miércoles, 29 de mayo de 2013

SPN 2.19 El Blues de la prision Folsom



El Blues de la prision Folsom
Descripción Oficial
Los hermanos Winchester escuchan el rumor de que dentro de la penitenciaría estatal hay un elemento misterioso que está asesinando cruelmente a los internos. Para descubrirlo y evitar que el número de víctimas siga aumentando, Sam y Dean se dejan arrestar para luchar contra el mal dentro del penal. Sin embargo, el agente Henricksen del FBI complica las cosas cuando asume el control del caso de los hermanos, tanto que quizás se les haga más difícil salir de prisión que atrapar al homicida fantasma.


Centro de detención del condado Green River
Un grupo de empleados de herrería fueron llamados a ir a la prisión para revisar unas instalaciones, concretamente las de las viejas salas de castigo que habían estado clausuradas por mas de 40 años pero ahora que la población del centro había aumentado iba a ser necesario volverlas a abrir.

--- Eso tiene mucho sentido… Primero cierran el bloque de celdas y ahora quieren abrirlo otra vez… ahí están sus impuestos trabajando. --- comento uno de os trabajadores lleno de sarcasmo mientras que otro se encargaba de soldar la puerta de una de las celdas ya que aparentemente había sido cerrada con soldadura previa. 

--- ¿Ya esta listo? --- pregunto otro de los trabajadores pues ya estaba desesperado por marcharse de la prisión, el soldador termino por abrir la puerta.

--- Wow, no me gustaría caer aquí. --- comento el mismo empleado miedoso pero termino por entrar a la habitación, estaba oscuro y apestaba a muerte, seguramente por las ratas mutras y vivías que había ahí dentro. Los empleados estaban revisando el lugar cuando sintieron una ráfaga de aire frio.

--- ¿Oye sientes eso? --- pregunto el empleado al sentir una ráfaga de aire frio inundar el cuarto y su cuerpo,  pronto la misma ráfaga se extendió por todo el pasillo y tiro todos los papeles y sacudió todo el polvo a su paso, hasta llegar a las celdas. Uno de los presos mas antiguos del ligar estaba recostado cuando sintió el aire, luego empozo a escuchar unos murmullos asechándolo, así que corrió hasta la puerta de su lugar.

--- ¡Hey! ¡Hey, guardia! Venga ¡Guardia! --- grito lleno de pánico, el guardia no estaba muy lejos de la celda y al escuchar los gritos se molesto, ya que ese preso precisamente hacia ese tipo de escenas varias veces por mes.

--- Voy hacia el bloque B… Randall otra vez. --- dijo frustrado por el radio y fue a las celdas de los presos.

--- ¡Hey! Guardia, venga por favor, por favor. --- continuaba gritando el preso.

--- Vamos Randall, estoy intentando dormir. --- le grito otro preso que ya estaba cansado de escucharlo gritar tanto, pronto se le unieron otros presos a la petición de silencio total.

--- ¿Van a decirme que no vieron  eso? ¿Están ciegos? --- les grito Randall, entonces llego el guardia y alumbro la celda con su linterna.

--- Randall, tranquilo --- le dijo el guardia.

--- Tranquilo mis narices, hay alguien afuera. --- aseguro Randall aun en pánico.

--- Randall, apaga la luz y vete a dormir… No te diré otra vez. --- le advirtió el custodio y se alejo de la celda.  --- Apaguen las luces del Bloque B. --- dijo por el radio. --- Buenas noches señoritas. --- les grito a los presos y siguió caminando, Randall no estaba tranquilo y solo pudo sentarse en su cama a rezar porque nada le pasara. Sin embargo el guardia continuo caminando por el pasillo cuando sintió la ráfaga de aire frio asechándolo, se giro y entro a una celda que estaba vacía pero ahí, la reja se cerro sola, aplastándole medio brazo contra la pared. El guardia trato de liberarse pero ya era tarde pues al girar se percato de la presencia de alguien horroroso.

--- ¡Ah, Dios! ¡No! ¡No! ¡No! --- fue lo que escucharon todos los presos gritar de voz del guardia, a la mañana siguiente lo encontraron muerto por un paro cardiaco.
Museo de antropología de Arkansas
Tres meses después
Sam y Deán se habían metido a robar al museo, estaban en la búsqueda de algo importante para una investigación de homicidio, habían noqueado al guardia de seguridad del lugar y ahra estaban caminando entre os oscuros pasillos.

---  No me gusta este plan, Deán --- murmuro Sam molesto.

---  Ya te oí las primeras diez veces --- le aseguro Deán también molesto, se pusieron a tocar algunas cosas de exhibición del museo cuando escucharon pasos, giraron para ver y se encontraron con un montón de policías.

--- ¡Quietos! No se muevan… las manos a la cabeza, al suelo… de rodillas ahora. --- le grito un oficial, los chicos obedecieron y otros dos se acercaron para esposarlos. Sam y Deán no hicieron nada para impedir su arresto, simplemente cooperaron y fueron llevados a la comisaria donde fueron fichados, Sam realmente estaba asustado con lo que estaba pasando pero Deán, el parecía estar muy cómodo mientras le sacaban las fotos.

--- ¿Quién es mas guapo, yo o Nick Mcnulty? --- se atrevió a preguntar Deán, entonces un oficial lo saco de muy modos de la habitación y lo llevo hasta una oficina de interrogatorios, Deán estuvo ahí un buen rato hasta que llegaron dos hombres de traje, seguramente federales.

--- Ya era hora, quiero una hamburguesa con queso y  cebolla extra. --- pidió Deán y el hombre de color le dio una sonrisa llena de desprecio y sarcasmo.

--- ¿Crees que eres gracioso? --- le pregunto el mismo hombre

--- Yo creo que soy adorable --- aseguro Deán

--- Es un placer por fin conocerte en persona Deán… Soy el agente especial Víctor Henricksen y este es mi compañero… Agente especial Reedy. --- explico el sujeto

--- ¿Henricksen? no serás el agente Henricksen de Milwaukee --- comento Deán, ese apellido no era muy común y recordando la voz del teléfono del banco… si tenia que ser ese mismo sujeto.

--- El mismo y en persona  --- dijo el hombre lleno de orgullo y entonces miro las fotos del fichaje que Deán estaba mirando.  --- Linda foto… Puedes enmarcarla y ponerla en tu celda de máxima seguridad. --- le comento lleno e ironía

--- Creo que tal vez podríamos olvidar las hamburguesas --- murmuro Deán, sintiendo el mismo desprecio por ese sujeto, aun así se dio el gusto de reír.

