viernes, 30 de agosto de 2013

SPN 3.07 Sangre fresca

Sangre Fresca
Descripción Oficial
Los hermanos capturan a una vampira llamada Lucy, quien afirma que no tiene conocimiento de cómo se convirtió en un vampiro. Los chicos descubren que Dixon, un vampiro antiguo, está dandole su sangre a las mujeres desprevenidas en bares, ofreciéndola como la "última droga" y las esta conviertiendo en vampiros.Mientras tanto, Gordon se escapa de la cárcel y va tras Sam. Sin embargo, Dixon intercepta Gordon y lo convierte en un vampiro, lo que hace a Gordon más poderoso que antes y una amenaza mucho mayor para Sam. Una manada de lobos se mete en el caso, cuando una vieja adicta a la sangre reconoce a Jeff en un callejon. 


Jefferson City
Habían pasado un par de días desde el último caso, y Bela no había perdido oportunidad para  cerrar un par de ventas más. Sin embargo esa noche, Bela regreso a su auto para guardar un dinero y pudo sentir el asecho de una persona a sus espaldas.

— No es correcto asustar a las personas. — dijo Bela antes  de girarse y encontrarse con Gordon Walker, el cazador corrupto.

— Bela Talbot. — murmuro Gordon, feliz pues había pasado mucho tiempo tratando de encontrar una pista de los Winchester, y por fin la tenia.

— Me tienes en desventaja… No sé quién eres. — aseguro Bela.

— Gordon Walker. — murmuro el cazador

— He oído hablar de ti, oí que estabas en prisión. — comento Bela

— Salí. — aseguro Gordon, pues lo cierto es que había tenido que hacer un gran acto para poder escaparse de la prisión federal.

— ¿Liberado por buen comportamiento? — se burlo Bela y entonces metió la cabeza en el auto para buscar su arma, había escuchado de ese cazador y ningún rumor era bueno. Era mejor estar preparada para lo que fuera.

— ¿Buscas esto? — preguntó Gordon, quien sostenía la pistola de Bela en sus propias manos, el era mas experto para eso que cualquier otra persona.  — Sé que estuviste en Massachusetts… Y sé que estuviste con los hermanos Winchester… Dime, ¿dónde están? — le exigió Gordon.

— Creo que no lo sé. — dijo Bela entre risas.

— ¿Por qué no te esfuerzas un poco? — dijo Gordon y le apunto con el arma, directo a la cabeza

— Baja eso… ¿Para que quieres encontrar a los muchachos? — pregunto Bela fastidiada, no era la primera vez que la amenazaban de esa forma, de hecho hasta estaba acostumbrada y por ello no tenia miedo del cazador, solo curiosidad.

— Sam Winchester es el anticristo. — aseguro Gordon

— Oí algo de eso... — murmuro Bela, resintiéndose a reírse a carcajadas por lo estúpido que estaba sonando ese cazador.

— Es cierto. — insistió Gordon

—… De mi buen amigo, el conejo de Pascua, quién lo oyó del hada madrina. — se burlo Bela. — No soy estúpida. — agrego.

— El mundo esta en peligro… Y tu te haces la chistosa...Dime dónde están o te disparo. — le advirtió Gordon y cargo el arma.

— Gordon, tú y yo no nos conocemos muy bien… Así que te voy a decir algo sobre mí. No respondo bien a las amenazas… Pero hazme una oferta...y entonces si seré muy cooperativa. — aseguro Bela.

— Bien… ¿Qué tal si me dices dónde están, o te mato ahora mismo? — repitió Gordon, se estaba empezando a desesperar y cuando eso pasaba, las cosas no terminaban nada bien para las personas a su alrededor.

— Mátame… Y nunca encontraras a Sam y Deán. — aseguro Bela, ella también sabia jugar sus cartas de la manera perfecta para sobrevivir ante maleantes como el que tenia enfrente.

— Puedo reunir tres de los grandes — aseguro Gordon al instante.

— Por tres de los grandes, ni me levanto de la cama. — dijo Bela llena de ironía, y entonces vio que Gordon llevaba colgando de la cintura, un costalito de tela café con un símbolo bastante peculiar bordado. — Quiero eso… Dame tu amuleto y entonces te lo digo. — agrego y Gordon rápidamente miro su amuleto para cubrirlo de la vista.

— No eso no… Esta cosa tiene un siglo. Es...

— Valioso… Créeme, lo sé… Ahora, ¿Qué tanto quieres a los Winchester? — le presiono Bela y Gordon se lo pensó un segundo hasta quitarse el costal del cinturón y lanzárselo, Bela lo miro un segundo y saco su celular de la bolsa para llamar a Deán y obtener la información para Gordon.

Los chicos Winchester, estaban en las cercanías de Luisiana cazando vampiros, pues en la última semana se habían disparado un montón de reportes sobre personas que aparecían muertas sin una gota de sangre de sus cuerpos y todos fueron encontrados en el mismo sector. Así que esa noche, los tres hermanos revisaban un callejón y encontraron  a un hombre sangrante, al borde de un colapso.

— Oye, oye. No te preocupes… te ayudaremos, ¿esta bien? — Decía Sam, reanimando al hombre.

— ¿Dónde está? ¿A dónde se fue? — Pregunto Deán y el hombre señalo hacia el frente, así que Deán fue para halla para hacer un reconocimiento.

— Debe seguir aquí, esta oscuro, frio… es su estilo. — aseguro Jeff, parándose a las espaldas de su hermano mayor.

— Bueno, ya veremos… ve con Sammy. — le ordeno Deán al chico.

— ¿Que?, no… no me iré, quiero ayudarte… es un vampiro. — se quejo Jeff, no quería hacer alarde de su glorioso pasado como caza vampiros, pero le parecía injusto que trataran de alejarlo, cuando él había cazado mucho mas vampiros que sus hermanos juntos en toda su vida.

— Gracias por avisarme Jeff. — dijo Deán lleno de ironía. — Mira enano, ya tenemos un plan… y te explique las reglas antes de venir, así que o vas con Sammy ya mismo o no vuelves a venir a las cacerías hasta que este seguro de que vas a seguir el plan… tu decides hermanito — le dijo Deán y lo miro expectante.
— Pff... Púdrete Deán. — murmuro Jeff enojado y se fue con Sammy al otro lado del callejón, Deán negó con la cabeza pero alzo su machete y se hizo  una enorme cortada en el brazo para derramar sangre que atrajera al vampiro. Y a los pocos segundos apareció una chica rubia y con la boca manchada de sangre.

