarle el secreto pero en eso regreso la doctora a la habitación.

--- Deben ver esto. --- les dijo ella con consternación, así que los hermanos salieron corriendo a la calle para mirar algo terrorífico… todo estaba en completa calma, no había nadie en el pueblo, ni gente, ni energía, nada.

--- No hay nadie, en ninguna parte… Solo se… desaparecieron. --- comento la doctora, todos se quedaron pasmados ante la desconcertante escena.

A Sam lo volvieron a encerrar en el consultorio por el tiempo suficiente para que todos estuvieran seguros de que no tenia el virus, aun así la doctora le hizo un análisis de sangre.

--- Bien, ya han pasado cinco horas, y su sangre sigue limpia… No lo entiendo, pero creo que esquivaste la bala. --- le dijo la doctora a Sam

--- Pero estuve expuesto… ¿Por qué no me infecte? --- pregunto Sam

--- No lo se, pero no lo estas… si comparamos las muestras con las de los Tanner… ¿Que Demonios? --- se pregunto la doctora al poner las otras muestras bajo el microscopio.

--- ¿Que? --- le pregunto Sam

--- Cambiaron… No hay rastro del virus, no hay sulfuro… Nada. --- explico la doctora extrañada, pues al igual que las personas del pueblo la enfermedad también había desaparecido.

Pese a que todo había vuelto a la normalidad, el sargento continuo con el plan inicial de marcharse de ese maldito pueblo.

--- Doctora… El sargento y yo nos iremos de aquí hacia el sur, debería venir. --- le dijo el chico Tanner a la mujer.
--- Es mejor que yo vaya hacia el este, traer a las autoridades aquí… si me creen. --- le dijo la mujer, entonces el sargento y el chico subieron a un auto y se fueron.

--- ¿Cómo esta el? --- pegunto Deán a la doctora y cabeceando hacia Sam, era clara su preocupación por si hermano.

--- Estará bien… No hay signos de infección. --- dijo la mujer y regreso al interior del consultorio para tomar sus ultimas cosas y poder irse. Deán por su parte miro a Sam con mucha expectación.

--- No me mires a mí… No tengo ni idea. --- aseguro Sam

--- Voy a perder sueño por esto.... Quiero decir, ¿porque aquí? ¿Porque ahora? ¿A donde diablos fueron todos? No creo que hayan desaparecido. --- decía Deán.

--- ¿Y porque soy inmune? --- agrego Sam

---  Si, ¿sabes que? Esa es una buena pregunta… Y estoy empezando a sentir que eso es lo que importa. --- le respondió Deán, así que los dos regresaron a su auto y también se fueron del pueblo, sin embargo al poco rato de estar en la carretera, todo cambio para ellos.

--- ¿Te importaría hacer una parada? Voy a hacer una llamada. --- dijo el chico Tanner

--- No hay teléfonos por aquí. ---  le dijo el sargento pero aun así se detuvo aun lado de la carretera.

--- Eso no importa. --- aseguro el joven y de su mochila saco un cáliz de plata y una enorme cuchilla que estaba manchada de sangre.

--- ¿Que diablos es eso? --- pregunto el sargento, entonces el chico Tanner le corto el cuello de una tajada y lleno el cáliz con su sangre. Luego el demonio comenzó a decir un hechizo y empezó a hablar.

--- Ya termino, estarás complacido… No creo que hagan faltas mas pruebas… El chico Winchester, definitivamente es inmune como se esperaba… Si, Por supuesto… nada quedo halla. --- fue lo que dijo el chico Tanner al demonio de ojos amarillos que en algún lugar de la tierra lo estaba guiando.