--- Ho si, puedes mantener esa cara… trata de cubrir lo acorralado que estas. --- le dijo el agente. --- Léele los cargos.  --- le pidió a su compañero, el agente Reedy.

--- Fraude de correos, de tarjetas de crédito, profanación de tumbas…. --- contaba el agente Reedy pero el otro no le dejo seguir por esa tangente.
--- Pasa a las buenas. --- pidió Henricksen

--- Robo a mano armada, secuestro y tres sospechas de asesinato  --- comento el agente Reedy.

--- Y después de Milwaukee tu hermano también es sospechoso de asesinato, yo diría que para los dos,”están fritos” es un buen comentario. --- aseguro el agente Henricksen, era muy obvio su desprecio por los hermanos pero lo increíble era que Deán solo llevaba 2 minutos de conocerlo y también ya lo odiaba.

--- Mientras hay vida hay esperanza --- aseguro Deán y el agente se empezó a reír.

--- Ah, ¿ves? Eso es lo que yo pensaba mientras los buscaba por todas partes… su padre les enseño bien, la forma en que cubren sus huellas y después de Milwaukee… desapareciste… no es fácil encontrarlos, pregúntale a mi compañero. --- dijo Henricksen y Deán se giro para ver al agente Reedy.

--- Casi enloquece --- murmuro Reedy.

--- Y después de todo eso, te atrapa un detector de movimiento… me pareció de novatos, enserio eso me… sorprendió. --- comento Henrickson, Deán estaba sonriendo por dentro porque la primera fase de su plan se había cumplido al pie de la letra, los habían arrestado.

--- ¿Deán Winchester? --- pregunto una mujer que iba entrando a la oficina

--- Servidor --- murmuro Deán mientras se la comía con la mirada, ella era bastante bonita y claramente madura.

--- ¿Y usted es? --- le pregunto Henricksen con desprecio.

--- Mara Daniels, soy defensora pública… Fui asignada para su caso y el de su hermano… ¿Usted es henricksen? --- le pregunto ella, dejando su portafolio sobre la mesa para imponerse.

---  Si, y no he terminado aquí. --- le respondió el agente.

---  Si ya termino… Y si no le importa me gustaría hablar con mis clientes, en privado. --- le dijo ella y por su tono quedo claro que no era una petición, mas bien era un aviso y los federales no tuvieron mas que llevar a Sam a esa misma sala e irse.

--- Por desgracia su audiencia por el cargo de allanamiento no será hasta el martes. --- comento la abogada a los chicos.

--- ¿Nos vas a mandar a la cárcel municipal? --- pregunto Deán

--- ¿Centro de detención Green River? --- agrego Sam, pues sin que la abogada lo llegara a saber, ese era el segundo paso de su plan, llegar a dicho centro de reclusión. 

--- Si y considerando los cargos que enfrentan…. ningún juez en sus cabales les permitirá tener fianza.--- comento la abogada.

---  Si, ya nos imaginábamos eso --- murmuro Deán.

--- Ya presentaron los papeles de extradición en cinco estados diferentes, siendo Missouri y Wisconsin las más preocupantes… El asalto al banco y los asesinatos.  --- agrego la mujer.

--- ¿Cuánto tardara la extradición? --- pregunto Sam, ese si era un asunto que le importaba ya que de ello dependería el tiempo que tendrían para resolver el caso dentro de la prisión. 
--- Una semana, tal vez menos. --- murmuro la mujer con pesar, algo extraño le pasaba al mirar a esos chicos pero no entendía que era.

Sam y Deán fueron trasladados al Centro de detención del condado Green River esa misma tarde, apenas bajar del autobús de prisiones se encontraron con otro montón de prisioneros, eran como perros olfateando comida solo que la comida eran ellos y los otros nuevos presos.

--- No te preocupes Sam, te prometo que no te voy a intercambiar por cigarrillos. --- comento Deán como si fuera gracioso estar ahí, lo que molesto mucho a Sam y pronto ambos fueron separaros para la asignación de dormitorios. Estaba en celdas contrarias (frente a frente) Deán con un compañero bastante pesado que no le quiso dar la cama que el había pedido, mientras que Sam estaba en otro celda con un hombre muy alto (mucho mas que el) y corpulento que solo lo miraba de una manera indescifrable.

Sam y Deán pasaron sus primeras horas en el reclusorio y se volvieron a juntar para la hora de la comida, tuvieron que hacer una fila enorme ya que en ese reclusorio todos los presos pasaban por revisión.

--- Mi compañero de celda no habla mucho, ¿y el tuyo? --- le pregunto Deán.

--- No deja de mirarme, en realidad eso… me tiene inquieto. --- comento Sam

--- Parece que vas a hacer nuevos amigos. --- dijo Deán entre risas.

--- Deán… Esto es sin duda la peor idea que se nos haya ocurrido y es una larga carrera de estupideces y locuras. --- aseguro Sam entrando en pánico por estar rodeado de delincuentes y  asesinos.

--- Cálmate, forma parte del plan ----le dijo Deán para tranquilizarlo.

--- ¿En serio? ¿Que viniera Henricksen era parte del plan? --- pregunto Sam alucinado.

--- Si, se movió mas rápido de lo que creí… Lo que hay que hacer es hallar al fantasma, acabar con el y luego hacernos un par de lindos tatuajes. --- comento Deán con ironía.

--- No es gracioso… Deán ¿Qué sabes del plan de escape? --- le pregunto Sam, aquello era todo lo que mas le importaba saber para mantener la calma y la esperanza.

--- Es 100% seguro si no, no hubiera entrado… vamos, el lugar tiene todas las señales de un fantasma, inocentes han muerto… cuatro hasta ahora. --- le recordó Deán

--- ¿Ah si? ¿Inocentes? --- pregunto Sam con sarcasmo, aquello sonaba tan fatal e ironico cuando se decía en voz alta.

--- ¿De repente eres de Texas?... Solo por que sean presos no significa que merezcan morir y si no paramos esa cosa, mas personas van a morir… Vamos a hacer nuestro trabajo sea como sea. --- aseguro Deán.

--- Deán, se honesto conmigo, ¿si? ¿Estas haciendo esto por Dicken? --- le pregunto Sam, resultaba que ese caso de muertes en la prisión les había llegado gracias a un viejo conocido y este les había pedido de favor que fueran a resolverlo, sin embargo Sam no entendía del todo el interés tan profundo de su hermano por el caso.
--- Exacto. --- murmuro Deán

--- Pero apenas lo conocemos. --- sugirió Sam

--- El estuvo en el cuerpo con papa… le salvo la vida, se lo debemos. --- le conto Deán.