— ¡¿Hueles esto?! ¡Ven por ella! — Grito Deán, levantando más el brazo para que la vampira viera su sangre. — Ven aquí… Huele bien, ¿verdad?... Y sabe muy bien… ¡Vamos! ¡Almuerzo gratis! — agrego Deán, soltó el machete y la mujer se lanzo sobre su cuello. Deán logro inyectarla con sangre de hombre muerto y la vampira cayo inconsciente.

Deán saco un pañuelo para limpiarse la poca sangre que la mordida de la vampira, le había llegado a sacar. Entonces llegaron sus hermanos y lo miraron de manera extraña.

— ¿Qué? — les pregunto Deán,

— Eso estuvo cerca, ¿no te parece? — le pregunto Sam, quien no sabia si estar asombrado o enojado por el riesgo que su hermano había corrido.

— Tenia que animarla… Y funciono. — aseguro Deán, los chicos pusieron los ojos en blanco y ayudaron a llevarse a la vampira al auto y luego a una bodega.

Un par de horas mas tarde, la vampira se despertó, dándose cuenta de que estaba completamente atada a una silla y de que estaba en un sitio que no conocía.

— ¿Me oyes? — le pregunto Deán y entonces ella empezó a jalar sus brazos para tratar de soltarse. — Oh sí, lo siento… No irás a ninguna parte— le aseguro Deán y ahí ella los miro por primera vez directamente a los ojos.

— ¿Dónde está tu nido? — le pregunto Jeff, estaba bastante seguro de que un sitio como ese pueblo, debían haber mas criaturas de la noche. Era como estar de nuevo en Mystic Falls, en su hogar.

— ¿Qué? — pregunto la mujer sin entender.

— El nido... donde se reúnen tú y tus amigos chupasangres — le explico Deán.

— No sé de qué me estás hablando... ¡Por favor! No me siento bien. — aseguro la joven.

— Sí, bueno... te sentirás muchísimo peor... con otra inyección de sangre de muerto. — advirtió Deán y estuvo apunto de aplicarle otra dosis, pro Jeff no lo dejo, el quería que esperara un poco mas y mirara el comportamiento de la joven.

— Déjenme ir. — rogo la joven.

— No podemos hacer eso. — aseguro Sam

— Les estoy diciendo la verdad… Sólo... tomé algo… ¡Estoy asustada! ¡No sé que está pasando! — grito la mujer desesperada y los chicos se miraron sin entender lo que decía.

—  ¿Tomaste algo? — pregunto Sam intrigado.

— ¡Sí!... No se, que es lo que tome… Sólo quiero que se pase — dijo la vampira.

— ¿Cómo te llamas? — le pregunto Jeff, la había estado mirando muy detenidamente en esos minutos y tenia la teoría de que tal vez y solo tal vez, ella no supiera lo que le estaba pasando con su cuerpo.

— Soy Lucy… Por favor, déjenme ir. — rogo la vampira.

— Escucha, Lucy, haremos esto... Si nos dices lo que pasó... te dejaremos ir. — le aseguro Jeff.

— ¿Lo harán? — pregunto la joven esperanzada.

— ¿Lo haremos? — pregunto Deán con ironía, pero una sola mirada de Sam le indico que debía dejar que el chico los guiara en esos momentos.

— Uh, la verdad, no... Uhm, no estoy tan segura… Estaba en "Spider".— comenzó a narrar la vampira.

— ¿"Spider"? — pregunto Deán

— El club, en Jefferson… había un sujeto, que me invitaba tragos — continuo narrando la mujer.

— Ese sujeto... ¿Cómo era? — pregunto Sam

— Mayor, de unos treinta… cabello castaño, chaqueta de piel... Deacon o Dixon o algo así… Dijo que era traficante... que tenía algo para mí. — dijo la vampira.

— ¿Algo? — pregunto Jeff.

— Algo nuevo… "Lo mejor que hayas probado jamás"… Y puso unas gotas en mi bebida. — explico la joven, los Winchester se miraron pues los trs habían tenido el mismo pensamiento en esos momentos.

— ¿Era la droga roja y espesa? — Pregunto Deán y la joven asintió. — El tipo es un genio… Era sangre de vampiro con lo que te drogo. — agrego Deán.

— ¿Qué? — pregunto la joven en pánico y renuente a creer en lo que estaba escuchando.

— Sí, bebiste un buen trago del peor virus que existe. — aseguro Deán.

— ¡Estás loco! ¡Me dio un acido o algo así! — aseguro la vampira y eso dejo ver a Jeff que su teoría era correcta, ella no entendía lo que estaba pasando. — No... Lo siguiente que sé, es que estábamos en su casa y me dijo que me traería algo de comer... pero estaba tan… hambrienta.

— Así que te escapaste — aseguro Sam
— Pero no se me pasaba... Lo que el me haya dado. — dijo la vampira, comenzando a llorar de verdad.

— ¿Las luces te deslumbran? ¿La luz solar quema tu piel? — pregunto Deán, por alguna razón una parte de él sentía lastima por ella.

— Sí... Y los olores… Y oigo… el corazón, como bombea — comento la joven.

— Odio decirte esto, cariño... pero tu corazón no bombeara otra vez — aseguro Deán

— No el mío... El tuyo, y logro oír como late… a media calle de distancia, y ya quiero que se acabe. — rogaba la vampiro, una parte mala de ser una criatura de ese tipo es el poco control que se tiene sobre las acciones y las emociones. Todo era tan intenso.

— Muy bien, escucha niña rubia… No va a parar… Ya has matado a dos personas... casi a tres. — dijo Deán

— No, no lo hice… ¡Estaba alucinando! — grito la vampira, apenas y recordaba lo que había pasado en las ultimas horas, pero estaba segura de que ella jamás mataría a personas inocentes. Al menos no su persona humana.

— Los mataste, ¿entiendes?... Hemos estado siguiendo tu tonto rastro de cadáveres... hasta que llegamos a ti — le explico Deán

— No, no… ¡No fue real! ¡Fue la droga! ¡Por favor! ¡Tienen que ayudarme! — rogaba la chica, los Winchester dejaron el cuarto para hablar en privado y tomar una decisión.

— Pobre chica. — murmuro Sam apenas estar en el pasillo.

— Si, no tiene ni idea de lo que le esta pasando… no puede controlarse, y es demasiado pronto para que active su interruptor de humanidad otra vez. — aseguro Jeff.

— Entonces… No tenemos elección. — dijo Deán, se miraron unos segundos hasta que tomo su machete, entro a la habitación nuevamente y de una tajada le corto la cabeza a la vampiro.

El amanecer llego a la ciudad y con ello Gordon Walker y Kubrick (el cazador que anteriormente trato e matar a Sam) llegaron al hospital y se encontraron con el herido que la noche anterior habían ayudado los Winchester.