A la mañana siguiente Zohar se levanto de la cama con mucho cuidado, pues Franklin se mantenía acostado junto a ella, totalmente desnudo lo que indicaba que había pasado algo entre ellos. Zohar camino sigilosa hasta la orilla de la habitación, tomo un bate que había ahí y juntando todo su odio y repulsión, lo dejo caer una y otra vez contra la cabeza de Franklin. No lo mato pero lo dejo hecho puré, lo que tardaría algún tiempo para curarse así que podría escapar.
El segundo paso del plan de Zohar fue conseguir la vestimenta de una mucama y cuando ya estaba disfrazada fue al cuarto de Jeff pero afuera de su puerta estaba un guardia.
--- ¿El profeta esta aquí? --- pregunto Zohar.
--- ¿Porque te interesa? Preocúpate mejor por lavar los pisos  --- le dijo el hombre con brusquedad, lo que era bueno ya que dejaba ver que no la reconocía como la rehén de Franklin.
--- El rey me envía, quiere que el niño… comienza a beber mi sangre, van a convertirlo esta noche y necesita empezar a alimentarse --- mintió Zohar
--- No sabia que…
--- Si no se alimenta de mi sangre Talbot no estará feliz, si Talbot no esta feliz Russell Tampoco lo estará y si el no es feliz… ustedes lobos tampoco lo serán… ahora abre la maldita puerta --- exigió Zohar, el guardia dudo un segundo mas pero la dejo pasar.
--- Genial, ¿se durmieron y lo dejaron escapar?. --- Zohar estaba fingiendo que la habitación estaba vacía, pero en realidad Jeff estaba oculto tras la puerta y cuando el guardia entro a inspeccionar los dos chicos lo golpearon con todo lo que encontraron hasta dejarlo inconsciente.
--- Vámonos. --- ordeno Zohar y tomo la mano de Jeff para empezar a correr por el  pasillo.
--- ¿Que rayos haces? --- pregunto Jeff, ahora comenzaba a dudar de que el plan de Zohar fuera a ayudarlos y no a perjudicarlos.
--- Mato vampiros y te salvo el trasero… luego te explico todo, ahora hay que salir de aquí. --- dijo ella y ambos continuaron corriendo, salieron por la puerta trasera de la mansión y notaron a los hombres lobo de Russell que estaban patrullando el terreno.
--- Lo había olvidado… Sus hombres lobo patrullan la casa de día, si hallamos un auto tal vez pueda encenderlo y podamos escapar. --- aseguro Zohar, Jeff solo asintió pues en aquella casa uno iba de sorpresa en sorpresa, ¿vampiros trabajando con hombres lobo? Eso era algo nuevo.
Jeff y Zohar se separaron para buscar un auto y en el camino Zohar se encontró cara a cara con un par de lobos, ella corrió lo más rápido que pudo pero la estaban persiguiendo esas cosas, de pronto otro lobo más grande salto en su defensa y mato a los otros, que volvieron a su forma humana.
--- Mierda. --- murmuro Zohar al ver lo que pasaba a sus espaldas y quiso seguir corriendo pero entonces el lobo regreso a su forma humana y completamente desnudo corrió tras ella.
--- No tengas miedo, no soy uno de ellos… yo vine a ayudar. --- aseguro el hombre, tomando el brazo de Zohar para que ella se girara a mirarlo.
--- ¿Que quieres? --- pregunto con desconfianza.
--- Busco a un niño, Jeffrey Winchester… ¿lo has visto? --- le pregunto el.
--- ¿Tienes auto? --- le pregunto ella, el hombre asintió así que Zohar confió en irse con el a buscar a Jeff que para esos momentos estaba en uno de los establos, mirando a un humano desnudo y lleno de sangre que seguramente había sido torturado.
--- Ayu…ayu…da. --- dijo el hombre con dificultad, Jeff se agacho con rapidez y lo empezó a desatar.
--- Vaya, ¿no es encantador? El salvador de la basura llego --- se escucho preguntar a la voz de Carmel, Jeff se giro para hacerle frente pero ella fue mas rápida y en un segundo lo arrojo contra el muro del establo.
--- Púdrete, perra. --- le grito Jeff molesto y dolido por el fuerte golpe que se había dado y logro regresarle el golpe con un madero a la vampira, pero esta ni se lo pensó y directamente le mordió el cuello.
Esa misma mañana Sam y Deán llegaron a otro pueblo, estaban bebiendo cervezas como celebración de haber sobrevivido a la noche de los murtos vivientes.

--- Entonces, anoche… ¿Quieres decirme de que demonios estabas hablando? --- pregunto Sam a su hermano.

--- ¿De que hablas? --- le pregunto Deán, fingiendo no recordar lo que había mencionado.

--- ¿De que hablo?... De que dijiste que estabas cansado del trabajo y que no era solo por papá. --- le recordó Sam

--- Olvídalo. --- le pidió Deán y dio un gran sorbo a su cerveza.

--- No, no puedo…No lo hare. --- dijo Sam, Deán rodo los ojos pues sui hermano estaba en ese plan de preguntón, que por experiencia propia sabia que no cesaba hasta que conseguía las respuestas que quería.

--- Yo pensé que ambos íbamos a morir… No lo uses contra mí. --- le pidió Deán y se alejo pero Sammy lo volvió a seguir.
--- No, no, no salgas con ese pretexto… vas a hablar. --- le exigió Sam

--- ¿Y  si no lo hago? --- le pregunto Deán desafiante, pues por lo regular esa actitud mandona y amenazante suya.

--- Deán, te seguiré preguntando hasta lo que lo hagas. --- aseguro Sam, Deán suspiro y se sentó sobre el capo del auto.

--- No lo se Sam, creo que tal vez deberíamos... Ir al Gran Cañón. --- comento Deán

--- ¿Que? --- le pregunto Sam descolocado, esa no era la respuesta que esperaba.

--- Si ¿sabes que?, en todos estos viajes por el país… Nunca he estado en el Gran Cañón o podemos ir a Hollywood… Y ver si puedo dormir con  Lindsay lohan. --- dijo Deán entre risas.

--- Hablas sin sentido. --- le dijo Sam

--- Creo que debemos tomar unas vacaciones.... ¿Porque tenemos nosotros toda la responsabilidad? ¿Porque no podemos vivir la vida un poco? --- preguntaba Deán con frustración.

--- ¿Porque estas diciendo todo esto, Deán? --- le pregunto Sam, pero su hermano nuevamente volvió a alejarse. --- No, no, no, no, no…. Deán, Tu eres mi hermano, ¿si? … Así que lo que estés cargando, deja que te ayude un poco. --- dijo Sam, poniéndose par a par con Deán.

--- No puedo… Lo prometí. --- murmuro Deán, mirando al suelo.

--- ¿A quien? --- pregunto Sam interesado

--- Papá. --- murmuro Deán.

--- ¿De que estas hablando? --- volvió a preguntar Sam, Deán suspiro fuertemente pues había temido tanto ese momento y hubiera querido que jamás llegara pero gracias a su bocota ya no lo podía retrasar mas y quien sabe, a lo mejor eso era para bien

--- Antes de que papá muriera... Me dijo algo… Me dijo algo sobre ti. --- empezó a contar Deán con pesar.

--- ¿Que?... Deán, ¿Que cosa te dijo? --- pregunto Sam interesado, tenia un mal presentimiento de todo eso, su padre era un hombre de muchos secretos y tal vez alguno de ellos los afectara directamente.

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