---Si esta bien pero… ¿No crees que esta pidiendo demasiado? --- pregunto Sam, realmente le impresionaba que una persona le pidiera a otra que se entregara a la policía para acabar con un caso, era como pedir un suicidio o algo parecido.

--- No importa… Quizá no somos santos, pero somos leales… Pagamos nuestras deudas… eso significa algo para mi y también para ti… no me gusta mucho esto pero Dicken nos pidió cazar esa cosa y es lo que vamos a hacer. --- aseguro Deán y entonces llegaron finalmente a la cocina para comer, únicamente se les dio una charola con algo parecido a pollo y ensalada, Sam estaba mirando la comida con asco.

--- El pollo no esta tan mal. --- comento Deán mientras comía la asquerosidad de comida, Sam estaba que alucinaba y por segunda vez en el día se daba cuenta de lo demente que estaba Deán. 

--- ¿Así?, termina el mío. --- le dijo Sam y le arrojo su charola de comida. ---  Muy bien, repasemos esto… el espíritu sospechoso es Mock Millian, ¿Cierto? --- comento Sam

--- Si, psicótico asesino. Satanismo, rituales de asesinato, murió aquí. --- agrego Deán, esta vez e había sido el encargado de la investigación y por eso conocía los detalles.

--- ¿Estas seguro de que es el? --- cuestiono Sam

--- Muy seguro. --- murmuro Deán pero Sam lo conocía también que sabia que el uso de esa oración indicaba todo lo opuesto y en ese caso no podía dejar paso para las equivocaciones.

--- Deán, considerando nuestra situación, voy a necesitar un poco más que un "muy seguro" --- le pidió Sam

--- Casi seguro… Moody murió de un infarto, exactamente como las victimas están muriendo… El murió en el viejo bloque, el cual cerraron cuando el murió hace 30 años… acaban de abrirlo y se reiniciaron las muertes. --- comento Deán

--- ¿Crees que el espíritu fue liberad? ¿Y si ha sido incinerado? --- pregunto Sam

--- Quizá halla algo en ese bloque que lo mantiene aquí, sea lo que sea hay que encontrarlo y… sabes el resto… ya no quiero comer. --- dijo Deán y arrojo la charola de comida lejos de la mesa, se levanto y empezó a caminar y Sam lo siguió pero en su camino choco hombro con hombro con un sujeto.

--- Lo siento, yo… --- el hombre se giro y Sam se percato de su mirada de asesino de inmediato por lo que las palabras ya ni siquiera le salían, estaba muerto de miedo.

--- ¿Que no ves? --- pregunto el hombre molesto

--- No, yo solo... --- Sam se sentía como un niño pequeño frente a abusón y justo como en esos días, Deán salió en su defensa.

--- Dijo que lo sentía. --- dijo Deán molesto y empujando a Sam hacia atrás para hacerle mejor frente al sujeto.

--- ¿Estas hablando conmigo? ¿Me estas hablando a mi? --- pregunto el hombre echo una furia y Deán rodo los ojos por ese tipo de comportamiento.

--- Ho dios, otro que vio Taxi Driver muchas veces… si te hablo a ti, déjalo en paz. --- le advirtió Dean y sonrió al ver que el hombre se marchaba.

--- Deán, vámonos --- le pidió Sam

--- ¿Ves? Así es como hay que hablarle a estos y obtienes respeto --- comento Deán pero pronto Sam se dio cuenta de que el sujeto le contaba algo al odio a varios presos más y en segundos ellos estaban rodeados.

--- ¿Qué decías? --- pregunto Sam, el hombre trato de golpear a Deán pero este lo sometió en una llave.

--- Que quede así ahora, sin daños ni rencores. --- le dijo Deán, el hombre se zafo e intento atacarlo pero Deán lo patio en sus partes nobles y lo derribo, los otros presos estaban por entrar a la pelea pero llegaron los custodios.

--- ¡Ya basta! --- grito un custodio.  --- De pie, Lucas. --- le ordeno al  prisionero que Deán había derribado con anterioridad.

--- Si jefe --- murmuro el hombre y se puso de pie, lo que dejaba ver que ese custodio era como un líder o algo parecido dentro de la cárcel.

--- ¿Cual es tu nombre? --- pregunto el custodio, acercándose peligrosamente a Deán.

--- Winchester --- murmuro él

--- Bueno Wínchester… No es un buen inicio… Al solitario… Tu también, Lucas. --- ordeno el sujeto y otros dos custodios llevaron a cada hombre hasta la celda, Sam los vio irse por el pasillo pero luego se percato de que otro prisionero le hizo una señal de que iba a matarlo.

Deán y Lucas fueron encerrados en celdas de castigos diferentes, ese custodio extraño llevaba trabajando mucho tiempo en prisiones y sabía perfectamente como tratarlos..

--- Quisiera una pelota de béisbol --- murmuraba Deán cabizbajo desde su propia celda de castigo.

--- ¿Que? ¿Que dices? --- pregunto el otro sujeto, fingiendo estar interesado.

--- Que quisiera tener una pelota de béisbol… Tú sabes, como Steve McQueen. --- comento Deán.

--- ¿Si? Yo quisiera tener un bate, para poder aplastarte la cabeza. --- le amenazo el sujeto, Deán suspiro con frustración pues ni estando castigados el sujeto lo había dejado de molestar.

--- Que agrio… yo solo quería hacer amigos en este calabozo. --- comento Deán y se sentó en el suelo, pronto las luces empezaron a parpadear y una ráfaga de frio inundo el pasillo.

--- Demonios… Lucas, escúchame, quédate muy quieto --- le grito Deán pues sabia perfectamente lo que iba a pasar, sin embargo el otro hombre empezó a escuchar unos murmullos aterradores y se asomo por la rendija de su celda, vio unos temibles ojos que lo hicieron retroceder pero ahí unas manos lo tomaron y le obligaron a ver los ojos del fantasma otra vez, eran rojos y llenos de ira. Deán solo escucho desde su celda como gritaba Lucas, quien mas tarde seria encontrado muerto por un paro cardiaco.

Mientras tanto, la abogada de los Winchester no se había querido quedar con ese presentimiento extraño sobre ellos, así que se puso a investigar el caso mas a fondo y encontró un montón de preguntas que necesitaban de una respuesta, así que esa tarde fue a las oficinas del FBI.

--- ¿Henricksen? ¿Puedo hablar con usted? --- le pregunto al agente

--- Si, Daniels… Siéntese. ¿Que tiene en mente? --- le pregunto con falsa amabilidad pus lo cierto es que odiaba todo lo que tuviera que ver con los Winchester, como su defensora por ejemplo.