—Señor, unas preguntas sobre el ataque. — dijo Gordon apenas entrar a la habitación.

— Ya he hablado con la policía. — se quejo el hombre.

— No somos policías… Somos del FBI. — explico Gordon y mostro sus placas falsas.

— ¿FBI? — pregunto el hombre impresionado, no tenia idea de que la agencia se encargara de investigar incidentes aislados como el suyo.

— ¿Puede describir a su atacante? — pregunto Kubrick

— Estaba loca…Tenía una fuerza increíble, ¿entienden?... Me mordió el cuello. — conto el hombre.

— ¿Y ella sangró sobre usted? — pregunto Gordon

— Encima mío, no. — aseguro el sujeto.

— ¿En la boca, una herida abierta, algo? ¿Está seguro?—  pregunto Gordon, si no estuvieran en un lugar vigilado no le importaría hacer preguntas, simplemente habría asesinado a ese hombre. Pues el no corría riesgos dentro el trabajo. 

— Sí, estoy seguro… ¿Por qué pregunta? — cuestiono el hombre extrañado.

— Esa mujer tiene un virus muy peligroso. — aseguro Gordon

— ¿¡Qué!? Me mordió en el cuello. — grito el hombre, apunto de entrar en pánico.

— La mordedura no importa… Hay que ingerir la sangre para ser infectado. — agrego Kubrick para tranquilizarlo y no dejar que llamara la atención de algún medico u enfermera.

— Aja, fue una suerte o tendríamos que matarlo. — dijo Gordon, el hombre se empezó a reír pensando que era una broma, pero el silencio profundo de los cazadores hizo que dudara de sus verdaderas intenciones. — ¿El ataque? — pregunto Gordon

— Salto sobre mí, y me mordió… Entonces unos sujetos me hallaron y la persiguieron. — comento el hombre.

— ¿Cómo eran ellos? — volvió a preguntar Gordon

— No los vi bien. — aseguro el hombre.

— Recuerde — le exigió Kubrick.

— Uno de ellos era muy alto. — fue todo lo que pudo decirles el hombre, pero eso fue suficiente para corroborarle a Gordon que estaba muy cerca de Sam

Para el atardecer, los chicos Winchester fueron al Bar Spider en Jefferson, el mismo sitio donde la vampira había comentado que bebió la sangre de vampiro. El bar era relativamente tranquilo a pesar de estar lleno de personas que gustaban de fumar drogas y vestirse de negro.

— Esto ha sido una grandísima pérdida de tiempo. — aseguro Deán pues a cualquier lugar que mirara, simplemente se encontraba con chicos tontos que se creían vampiros o desadaptados de la sociedad.

— Mira, han desaparecido tres rubias, incluida Lucy... y a todas las vieron por última vez aquí… esta es su área de caza. — explico Sam

— Oye. — murmuro Deán, apenas ver que un sujeto bastante extraño, del tipo seductor oscuro, se  marchaba con otra chica del bar.

Y en efecto, se trataba del vampiro seductor el que había salido con esa chica a toda prisa, la llevo hasta el callejón y luego de dejarla que lo besara y acariciara un poco, saco un gotero de su bolsillo.

— ¿Lista, encanto?... prueba esto, y no volverás a ser la misma. — dijo el hombre, apuntó vaciar su sangre sobre su boca, pero llego Deán y empezaron a golpearse.

— Vete de aquí. ¡Ve! ¡Corre! — dijo Sam a la chica que se fue corriendo y cuando se giro, se encontró con que Deán estaba tirado junto al muro.

— ¡Deán! — grito Sam y lo ayudo a levantarse. Jeff aprovecho y salió corriendo tras el vampiro, era como en los viejos días.

— Estoy bien… Vamos. — dijo Deán y salieron corriendo pero al dar vuelta en el callejón se toparon cara a cara con Gordon y Kubrick quien tenia a Jeff sujeto por el cuello. Y que apenas verlos empezaron a dispararles.

Sam y Deán se escondieron detrás de unos autos, mientras que Gordon no dejaba de dispararles, realmente iba a matarlos esta vez, sin embargo Jeff empezó a jalar su propio cuerpo lejos de Kubrick y eso distrajo un poco al otro cazador.

— Quédate quieto, mocoso. — le dijo Kubrick a Jeff, jalándolo por el cabello de la nuca. Jeff le dio un pisotón muy fuerte y se zafo de su agarre, solo para lanzarse detrás de un auto.

— Ahora… Tu Corre. Yo los distraigo. — dijo Deán a Sammy, ya que ambos estaban un par de carros mas halla de donde Jeff.

— ¡¿Qué?! ¡Estás loco! — grito Sam

— Saca a Jeff de aquí, antes de que lo conviertan en queso gruyer. — Le ordeno Deán y antes de dar oportunidad a una discusión, salió corriendo y brinco por encima de todos los autos para esquivar las balas, luego se brinco una barda y cayo en otro callejón. Así que Kubrick fue tras el.

Gordon se asomo detrás de todos los autos, pero no encontró ni a Sam ni a Jeff. Sin embargo el vampiro que perseguían inicialmente, salto sobre el desde el techo, y lo pateo tan duro en la cara que lo dejo inconsciente y se lo llevo.

Sam y Jeff tuvieron que correr lo más rápido que pudieron, y se escondieron dentro de una vieja casa abandonada para esperar a su hermano mayor. Sin embargo, paso una hora, dos y hasta cuatro horas después, llego Deán.

— ¡Ya era hora! — exclamo Sam aliviado apenas verlo.

— Sí… Lo siento, me paré a comer algo. — comento Deán, Sam rodo los ojos porque solo su hermano era capaz de mantenerlo con tanta preocupación a cambio de una buena cena. — ¿Esta bien? — pregunto Deán al ver a Jeff, profundamente dormido.

— Si, él esta bien… solo estaba cansado, se ha quedado dormido hace unos minutos. — comento Sam y ambos lo miraron unos segundos.

— Ese mocoso se merece un buen regaño por la mañana ¿sabes? — pregunto Deán a Sam

— Si… lo que hizo estuvo mal, correr solo tras un vampiro... — empezó a decir Sam, pero ahora que lo pensaba bien,  Jeff podría haber muerto esa noche misma, pero no había sido el único.  — También fue una estupidez lo que hiciste Deán... correr directo a las armas. — agrego Sam

— Bueno, ¿qué puedo decir?... Soy valiente… Así que Gordon salió de la cárcel. — empezó a decir Deán, no quería escuchar el sermón de Sam sobre la muerte, no esa noche al menos.