--- Revise los cargos de los Winchester, y tengo que decir... que hay muy raras inconsistencias --- comento ella.

--- Bienvenida a mi mundo --- le dijo el agente lleno de ironia

--- Hable con una policía de Baltimore y me juro que esos chicos salvaron su vida y que le ayudaron a atrapar a un asesino y una testigo del asalto al banco de Milwaukee...jura que Sam y Deán la salvaron. --- comento la mujer, era una suerte que existieran personas agradecidas en el mundo ya que ellos conocían el verdadero trabajo de los Winchester y estaban dispuestos a defenderlos como alguna vez ellos hicieron.

--- ¿La salvaron de que? --- pregunto el agente lleno de expectación.

--- No fue muy clara en eso --- murmuro la abogada.

--- Eso es porque esta loca… Mire, yo estuve en Milwaukee, hable con ella y otros testigos. --- le conto el agente.

--- ¿Y?

--- Y… solo se que a donde van esos chicos, personas mueren… Es así de simple. --- aseguro Henricksen, el había decidido saltarse la pagina de las preguntas e ir directo  a la acusación y condena de los hechos.

--- No creo que lo sea... Ellos no se ven tan culpables para mí, creo que hay algo más aquí --- sugirió la abogada.

--- ¿Como que? --- volvió a preguntarle lleno de ironía.

--- No lo se, no puedo decir que eso, pero es… es extraño. --- comento la abogada, Henricksen la miro con la risa contenida ya que estaba sonando tan estúpida para él.

--- ¿Extraño?... Si, esta bien… Los adultos están trabajando aquí, así que… si no le importa… --- le dijo Henricksen lleno de ironía, la estaba corriendo de su oficina de la peor manera y eso lo noto la abogada así que salió muy indignada por esa actitud tan mala en un agente del FBI.

A la mañana siguiente, los custodios de la prisión encontraron a Sam y como bienvenida a la prisión lo pusieron a lavar los baños junto a otro preso.

--- ¿Como estas? --- le pregunto Sam al otro hombre que ya era algo mayor y permanecía callado en todo momento mientras barría.

--- Tengo 54 años y trapeo el piso de una prisión con barras en las ventanas… ¿Como crees que estoy? --- le dijo el hombre furioso.

--- Este bien, mal rompe hielos… Yo soy Sam --- dijo amablemente, no quería buscarse mas problemas como esa tarde en la comida.

--- Randall --- murmuro el hombre.

--- Mucho gusto… ¿Randall? ¿Tú no estabas la noche en que aquel guardia murió? --- pregunto Sam, aun que estaba casi seguro de que el informe del caso mencionaba a ese hombre, como un posible testigo  perturbado de los hechos.

--- Sí --- murmuro Randall

--- ¿Que ocurrió? --- le pregunto Sam, no había tiempo para las cortesías solo para las respuestas.

--- Dicen que el estrés del trabajo lo acabo --- comento Randall.

--- ¿Si? ¿Y que dices tu? --- le pregunto Sam y el hombre palideció en un instante lo que indicaba que sabía algo más sobre esa muerte.

--- ¿Por que estas aquí, hijo? --- le pregunto Randall, reafirmando claramente que sabia algo y no lo quería comentar por miedo o algo parecido.

--- Porque tengo un hermano idiota. --- dijo Sam entre risas.

--- Es una buena razón… Este lugar no es tan malo, comparado con el bloque viejo… esto es el Hilton. --- comento el hombre lleno de ironía.

--- ¿Estuviste un tiempo en el bloque viejo?  --- le pregunto Sam impresionado, según las leyendas ese sitio había estado cerrado por mas de 30 años y eso indiciaba que ese prisionera llevaba mas de la mitad de la vida en la cárcel.

--- Si, era un cliente frecuente --- comento Randall.

--- Mark Moody, estuvo ahí un tiempo ¿no? --- le pregunto Sam, si alguien podía haber conocido a su supuesto fantasma, sin duda debería de ser ese señor.

--- Estuvo ahí… Y también estuve ahí la noche que ese lunático murió. --- se quejo el sujeto, Sam sonrió por dentro porque realmente había tenido suerte de encontrar una fuente.

--- ¿Si? Fue del corazón, ¿No? --- le pregunto

--- Si, su corazón se detuvo después de que los guardias dejaron de golpearle la cabeza… al otro día yo tuve que limpiarla la sangre, no sabes como fue… ---- comento el sujeto

--- Espera, ¿el fue golpeado y nadie lo reporto? --- pregunto Sam impresionado, ¿en que clase de lugar se habían ido a meter?

--- Tú mantén la boca cerrada sino quieres morir del mismo infarto. --- le advirtió el señor, sin embargo Sam no podía hacerse de la vista gorda, ya no.

--- Randall, ¿como cuanta sangre había allí? --- le pregunto Sam y aso toda la siguiente hora escuchando la historia de esa noche.  Mientras tanto Deán había sido liberado del aislamiento por la aparición del cuerpo de Lucas, y apenas salir de puso a jugar Póker con los internos para ambientarse o algo así. Cuando Sam se entero de lo que estaba haciendo lo fue a ver y se encontró con la sorpresa de que Deán ya había vencido a mas de 20 presos en la ultima hora.

--- Es como quitarle un dulce a un niño. --- aseguro Deán al ver la mirada desconcertada que Sammy mantenía sobre él.

--- Tú ni siquiera fumas. --- le reprocho Sam al notar que el premio de los juegos no era dinero, eran cigarrillos.

--- ¿No sabes que es la moneda del reino, Sammy? --- le pregunto Deán pues su verdadera razón para tener tantas cigarrillos era que con ellos podía manipular a muchos presos.

--- Tengo una buena pista de Moody. --- exclamo Sam, sentándose junto a su hermano.

--- Yo también, su espíritu hizo una visita anoche --- comento Deán

--- ¿Que? --- pregunto Sam aterrado.

--- El reloj se paro, la luz parpadeo, hizo frió, solo falto que hiciera Boo --- comento Deán con ironía.

--- ¿Y que paso?

--- Paso frente mí… Lucas no tuvo suerte lo escuche gritar… era un idiota pero no merecía morir así… ¿Qué averiguaste de Moody? --- pregunto Deán, no quería seguir hablando de la muerte porque eso le hacia sentirse como perdedor por no haber detenido al fantasma la otra noche.

--- Se donde podemos encontrar sus restos… Sangre en su celda. --- le aseguro Sam

--- ¿Sangre? Pero si fue un infarto --- le recordó Deán.

--- Y lo fue, después de que los guardias lo golpearon… hubo mucha sangre ahí y tuvieron problemas para limpiarla. --- le explico Sam, eso realmente era como la ultima pieza del rompecabezas para Deán pues había encontrado un montón de inconsistencias en la muerte del sujeto, y ahora ya sabia por que, no había nada peor que un sistema judicial corrupto en América.

--- ¿Como entramos? --- pregunto Deán

--- Tengo un plan --- aseguro Sam

--- Ese es el Sammy que conozco, igual que Clint Eastwood en escape  de Alcatraz. --- comento Deán entre risas, estaba orgulloso de su hermano.

--- El problema es que, aunque haya algo en la celda, ¿como vamos a quemarlo?… no tenemos ningún flamante. --- comento Sam

--- Que bien que yo soy como James Garner en el gran escape. --- dijo Deán con una enorme sonrisa y se puso de pie con todos los cigarrillos en las manos. --- Señores, ¿Quien quiere negociar? --- grito y pronto se vio rodeado por un montón de presos, consiguió un par de encendedores y fósforos pero aun hacia falta la sal, así que Sam le conto su nuevo plan. 

--- ¿Estas seguro de esto? --- pregunto Deán al formarse en la fila de la comida de ese día.

--- Casi seguro. --- murmuro Sam mientras la persona de la comida les daba las dos charolas de muy malos modos.

--- Si, considerando las circunstancias quiero algo más que  "casi seguro" --- le dijo Deán, ahora era quien conocía perfectamente a Sam y tenia miedo de lo que estuviera pasando por su mente.

--- Esta bien, muy seguro. --- le dijo Sam, aplicando la misma táctica de evasión que Deán aplicaba con el. Deán termino por tomar su comida y sentarse en la mesa del prisionero más solitario de todos, un hombre enorme, calvo y pasado de peso.

--- Oye guarda espacio para el postre Tiny… quería preguntarte... porque no pude dejar de notar que tú eres como dos toneladas de diversión… Tengo curiosidad, ¿Es un problema de tiroides o es un problema de baja autoestima?... Porque, sabes son… solo donas… no son amor. --- le dijo Deán lleno de ironía, el hombre se quedo callado un segundo y luego le dio un puñetazo a Deán en el rostro, se pararon de la mesa y Deán le dio un par de puñetazos pero no le hizo nada, fue como si no los hubiera sentido. El hombre le dio un cabezazo que lo dejo fuera de juego, llegaron los guardias pero el hombre derribo a varios y luego empezó a estrangular a Deán con su propio peso.

Sam aprovechó todo el alboroto para meterse a la cocina y robar un poco de sal, luego se metió por el ducto de ventilación hasta llegar al viejo bloque, donde no le fue nada difícil encontrar la habitación donde había muerto el supuesto fantasma, pues dentro de ella había una manta manchada de sangre seca. Sam dejo caer primero la sal y luego un fosforo haciendo que la manta se consumiera en fuego en minutos.

De regreso en el comedor,  el hombre grande seguía estrangulando a Deán pero entonces llego el jefe de custodios y con tan solo darle un golpe en sus partes nobles, logro que soltara a Deán.

--- Si esperásemos mas estarías muerto. --- le dijo el custodio a Deán mientras lo ayudaba a ponerse en pie.

--- Creo que si se tardaron --- exclamo Deán con ironía mientras trataba de recuperar el aliente, sin embargo no pudo por que el custodio le dio un fuerte puñetazo en el estomago.

--- Hazte un favor… No hables --- le advirtió. --- Llévenlos a la enfermería. --- indico el jefe y nuevamente otros dos custodios se llevaron a los chicos a la enfermería, ahí les curaron las pequeñas heridas que tenían  y luego los dejaron encerrados en diferentes consultorios (que en realidad eran celdas improvisadas como consultorios) en espera a su verdadero castigo.

--- ¿Tiny? --- pregunto Deán al aire, no podía con los remordimientos de lo que le había dicho al pobre hombre y estaba seguro de que este lo podía escuchar.

--- ¿Si? --- pregunto el sujeto que estaba de lado contrario a la celda de Deán.
--- Disculpa las cosas que te dije antes… No puedo decirte el motivo, pero tenia mis razones para hacerte enojar. Así que... de verdad lo siento --- dijo Deán.

--- Esta bien… La verdad es que tengo problemas de baja auto estima… Mi padre me trato a mí y a mi hermano como basuras, hasta el día que murió. --- le conto el sujeto y con eso dejo ver que las apariencias engañan y que tras un sujeto tan grande como él, se podía esconder un buen hombre.

--- ¿Como murió? --- pregunto Deán con interés, le alegraba estar haciendo un amigo por primera vez en meses.

--- Mi hermano lo mato --- dijo el hombre.

--- Que bien. --- murmuro Deán sin mucho entusiasmo pero pronto sintió el aire frio otra ves.---Demonios. --- murmuro Deán, se puso de pie y pudo ver al fantasma a una enfermera frente a su celda, ella camino hacia el y con sus poderes lo arrojo al suelo.

--- ¿Que fue eso? --- pregunto el otro hombre al oír el estruendo pero Deán no pudo responderle porque la mujer estaba encima suyo, apretando su corazón. Deán logro lanzarle un poco de sal que usaban para las medicinas y ella desapareció.

--- ¿Que esta pasando? ¿Que esta pasando? --- seguía preguntando el otro hombre desde su celda pues estaba escuchando como Deán respiraba con dificultad, un segundo después la enfermera apareció en la celda del otro sujeto y Deán solo pudo escucharlo gritar de dolor.

--- ¡Tiny! ¡Tiny! ¡Guardia! ¡Guardia! --- gritaba Deán pero nadie hizo caso hasta que fue muy tarde y el pobre Tiny, ya estaba muerto.

A Deán volvieron a perdonarle el castigo por lo que había pasado en la enfermería así que salió en busca de Sam y le conto lo sucedido con el fantasma.

--- Espera, ¿Estas diciendo que no era Moody?  --- pregunto Sam alucinado, tanto trabajo para terminar con el supuesto fantasma y todo había resultado ser falso.

--- A menos que le gustara vestirse como enfermera… Pobre Tiny… Pobre gigante. --- murmuraba Deán, aun sintiéndose culpable por haber llevado al sujeto a la enfermería en primer lugar.

--- ¿Entonces es el fantasma de una enfermera que trabajaba aquí? --- pregunto Sam

--- No lo se, lo supongo. --- murmuro Deán sin muchos ánimos.