— Uh, sí, eso creo… lo que no entiendo es, ¿como nos encontró? — se pregunto Sam, así que Deán se quedo pensando unos segundos y se dio cuenta de que las coincidencias en la vida jamás existirían.

— ¡Esa perra! – murmuro Deán, saco su celular y marco un numero.  — Hola, Bela. — dijo apenas le contestaron.

— Hola, Deán. — respondió Bela, quien iba conduciendo su auto por la carretera en busca de otro comprador para sus cosas malditas.

— Una pregunta: me llamaste ayer... Y no fue para agradecerme que te salve tu trasero, ¿verdad? — sugirió Deán, estaba bastante convencido de que si existía una persona tan egoísta como para entregarlos en bandeja de plata de a un asesino, esa era Bela.

— No... Gordon Walker me pagó para decirle dónde estaban. — respondió Bela, así de honesta y sin ningún remordimiento por lo que había hecho.

— ¿Disculpa? — pregunto Deán sorprendido por como lo había dicho.

— Tenia un arma apuntándome… ¿Qué mas podría hacer? — dijo Bela en su defensa.

— No lo sé, quizá tomar el teléfono... ¡Y avisarme que ese psicópata estaba buscándonos! — grito Deán hecho una furia y ahora lamentándose por haberle salvado la vida a esa traicionera.

— Ah… Tenía toda la intención de llamar… pero me distraje. — comento Bela.

— ¡Trato de matarnos! — dijo Deán indignado.

— Lo siento, no creí que fuera tan grave… Después de todo, ustedes son dos y medio… El es uno. — dijo Bela.

— No, eran dos. — dijo Deán en su defensa y omitiendo el pequeño detalle de discriminación que Bela había hecho sobre su hermanito. — Bela, si salimos de ésta vivos... lo primero que haré será matarte. — le advirtió Deán.

— No es en serio. — se burlo Bela.

— Escucha mi voz y dime si no hablo en serio. — dijo Deán lo mas serio posible y le colgó, Bela se quedo helada, porque si era verdad la amenaza que le habían hecho.

Cerca de las 2 de la mañana,  Gordon se despertó dentro de lo que parecía ser el nido de vampiros, un lugar oscuro, húmedo y mal oliente. El estaba atado a una mesa y además otras dos chicas rubias, estaban atadas y desangrándose delante suyo.

— Sé que están incómodas… pero es sólo temporal… El hambre pasará, y se sentirán mucho mejor. — se escucho decir al vampiro, quien acababa de entrar a la habitación para acariciar las cabezas de las chicas.  — Estás despierto. — dijo el vampiro, girándose para ver a Gordon.

— ¿Quiénes son ellas? — cuestiono Gordon.

— Familiares.

— ¿Siempre atas a tu familiares con grilletes? — pregunto Gordon con ironía, pero mas que nada desprecio en su tono de voz.

— Nos estamos conociendo… Acaban de renacer. — explico el vampiro.

— Mas bien tomaste a unas pobres chicas... y las convertiste en monstruos como tú. — dijo Gordon en tono burlón, pero en su interior estaba hecho una furia, conteniendo sus ganas e romper sus ataduras y matar a ese bastardo vampiro con sus propias manos.

— Hice lo que era necesario… Somos una especie en extinción… Pero eso ya lo sabes, ¿no, Gordon?— pregunto el vampiro con ironía. —  Gordon Walker... Uno de los mejores caza vampiros en persona… tu eres culpable de que mi especie este casi extinta Gordon. — aseguro.

— Tu "especie" se va a extinguir... porque son unos animales sanguinarios muy estúpidos. — aseguro Gordon, el vampiro lo miro con enojo por un segundo pero luego sonrió y hasta sentó a su lado para charlar.

— Claro… Somos mucho más sanguinarios que ustedes… Unos cazadores arrasaron con mi nido... como si fuera una fiesta… Asesinaron a mi hija… Y esto es muy satisfactorio… Atrapar al cazador responsable de tantas muertes... y servirlo como almuerzo a mis nuevas hijas. — comento el vampiro.

— ¿"Hijas"? Mejor dicho "Ratas con colmillos". — dijo Gordon entre risas.

—  Cuida tu boca. — advirtió el vampiro.

— Oh, ¿herí tus sentimientos?... Lo siento, olvidé que eras una víctima incomprendida... Aún cuando matas y extiendes tu asquerosa enfermedad... por puro instinto… Tienes menos humanidad que un gusano. — aseguro Gordon con todo el desprecio posible.

—  Lamento que tengas tan baja opinión de mi especie. — murmuro el vampiro.

—  Oh, no tienes ni idea. — dijo Gordon aun con ironía y eso termino por cansar y enojar al vampiro, quien se puso de pie y fue con las chicas.

— Lo siento, cambio de planes… les voy a conseguir otro almuerzo mis niñas… Tengo una mejor idea para ti, Gordon. — dijo el vampiro, se acerco a Gordon e hizo un corte en su brazo derecho y después el mismo corte en su propia mano.

— ¡No! ¡No! ¡¡No!! — gritaba Gordon, pus sabia perfectamente lo que estaba apunto de pasar. Así que el vampiro ignoro sus suplicas y finalmente dejo caer la sangre de su mano dentro de la herida de Gordon y luego le rompió el cuello para finalizar el proceso de transición a vampiro.

Mientras tanto, los hermanos Winchester continuaban despiertos, velando el sueño de su hermano menor y preparando armas para lo que pudiera llegar a pasar.

— Ese vampiro sigue por ahí, Deán. — comento Sam, arto de estar sentado y de ver que su hermano afilaba los machetes.

— Primero lo primero — murmuro Deán.

— Gordon. — agrego Sam

—  Sobre eso... cuando lo hallemos o el a nosotros... debo decirlo, no nos deja muchas opciones. — aseguro Deán.

— Sí, lo sé… Hay que matarlo. — agrego Sam, pero había sonado tan natural y cómodo con la idea, que termino por dejar a Deán en shock.

— ¿Enserio? ¿Así sin más?... Creí que ibas a decir... "No, no podemos. Es humano. Está mal". — dijo Deán en tono burlón, pero realmente  estaba preocupado con el hecho de que Sam estuviera cambiando su forma de ser y pensar de esa manera tan radical.

— No, ya me canse… y Gordon no va a parar hasta matarnos… o nosotros a el. — explico Sam y entonces sonó el celular de Deán otra vez.

— ¡¿Qué?! — grito apenas contestar, pues sabia de quien se trataba.

— No me gusta que la gente tenga rencores contra mí... y como prefiero que tú no me mates, busque y encontré la ubicación exacta de Gordon para ti. — dijo Bela apenas atender.

— Estás muy lejos de aquí. ¿Cómo diablos...? — Deán no pudo terminar la pregunta, pues Bela ya se estaba burlando de él.

— ¿Hola? ¿Proveedora de objetos poderosos de ocultismo?— dijo Bela llena de ironía. — Usé una ouija para contactar con el otro lado. — explico ella.

— ¿Y?  

— Almacén… Dos pisos, a la orilla del río, letrero de neón fuera. — explico Bela.

— Gracias. — murmuro Deán, sin ánimos de reconocerle algo aparentemente bueno a esa ladrona.

— Una cosa más… El espíritu tenia un mensaje para ustedes  "Dejen la ciudad, huyan como locos, pase lo que pase...no vayan detrás de Gordon"…. Ya di el recado. — murmuro Bela y finalmente colgó la llamada.

Sin que los Winchester imaginaran lo que estaba pasando. Gordon iba despertando de su muerte temporal,  para él todo se sentía aumentado, las luces le lastimaban a la vista, su cuerpo sudaba en exceso y logro liberarse de sus cadenas con una fuerza extraordinaria que apenas y podía soportar.

— Por favor, ayúdanos… Por favor. — rogaba una de las chicas rubias que también estaban en transición, Gordon las miro con odio y encontró en ellas, la oportunidad de venganza contra los vampiros.

Gordon logro salir del nido y tuvo que lidiar con todos sus malestares y síntomas en la calle. Todo se sentía horrible,  las luces se veían como focos incandescentes, las estrellas igual, el sonido de los corazones palpitando era incontrolable, era como si estuviera en muchas partes a la vez y por ello su cuerpo no respondía de la manera que el quería.

Gordon vio a un sujetó cambiando un neumático, sus colmillos se desplegaron por primera vez y aun que lucho contra el hambre y el instinto, termino por usar su velocidad de vampiro y comerse al tipo de un mordisco, e incluso le arranco la cabeza por su ira. Ahora el era un monstruo, el tipo de monstruo contra el que paso toda su vida luchando.

Al amanecer, los hermanos Winchester llegaron al nido de vampiros y se encontraron con el creador, llorando en el suelo y arrodilladlo frente a un montón de sangre.

— Adelante, háganlo… mátenme. — dijo el vampiro sin girar a verlos, simplemente sintiendo su presencia en su hogar.

— ¿Qué pasó aquí? — pregunto Sam apenas ver la sangre. 

— Gordon Walker… Nunca debí traer un cazador aquí… Nunca… Yo sólo... Sólo quería alguna clase de venganza…pero creo que fue estúpido, exponer a mi familia. — dijo vampiro entre lagrimas  y finalmente se giro a verlos.

— Oh sí, eres todo un padre de familia. — Se burlo Deán.

— No lo entiendes. — murmuro el vampiro.

— No quiero entenderlo, hijo de... — Deán no tuvo oportunidad de terminar con sus insultos, pues el vampiro se puso a llorar mas fuerte y realmente era algo escalofriante para la vista.

— Estaba desesperado… ¿Te has sentido desesperado?... Perdí a todos los que he amado… me espera una eternidad solo… ¿Crees que haya algo peor? — le cuestiono el vampiro.
— Bueno, está el Infierno. — comento Deán, jamás iba a admitirlo pero ese sentimiento que e vampiro describía, era el mismo que el sintió antes de hacer el pacto por la vida de Sam, había pensado que estará completamente solo.

— No estaba pensando… Yo sólo... ya no me importaba nada… ¿Sabes cómo es… que nada te importe?... Es como... Es como, ya estar muerto… Así que adelante… Háganlo. — dijo el vampiro y se arrodillo delante de ellos, poniendo su cuello a la disposición de cualquier machete. Deán estaba por cortarle la cabeza, cuando Sam lo detuvo, pues acababa de percatarse de algo bastante anormal.

— Deán… Las cabezas no fueron cortadas, fueron arrancadas… Con las manos de alguien — aseguró Sam y todos se giraron a ver las cabezas destrozadas de las jóvenes.  — Dixon, ¿qué le hiciste a Gordon? — pregunto Sam y entonces el vampiro sonrió y les explico todo. Al final, Deán le corto la cabeza de una sola tajada.

Mientras tanto, Gordon logro llegar a su motel para reunirse con Kubrick, pues ahora más que nunca necesitaba de su ayuda. Sin embargo el otro cazador se llevo un susto de muerte al encontrarlo en medio de la oscuridad de un closet, todo sudado y con sus ojos casi rojos.

— Gordon… ¿Estás bien? — pregunto Kubrick preocupado.

— No estoy bien — dijo Gordon con mucha dificultad, pues el reflejo del sol le deslumbraba la vista y le quemaba un poco la piel.

— Pensé que estabas muerto… ¿Qué tienes? — cuestiono Kubrick.

— Paso... paso algo. — titubeo Gordon y finalmente lo miro directo a los ojos, dejando que Kubrick viera su estado físico tan deplorable.

— ¿Qué? — pregunto Kubrick, pues realmente no entendía que estaba pasando con Gordon.

— Me convirtieron. — murmuro Gordon.

— ¿Esos vampiros? — pregunto Kubrick y Gordon asintió con lentitud. Kubrick cerró los ojos para decir una rápida plegaria por la muerte de su amigo. — Lo siento… ¿Sabes lo que eso significa? — pregunto, juntando todas sus fuerzas para hacer lo que debía.

— Que vas a tener que matarme… Pero aún no. — aseguro Gordon.

— ¿De que hablas? — pregunto Kubrick sin entender, el Gordon que conocía ya se habría suicidado, desde el primer momento en que despertó como un monstruo.

— Tienes que dejarme hacer una cosa primero. — murmuro Gordon.

— ¿Qué?

— Matar a Sam Winchester. — pidió Gordon

— Gordon. — murmuro Kubrick, sorprendido de que aun muerto no dejaba de lado sus estúpidos deseos de venganza contra ese muchacho.

— Es la única... Es la única cosa buena que saldría de esta pesadilla… Soy más fuerte, soy más rápido, puedo eliminarlo— aseguro Gordon.

— Gordon, lo siento… Sabes que no puedo dejarte ir. — aseguro Kubrick y discretamente saco una estaca de su bolsillo trasero y la mantuvo escondida a sus espaldas.

— Escúchame… No hay nada más importante… Por favor… Puedo hacer una última cosa buena por el mundo. — aseguro Gordon y se quedo mirando un crucifijo que colgaba de la pared de la cocina.