--- ¿Sabes Deán?, en este punto  "el no se, supongo" no funciona para mi… creo que termínanos, llame a Dicken y nos vamos… nos iremos esta noche. --- aseguro Sam

--- Hay que investigar rápido entonces. --- murmuro Deán, ahora tenia que terminar con ese caso por la memoria de Tiny.

--- ¿Como?... Tal vez no te has dado cuenta, pero estamos en la cárcel --- le dijo Sam, pero luego recordó a Randall (el sujeto del baño) la sabia mucho desea prisión así que lo fueron a ver.

---  ¿Quieren saber sobre una enfermera? ¿Por que quieren saberlo? --- pregunto Randall apenas escuchar su petición.

--- Tenemos nuestros motivos, pero pagaremos tu esfuerzo. --- le dijo Deán y le dio un par de cigarrillos como pago, el hombre rápidamente  se puso a fumar.  --- Entonces, esa enfermera tenia el pelo blanco y tenia el ojo mal ¿Te suena familiar? --- le pregunto Deán.

--- Si, me acuerdo de ella --- murmuro el hombre

--- ¿Te acuerdas de su nombre? --- volvió a preguntar Deán.

--- No, esta algo borroso. --- aseguro el hombre y siguió fumando, ahí Sam se dio cuenta de que sabia que lo que necesitaban pero estaba pidiéndoles a gritos un pago mejor.

--- Dáselos --- le dijo Sam a su hermano sobre los cigarrillos.

--- Yo los gane. --- le reprocho Deán.

--- ¡Deán! --- le grito Sam enojado y Deán termino por darle todos los cigarrillos al sujeto, el sonrió feliz y empezó a hablar.

--- Glockner… Enfermera Glockner… Una bruja odiosa,  trabajo aquí en los años 70 --- les conto

--- ¿La conociste? --- le pegunto Sam

--- La vi una vez… necesitaba una vacuna y ella casi me atraviesa el brazo con la jeringa… pero Salí de ahí con vida --- comento el hombre y por su tono se dieron cuenta de que no lo estaba diciendo por ironía, lo estaba diciendo por algo mas, algo real.

--- ¿Que quieres decir? --- le pregunto Sam tras la ultima frase.

--- Escuche unas historias, no se si eran ciertas… A los presos les encanta hablar, aunque son todos unos mentirosos --- comenzó a decir el sujeto

--- ¿Que tipo de historias? --- le presiono Deán.

--- De gente que iba a la enfermería con resfriados y salían en una bolsa negra… Todos con infartos… jóvenes o viejos. --- comento el hombre.

--- ¿Infartos? --- pegunto Sam y miro a su hermano, ese era el claro patrón del fantasma así que estaba claro que si era esa enfermera.

--- Decían que ella odiaba a los internos y hacia esas cosas tipo Charles Bronsom con hipodérmicas… solo era un rumor, nadie pudo probar nada. --- agrego Randall.

--- ¿Y que paso con Glockner? --- pregunto Sam, estaba casi seguro de que había muerto ahí.

--- No lo se. Yo cumplí mi condena y salí, cuando volví ella ya no estaba. --- conto Randall, así que los Winchester regresaron al comedor para pensar en la situación.

--- Digamos que las historias de Glockner son ciertas. --- empezó a decir Sam

--- Es una teoría, en vida ella fue una vengadora y en la muerte lo mismo. --- comento Deán.

--- ¿Pero que hace en el bloque viejo? y si ataca convictos ¿por que mato al guardia? --- pregunto Sam, esas eran las dos cosas que hasta el momento no cuadraban en el caso.

--- Oí en el patio que ese guardia no era muy decente, así que…  Tal vez ella va tras las personas que incumplen leyes, como yo. --- comento Deán, recordando que también había sido atacado en esos días.

--- ¿Lo oíste en el patio? --- pregunto Sam incrédulo.

---  Si

--- Deán, ¿no te molesta lo fácilmente en que te adaptas aquí? --- le pregunto Sam, mas que molesto asustado de que su hermano se fuera a adaptar o a enamorar  con esa vida de presos.

--- No, no creo. --- murmuro Deán.

--- Como sea necesitamos más información… saber si Glockner esta sepultada y si es así donde… tenemos cinco horas para hacerlo. --- dijo Sam y Deán lo miro suplicante.  --- No, no me mires así… no me des tu mirada de ”tenemos que hacer esto”… nos iremos esta noche, no quiero peros. --- le advirtió Sam

--- No quiero fallarle a Dicken… Se lo debemos. --- repitió Deán, Sam estaba tan cansado de ese asunto de la lealtad que no pudo callarse mas.

--- No le debemos nuestras vidas, Deán. --- le dijo Sam, el no estaba dispuesto a condenarse para siempre por un simple caso de lealtad, no cuando ellos ayudaban a mas personas también. Deán pareció molestarse y empezó a caminar. 

--- ¿A donde vas? --- le pregunto Sam

--- Voy hablar con nuestra abogada. --- le dijo Deán y fue a pedirle a un guardia que la llamara, ella llego rápidamente a la prisión pensando en que escucharía la verdad de Deán, sin embargo no estaba preparada para lo que iba a escuchar.

--- ¿Quieres que yo que? --- pregunto anonada tras escuchar a Deán.

--- Su nombre era Glockner, fue una enfermera de los años 70. Ahora… Necesito que averigües todo lo que puedas sobre ella, principalmente como murió, y donde la sepultaron --- le repitió Deán.

--- ¿Estas loco? ¿Tienes idea del tipo de problema en el que esta metido? --- le pregunto ella

---  Tengo una vaga idea. --- murmuro Deán sin mucho interés.

--- Que bien… Entonces olvida a esa enfermera y háblame de tu caso. --- le pidió la mujer.

--- Mara... Es Mara, ¿No? --- le pregunto Deán, ella asintió.  ---  Entiendo que estas tratando de ayudarme ¿si?, lo se pero créeme cuando digo que… es la mejor forma de ayudarme. --- le aseguro

--- ¿Así? ¿Como? Solo explícamelo. --- le exigió ella.

---  Quisiera hacerlo, pero no puedo... Solo te voy a pedir que confíes en mí --- agrego Deán.

--- ¿Por que debería?... Henricksen dice que eres un monstruo. --- recordó la mujer, ella misma empezaba a creer en esas palabras pues Deán le estaba dando buenos motivos con esas preguntas tan extrañas de las tumbas.

--- ¿Yo un monstruo?... pues, esta equivocado, ¿si?... Yo no soy lo dice que soy. --- aseguro Deán

--- Todos dicen eso. --- murmuro ella, como abogada había escuchado cientos de veces esas mismas palabras salir de la boca de los criminales.

--- Si… mira, si eres buena abogada y yo creo que lo eres… tú sabes con una sola mirada si tus clientes son culpables, así nada mas… yo quiero que me mires, realmente y me digas: ¿Soy culpable?.. --- le pregunto Deán y ella realmente se le quedo mirando por unos segundos, volviendo a ver esa cosa rara en su mirada, algo que decía que él era bueno. --- Nosotros no somos los malos. --- repitió Deán.

Sam estaba dentro de la prisión, había aprovechado el tiempo sin Deán para poner en marcha su plan de escape, la primera fase de logística ya estaba lista y entonces regreso Deán.

--- ¿Si acepto? --- le pregunto sobre la abogada, conociendo a Deán estaba seguro de que le había pedido ayuda para investigar.

--- No, no exactamente, pero... tal vez lo haga. --- sugirió Deán

---  Bueno… No esperaremos para averiguarlo --- aseguro Sam

--- Podríamos darle otro día --- sugirió Deán y eso hizo estallar a Sam nuevamente, ¿que acaso su hermano no se daba cuenta del riesgo que corrían de estar ahí?

--- No, no, no… No iremos hoy, eso es todo. --- aseguro Sam

--- ¿No terminaremos y dejaremos que mas gente muera? --- pregunto Sam impresionado por que Sam estuviera dispuesto a dejar que eso pasara

--- No me salgas con eso ¿si?… este fue tu destupido plan y yo quise seguirlo, pero nos apagaremos al plan… Deán, no podemos arruinar nuestras vidas por un caso… lo siento pero tenemos otras responsabilidades… tenemos un hermano que solo nos tiene a nosotros como sustento. ---- le grito Sam para hacerlo entender,

--- De acuerdo, tu vete, yo me quedo. --- le dijo Deán y empezó a caminar por el patio.

--- Oye no te vayas… !No me dejes hablando solo! --- le grito Sam

--- Púdrete --- le grito Deán, entonces Sam corrió hacia el y le dio la vuelta para que lo mirara cara a cara.

--- ¿Que? ¡Púdrete tú! --- le grito Sam y entonces se empezaron a empujar el uno al otro, los otros prisioneros empezaron a gritar por una pelea pero en eso llegaron los custodios y los separaron.

--- Muy bien amigo, los métodos normales no funcionan contigo. --- le advirtió a Deán. --- Tú también vienes. --- dijo el jefe de custodios a los hermanos y entonces los llevo hasta una celda vacía del edificio. 

--- Vete… Quiero hacer esto solo. --- dijo el jefe a otro custodio que estaba ahí con ellos, el chico asintió y se fue de la sala. El jefe se acerco a Deán y lo miro realmente enojado, como planeando asesinarlo con sus propias manos pero entonces se empezó a reír.

--- Dicken, me estas matando del susto amigo. --- comento Deán y todos empezaron a reírse, resultaba que el jefe de custodios era el amigo de su padre y la misma persona que les había pedido de favor resolver ese caso.

--- Lo siento Deán, creí que seria fácil contigo… solo trato de hacerlo real. --- comento el hombre mientras les quitaba las esposas de las manos.

--- ¡Misión cumplida! --- grito Deán lleno de ironía.

--- ¿Entonces? ¿Se acabo? --- les pregunto Dicken

--- No, resulto no ser Moody. --- comento Sam algo decepcionado.

--- ¿Que? ¿Entonces quien? --- les pegunto interesado.

--- Creemos que fue una enfermera que trabajo aquí, pero hay cosas que no sabemos. --- le conto Sam

--- Por eso nos quedaremos hasta averiguarlo. --- le aseguro Deán y entonces Sam suspiro frustrado por escuchar tal patraña.

--- ¿De verdad quieres pelear por eso, Deán?... Tenemos que irnos, Ahora. --- le dijo Sam y empezaron a discutir nuevamente, Dicken trato de hablarles un par de veces ya que tenia información pero ellos no le hicieron caso, seguían en plena discusión.

--- Nos iremos, nos iremos Deán o nos llevaran con grilletes a Milwaukee, con Henrickson. --- le grito Sam

--- Oh, por favor --- se burlo Deán, realmente pensaba que Sam estaba siendo exagerado con el asunto.

--- ¡Muchachos! --- les grito Dicken y por fin atrajo su atención.

--- ¿Que? --- le gritaron ambos al mismo tiempo.

---  Su abogada dejo esto. --- comento Dicken y les entrego un folder, Deán empezó a reírse de inmediato.

--- ¿Qué les parece? Tengo mi toque todavía --- dijo Deán lleno de felicidad

--- ¿No te gustaría abrirla después cuando acabes de alabarte? --- le dijo Sam con ironía y se puso a leer el archivo rápidamente.

--- Si, si... Wow --- exclamo Deán y se quedo pálido.

--- ¿Que?... ¿Quieres compartir con la clase, Deán? --- le pregunto Sam aun molesto.

--- Glocker murió en el  viejo bloque después de Moody…. Parece que hubo una pelea y ella quedo en medio, la llevaron a un solitario y le hicieron un severo edema cerebral. --- explico Deán.

--- Alguien le vacio la cabeza….  ¿Y la sepultaron? --- pregunto Sam

--- Si --- murmuro Deán

--- Muy bien, vamos a sacarlos de aquí. --- exclamo Dicken solo tenía una oportunidad de sacar a los chicos de ahí y si seguía charlando, no podría hacerlo.

--- Descuida, nos desharemos de ella. --- le aseguro Deán

--- Que bien, porque quiero esa cosa fuera de mi prisión… Muchachos, no se como agradecerles… se que fue mucho pedir pero aun así pudieron, su padre los educo bien. --- les agradeció el hombre al borde de las lagrimas, pocas veces había conocido jóvenes tan valientes y entregados como los Winchester.

---  Te lo debíamos. --- murmuro Sam, después de todo veía lo agradecido que el hombre estaba con ellos y eso significaba mucho para el.

--- Muy bien… Espero verlos otra vez… solo que no aquí..., ¿esta bien? --- les pregunto el hombre mientras los abrazaba a los dos y todos empezaron a reír.

--- Si, eso espero. --- dijo Sam aun entre risas

--- Ah, ¿Donde lo quieres? --- le pregunto Deán serio.

--- ¿Que? --- pregunto Dicken sin entender, entonces Deán alzo el puño y le recordó que debían tener una coartada para el también.  --- Así… Aguarda… Que parezca real, hijo. --- le pidió Dicken, Deán sonrió pero le dio un puñetazo tan fuerte que lo dejo realmente inconsciente.