— Sí, es cierto... ¿Sabes, Gordon?... Tienes razón… Una última cosa buena. — dijo Kubrick, estaba por clavarle la estaca en la espalda, pero Gordon se giro y le arranco el corazón con sus propias manos.

— Lo siento. —  murmuro Gordon, con el cuerpo de su amigo en los brazos y  lo arrojo al suelo. Dispuesto a continuar el mismo con su plan, matara Sam Winchester y después a él mismo.

Mientras tanto, Deán se fue a las afueras del pueblo a revisar los lugares abandonados, era de día y si se encontraba con Gordon lo podría acabar fácilmente. Mientras que Sam tuvo que llevarse a Jeff a los lugares abandonados pero mas cercanos a la ciudad.

— Sammy, no tienen que hacer esto. — murmuro Jeff apenas entrar en una bodega mal oliente y llena de autos chatarra.

— ¿Qué cosa? ¿No deberíamos estar revisando? — pregunto Sam

—No, eso si… pero te digo que no tienen que cuidar de esta forma… Ya no soy un niño, he patrullado solo antes… y ya puedo cazar vampiros… papá me enseño. — dijo Jeff.

—  Lo se Jeff, pero tienes que entender que nuestro trabajo es  protegerte… mira, se que no te gusta, pero papá ya no esta… solo nos tenemos a nosotros, y después del pacto de Deán… simplemente no queremos correr riesgos innecesarios... No queremos que salgas herido Jeff—  le explico Sam

— Entiendo, enserio que lo entiendo… pero papá era mucho mas sobre protector que ustedes dos juntos, y aun así me enseñaba cosas… no te ofendas, pero con ustedes solo he aprendido conjuros en latín… Y espero que funcionen cuando algo diferente a un demonio me ataque. — dijo Jeff lleno de ironía y Sam lo miro con enojo, pero el chico tenia algo de razón al fin y al cabo.

Sam estaba buscando las palabras correctas para hablar con su hermano, cuando escucharon la puerta de la bodega volver a abrirse, así que los dos se escondieron detrás de un auto móvil, con los machetes en las manos, a la espera de que se tratara de Gordon. Pero lo único que escucharon fueron unas risas extrañas y luego vieron a unos hombres raros y ebrios entrar

—  Jajaja, no… y luego nos la bebimos completa, estaba… estaba en esa silla y… jajaja — decía uno de los tipos, estaba tan ebrio que apenas y se le entendía lo que salía por su boca. Sam y Jeff los espiaron unos minutos pero descartaron que fueran vampiros, pues estaban hablando de bebidas y además era de día y no portaban ningún anillo que los dejara caminar por la luz del sol.

Así que Sam y Jeff salieron por la parte trasera de la bodega y regresaron a la casa abandonada, y un rato mas tarde Deán regreso con ellos también.

— Debo haber visto tres docenas de moteles... edificios vacíos, almacenes… y nada. — se quejo Deán apenas llegar.

— Sí, nosotros también — comento Sam

— Es como un pajar gigante, y Gordon es una aguja letal…Se nos agota el día y el sol que lo debilite. — agrego Deán.
.
— Sí, será imparable— murmuro Sam, sin darle mucha importancia. — Oye, dame tu teléfono. — le pidió Sam

— ¿Para qué? — pregunto Deán interesado.

— Si Gordon sabe nuestros números de teléfono... puede usar la señal para rastrearnos. — aseguró Sam

— Oh, sí… Gracias. — dijo Deán y le dio su celular. Sam le quito las memorias SD a los teléfonos y los rompió a pisotones.

Los Winchester esperaron un rato mas en la casa, se podía sentir la tensión en el aire y eso termino por desesperar a Deán. El  fue quien presento a Gordon con sus hermanos y había sido su culpa que el cazador supiera sobre Sam, así que ahora no podía dejar que algo malo pasara.

— Sammy, quédate aquí... cuida a Jeff — Dijo Deán, dirigiéndose a la puerta

— ¿Qué? ¿Dónde vas ahora? — pregunto Sam alucinado y caminando detrás suyo para detenerlo.

— Iré por Gordon. — murmuro Deán.

— ¿Qué? — pregunto Sam alucinado, las otras ocasiones de Deán corriendo hacia el fuego cruzado habían sido solo simples riesgos, pero ir tras un vampiro nuevo e inestable como Gordon, eso era suicidio seguro

— Sí... Ya me oíste. — dijo Deán y trato de salir, pero Sam le cerro la puerta de un manotazo y no lo dejo avanzar.

— No, solo no vas a ir. — dijo Sam

—  Sam, no necesito que me firmes un permiso… Gordon anda tras de ti,  no de mi… Y esta turbo cargado, te quiero lejos de su alcance…. Y sobre todo a Jeff. — explico Deán.

— Deán, no te vas a ir solo, vas a hacer que te maten. — aseguro Sam

— Es sólo otro día de trabajo… Un día muy peligroso de trabajo. — murmuraba Deán, mientras preparaba sus armas

— ¿Y que? Tú eres el que no tiene nada que perder ahora… Así, si porque, he... Es porque ya estás muerto, ¿no? — pregunto Sam lleno de ironía, pero Deán no lo entendió o mas bien no lo quiso entender de esa manera.

— Si así lo quieres— murmuro Deán.

— ¿Sabes qué, Deán? … Ya me arto tu actitud kamikaze. — reprocho Sam

— ¿kamikaze?... Soy un ninja. — dijo Deán entre risas.

— No es divertido. — murmuro Sam, mirándolo muy serio y enojado.

— Si, un poquito. — agrego Deán, aun riéndose.

— No, no lo es. — repitió Sam entre dientes, estaba a muy poco de perder la paciencia y soltarse a golpes con su hermano.

— ¿Qué quieres que haga, Sam, eh? ¿Qué me siente aquí a escribir poemas sobre cómo voy a morir?... Ya tengo uno… Pero qué rima con "Cierra la boca, Sam"— le grito Deán y nuevamente emprendió su camino a la puerta, pero Sam se le metió en el camino.

— Deán, deja esa actitud… Deja de hacer todo cómico… ¿Y te digo otra cosa? Deja de aparentar que no tienes miedo. — le grito Sam

— ¡No aparento! — grito Deán irritado por la insistencia de Sammy, los gritos de los chicos alertaron a Jeff quien se quedo parado a media escalera para mirar lo que pasaba.

— Es mentira, puedes dejar de hacerlo porque se te nota el miedo — aseguro Sam

— No se de que hablas. — murmuro Deán y se fue hacia otro lado, pero Sam nuevamente lo siguió. Esta vez no se iba a callar lo que pensaba.