Así que Sam y Deán lograron escapar de la prisión y llegaron al impala que según el plan estaba estacionado fuera de la prisión.

--- O dios, que dichosos los ojos. ---- exclamo Deán aliviado de volver a tener su carro. --- Desearía ver la cara de Henricksen. --- dijo con una sonrisa.

--- ¿Así? porque yo seria feliz si no lo vuelvo a ver… todavía no nos hemos librado de esto. --- aseguro Sam y entonces se escucharon las alarmas de la prisión.

--- Si, buen punto. ---- exclamo Deán, entraron al auto y se fueron a toda velocidad.

Apenas enterarse de la fuga de los hermanos, Henricksen llego a la prisión y se encaro con Dicken quien para él, era culpable de todo.

--- Ya le dije, uno de ellos me ataco por atrás. --- le dijo Dicken, señalando el moretón de su rostro para reafirmar la historia.

--- Dejo que lo sorprendiera --- le grito Henricksen.

---  Si…. Metí la pata… ¿Que quieres que te diga? --- le grito Dicken

--- Quiero saber ¿hacia donde fueron? --- le pegunto Henricksen.

--- ¿Como voy a saberlo? --- le cuestiono Dicken, realmente ese sujeto del FBI estaba obsesionado con los muchachos Winchester.

--- Empiece otra vez --- le exigió Henricksen.

--- Por dios santo. --- murmuro Dicken para fingir impresión, aunque lo cierto es que empezaba a enfadarse.

… ¡Otra vez!!Quiero saber todo lo que hicieron hoy desde despertaron! --- le grito Henricksen y eso fue la gota que derramo el vaso, Dicken se puso de pie y lo miro enojado pues estaba apunto de golpearlo.

--- Se despertaron…. desayuno, Horario de visitas… recreación. --- le dijo tan frio como pudo sonar.

--- ¿Alguna visita? --- pregunto Henricksen.

--- Solo su abogada. --- murmuro Dicken y Henricksen no perdió tiempo para ir a buscar a la bogada, ella no le había agradado desde un inicio y estaría feliz de poderla interrogar como sospechosa.

--- Es una pregunta fácil, ¿de que hablaron usted y Deán? --- le exigió

--- Ya se lo dije, fue una conversación privada entre mi cliente y yo. --- le recordó la abogada, haciendo uso de su derecho constitucional.

--- Si, y 3 horas después casualmente escapan… Ahora dígame, ¿Qué le dijo? --- le volvió a gritar Henricksen y por supuesto ella no le respondió.  --- Déjame hacerlo simple, si no habla voy a acusarla por ayudar a criminales. --- le advirtió

--- Eso es ridículo. --- le grito ella aun que como abogada sabia perfectamente que eso si podía pasar.

--- ¿Cree que no puedo hacerlo? ¿Cree que esto es un juego Señorita?... Soy la última persona de la tierra con la que quiere enfrentarse... Ahora dígame… ¿Que le dijo? --- le grito Henricksen, ella no tuvo mas que empezar a hablar.

---  Quería que investigara algo… a una enfermera que murió en 1976. --- murmuro, sintiendo pena por traicionar a los chicos pero eran ellos o ella, aun que tal vez había otra opción

--- ¿Que? ¿Por que? --- le exigió Henricksen.

--- No lo se… Quería saber donde estaba sepultada. --- agrego ella

--- ¿Y averiguo donde? --- volvió a preguntar

---  Si.

--- ¿Y usted le dijo?

--- Si. --- murmuro la abogada, Henricksen tenia ganas de matarla ahí mismo pero se contuvo y la miro fríamente a los ojos para que ella le contara la ubicación de la tumba y ella no tuvo mas que hacerlo.
Los muchachos Winchester ya estaban en el cementerio en busca de la tumba de la enfermera, tenían que ser rápidos y volver a desaparecer por un tiempo después de terminar.

--- Hable con Jeff, le dije que estamos bien. --- comento Sam

--- ¿Sigue molesto? --- pregunto Deán, recodando la enorme discusión que habían tenido con su hermanito al dejarlo en casa de Bobby, pero había sido la única opción no podían arriesgarse a que los de asunto familiares les quitaran a Jeff.

--- Parece que no, de hecho se quedó tranquilo de escucharme… Ahora, hay que darnos prisa, si Henricksen habla con la abogada... llegara pronto. --- sugirió Sam

--- Creí que no ella no podía decir nada por lo del privilegio abogado/ cliente. --- sugirió Deán

--- Ese privilegio ya no aplica. --- murmuro Sam como estudiante de leyes sabía perfectamente a lo que se estaba ateniendo en esa situación.

--- ¿Entonces lo dirá? --- pregunto Deán desilusionado.

--- Esta obligada --- aseguro Sam

--- Eso es magnifico --- exclamo Deán frustrado, nuevamente las cosas no salían como el hubiera querido. Continuaron buscando la tumba y cuando finalmente la encontraron no demoraron nada en cavar, tenían el presentimiento pero ya era un hecho que la policía ya estaba de camino al cementerio y lo peor de todo era que la fantasma de la enfermera se había presentado ante Dicken en los baños de la prisión.

--- Dejaste que se fueran. --- le reprocho ella y sin darle oportunidad al custodio, lo derribo al suelo y empezó a apretar su corazón provocando la aparición de las venas negras en la cara de Dicken, él estaba apunto de morir pero por suerte los Winchester le prendieron fuego al cadáver de la enfermera y ella  desapareció en medio de llamas y gritos de dolor.

Sam y Deán contemplaron como el cadáver se consumía en llamas y en eso llego la policía al cementerio, la cosa fue que no estaban en el mismo cementerio.

--- ¿Estas seguro de que este es el cementerio? --- pregunto Henricksen a su compañero tras terminar la búsqueda.

--- Ella dijo… Cementerio Mountain Side. --- comento su compañero y en ese momento Henricksen comprendió todo, la abogada les había mentido con el nombre del cementerio ya que en realidad los chicos estaban en el Cementerio Green Valley.

---  Si antes estábamos fritos… --- comenzó a decir Sam mientras caminaban de regresó al auto.

--- Si, si ya se… tenemos que ser mas discretos, Sam. --- comento Deán

--- ¿Aun mas? Deán... Deberíamos ir a Yemen. --- dijo Sam con ironía y Deán hizo una mueca de disgusto al escuchar tal sugerencia.


--- Ho, aun no estoy listo para Yemen. --- murmuro Deán lleno de ironía, regresaron al auto y se fueron a toda velocidad, aun tenían miedo de que la policía los atrapara pero no sabían el enorme favor que esa abogada les había hecho, estarían libres un rato mas de los policías.

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