— Yo lo noto…. Estás asustado, Deán… Estás asustado porque tu año se agota,... estas aterrado porque te vas ir al infierno. — dijo Sam

— ¿Y cómo sabes eso? — le reto Deán

— ¡Porque te conozco! —  grito Sam

— ¿De verdad? — pregunto Deán con ironía, aun que sus verdaderas intenciones eran disuadir a Sam de la conversación, sabia que su hermano tenia razón en sus palabras pero no lo quería admitir, tenia que seguir siendo fuerte por la familia.

— Sí, porque te he seguido  durante toda mi vida… Te he admirado desde los 4 años, Deán… Te he estudiado, tratando de ser como mi hermano mayor… Así que te conozco... mejor que nadie más en todo el mundo… Y así... esto, es exactamente lo que haces cuando estas aterrado hermano… y la verdad no puedo culparte, solo que… — Sam se quedo callado, había llegado al fondo de su propio enojo, a un sentimiento que no quería afrontar.

— ¿Qué? — exigió saber Deán

— Desearía que solo fueras mi hermano otra vez, porque… porque si. — murmuro Sam, y se sentó en el sofá con la mirada perdida. Fue ahí que Deán se dio cuenta de que no solo el pacto había lastimado a Sam, su nueva forma de ser también lo había estado haciendo sufrir, y eso era lo último que quería. 

— Ganaste, nos esconderemos… Cubre nuestro olor para que no nos encuentre, pasaremos aquí la noche. — dijo Deán y cuando se giro se vio inmerso en un fuerte abrazo de Jeff (que acababa de bajar corriendo las escaleras) Deán termino por apoyar su barbilla sobre la cabeza de Jeff y lo mantuvo así un rato, era reconfortante.

Así que Deán y Sam colocaron maderos e incluso los colchones en las ventanas y puertas, mientras que Jeff se dedico a prender el humo que su padre les había enseñado para cubrir su aroma de los vampiros.

Antes del anochecer, Deán fue a la tienda más cercana y compro nuevos celulares para los tres, sin embargo apenas llegar a casa, el celular nuevo empezó a sonar insensivamente.

— Tienes ese celular hace dos horas, Deán… ¿A quién le diste el número? — le pregunto Sam

— A nadie. —  dijo Deán en su defensa y termino por contestar. — ¿Hola?

— Deán. — murmuro una voz del otro lado del teléfono, era Gordon.

— ¿Cómo conseguiste este número? — pregunto Deán asombrado y tanto Jeff como Sam se quedaron helados, entendiendo de quien era la llamada.

— Por tu olor en la tienda de teléfonos... Pero ya no puedo olerte ahora… ¿Dónde estás? — pregunto Gordon.

— Vas a tener que hallarnos, ¿no crees? — pregunto Deán lleno de ironía.

— Prefiero que ustedes vengan— murmuro Gordon.

— ¿Qué te pasa, Gordo? ¿No nos tienes miedo, verdad?... Estamos aquí sentados… ¡esperándote! — le reto Deán entre falsas carcajadas.

— Yo creo que no. — murmuro Gordon y le puso el teléfono a una chica que mantenía atada a su lado en alguna bodega.

— Por favor… Ayúdenme. — se escucho murmurara a la chica, Deán giro a ver a sus hermanos con pánico en los ojos, pues ahora estaban en una situación de rehenes.

— La fábrica de Riverside al salir de la autopista… Lleguen en 20 minutos... o la chica muere. — advirtió Gordon.

— Deja ir a la chica. — pidió Deán.

— Adiós, Deán.

— ¡Gordon! No hagas eso… No mates  gente inocente… Eres un cazador. — le rogo Deán, no podía creer que Gordon fuera tan ruin como ara meter personas inocentes en la cacería.

— No... Soy un monstruo. — murmuro Gordon y colgó la llamada.

Los Winchester no tuvieron que discutir mucho el plan de acción, así que fueron al lugar pactado, la fabrica Riverside. Deán sostenía la Colt en sus manos para poder matar a Gordon en caso de que saltara por sorpresa, pero entonces encontraron a la chica rehén, tirada casi inconsciente en la entrada del sitio.

— Oye, ya llegamos… tranquila, vamos a sacarte de aquí. — le decía Sam y Deán la cargo en sus brazos para alejarla. — Levanta. Cuidado con la cabeza… Cuidado con la cabeza. — decía Sam mientras caminaban fuera de la fabrica.

— Sam, no te alejes. – dijo Deán, pero entonces la cortina de fierro de la entrada se cerro y los dividió en lados opuestos.

— ¡Sam! — gritaron Jeff y Deán.

— ¡Deán!

— Sam, ¡ten cuidado! — le grito Deán, dándole de golpes a la cortina para tratar de Abrirla. Jeff lo estaba ayudando pero entonces la chica empezó a despertarse así que tuvo que ir a auxiliarla con un poco de agua.

Dentro de la fábrica estaba muy oscuro y Sam solo pudo sacar el machete y ponerse en guardia, podía sentir que algo lo asechaba pero no sabía exactamente de donde. El lugar era muy grande.

— Gordon... Estoy donde querías tener… ¡Porque no sales pelear! — grito Sam

— Estoy justo aquí, Sam— murmuro Gordon y Sam se giro pero no podía verlo, así que Gordon se empezó a reír. — ¿Qué te pasa, Sammy? — pregunto con ironía.

— Así es como quieres hacerlo, ¿no? — le reto Sam, listo para acabar con él en cuanto pudiera.

— Exacto — grito Gordon, quien gracias a sus sentidos de súper vampiro, podía ver en color rojo a Sam moverse de un lado a otro — No tienes ni idea a lo que me enfrenté... para llegar aquí… Lo perdí todo… Mi vida… Pero lo vale, porque por fin voy a matar a lo más peligroso que he cazado… Tu no eres humano, Sam — aseguro el vampiro.

— Mira quién habla. — dijo Sam entre dientes y soltó un golpe al aire.

— Tienes razón… Soy un asesino sangriento — aseguro Gordon.

— No hables como si no tuvieras elección. — dijo Sam

— No la tengo. — aseguro Gordon otra vez.

— Sí la tienes, Gordon… No mataste a esa chica. — dijo Sam

— No, no lo hice… Hice algo mucho, mucho peor. — comento Gordon y se empezó a reír.

Fuera de la fábrica,  Deán seguía dándole de patadas a la cortina para tratar de abrirla, entonces Jeff se le acerco y le saco la Colt de la bolsa.

— Si le disparamos, tal vez se abra. — dijo Jeff, sujetando la Colt de manera incorrecta en sus manos.

— ¿Qué estas haciendo, Jeffrey?... Dame la Colt, antes de que te dispares o me dispares a mí. — ordeno Deán y estiro la mano, pero Jeff en lugar de darle el arma, la cargo.

— No… voy a dispararle a la cortina… tenemos que entrar y ayudar a Sammy. — dijo Jeff y apunto titubeante a la cortina, Deán estaba por lanzársele encima y quitarle el arma, cuando la chica se levanto del suelo y los sorprendió, era una vampira.

La vampira iba a morder a Jeff pero Deán se lanzo sobre ella y termino en el suelo, ella iba a morderlo pero Jeff le disparo en la cabeza y la mato al instante. Deán solo alzo la mirada y miro la expresión sonriente y orgullosa de su hermano.

— Ja, ¿viste eso? ¡Ha sido increíble! — dijo Jeff emocionado, Deán dejo caer su cabeza al suelo, pues estaba seguro de que si sobrevivían a Gordon, el mismo iba a matar a su hermano con sus propias manos, había corrido un gran riesgo con la Colt.

 Dentro de la fabrica, Sam escucho el disparo y se alivio por un segundo, pensando que fuera lo que fuera que pasara, sus hermanos ya lo tendrían controlado.

— Tengo que admitirlo, Sam… engañaste a muchas personas. Pero yo , si se la verdad… yo se lo que sientes, somos iguales ahora… tu y yo… ya se lo que es, estar con algo maligno dentro de ti... Es una lastima que no hagas lo correcto y te suicides… yo lo hare, cuando acaba contigo… dos buenas obras… Matarte...y matarme. — comento el vampiro.

Finalmente Gordon salto sobre de Sam y ambos rompieron el muro tras ellos, cayendo a un lugar con luz. Gordon se levanto primero y arrojo a Sam contra un estante. Deán llego con la Colt en la mano e iba dispararle, pero Gordon también lo sometió hasta derribarlo y luego lo mordió.

— ¡Oye, chupa sangre! — le grito Jeff y le disparo una estaca con una pequeña ballesta de mano, pero esta vez fallo.

— Debe ser una maldita broma. — dijo Gordon enojado, dejo a Deán y se arrojo sobre Jeff, levantándolo por el cuello, un par de centímetros del suelo.

— ¡No! —grito Sam, se acerco y le quito a Gordon de encima pero este se giro y de una patada lo lanzo lejos, Sam cayo sobre una mesa de cosas y con ayuda de su machete corto un pedazo de alambre. Gordon llego por atrás y lo tomo del pelo, en un último esfuerzo Sam se giro y enredo el alambre alrededor del cuello  del vampiro y apretó tan fuerte como pudo.

La sangre de Gordon se escurrió por todas partes, hasta que finalmente su cabeza se partió de su cuello y cayo estrepitosamente al suelo. Deán se levanto mal herido y miro a Sam con sorpresa, estaba todo manchado de sangre y  con una expresión de pura rabia en el rostro.

— Lo que temía… Gordon perdió la cabeza. — dijo Jeff con ironía, e hizo reír un poco a sus hermanos con el comentario.

Los Winchester quemaron el cadáver de Gordon para cubrir sus huellas, tanto de la policía como de algún posible cazador que fuera a buscar venganza por el tipo. Sin embargo al salir de la fabrica se encontraron con dos tipos bebiendo la sangre de la vampira que Jeff mato.

— Puaj… ¿Qué demonios están haciendo? — pregunto Deán y los sujetos dejaron de beber para girar a verlo con los ojos completamente brillantes.

— Tu. — exclamo la mujer que bebía sangre, quien no era otra mas que Debbie Pelt, la ex novia de Alcide y quien conoció a Jeff en su fiesta de manada.

— Oh demonios. — murmuro Jeff al ver que sus ojos estaban amarillos, estaba apunto de convertirse.

— Gracias por el burrito de vampiro, por cierto… ahora vamos por la cena. — dijo el otro hombre, a quien Sam reconoció como el tipo ebrio de la bodega de la noche anterior.

— ¡Corran! — dijo Jeff a sus hermanos, y empezaron a correr hacia el otro lado de la calle. Debbie y el otro tipo se transformaron y empezaron a perseguirlos.

— ¿Qué diablos son esos? — pregunto Deán sin dejar de correr.

— Son hombres lobo, idiotas hombres lobo. — aseguro Jeff

— ¿Cómo que hombres lobo? No es posible, no estamos en el ciclo lunar. — dijo Sam y los tres se saltaron un par de autos abandonados, que por suerte hacían el camino mas difícil de cruzar.

— No hace falta la luna, la maldita sangre de vampiro les deja transformarse cuando quieran… Oh genial. — exclamo Jeff pues se toparon con una reja que impedía el paso a la siguiente calle.

— Vamos, vamos Jeff… brinca la reja. — dijo Deán, pues alcanzo a ver que los lobos estaban brincando los autos, y estaban muy cerca. Entre Sam y Deán cargaron al chico y lo arrojaron del otro lado de la reja, después Sam brinco también, Deán iba a brincar cuando uno de los lobos lo alcanzo y le mordió el pantalón.

— ¡Deán! — grito Sam desde el otro lado de la reja, entonces Deán se giro y soltó un par de disparos con la Colt y salto del otro lado de la calle.

Los hermanos siguieron corriendo hasta estar dentro del impala y se fueron a toda velocidad, Debbie recupero su forma humana y miro con odio como se iba el automóvil por el camino.

Debbie regreso al callejón y se encontró con el cadáver de su amado, había recibido un impacto de bala en el cerebro. Deán lo había matado.

Al otro día, Deán revisaba el automóvil, pues en la persecución de la noche anterior se había percatado de un ruido horrible que estaba haciendo su auto. Sam estaba sentado sobre la caja de herramientas con una cerveza en la mano y entonces se acerco y le dio una cerveza a su hermano.

— Gracias. — dijo Deán y tomo un sorbo.

— ¿Has averiguado qué hace ese ruido? — pregunto Sam

— Todavía no… Dame esa llave de ¿si? — pidió Deán, indicando una llave tirada en el suelo. Sam se agacho para recogerla y se la dio. — Gracias — murmuro Deán. Sam se giro a otro lado, pero Deán no resistió más la tentación de hablarle.

— ¿Sam? — le llamo Deán.

— ¿Llave equivocada? — pregunto Sam

— No, no, ven aquí un segundo. — le pidió Deán y Sam se coloco a su lado.

— ¿Sí? — pregunto Sam intrigado.

— El ruido puede ser por un par de cosas… Quizá el carburador, desajustado. — le explico Deán.

— Bien. — murmuro Sam desinteresado, pero sobre todo intrigado del porque le estaba diciendo eso, cuando tenían que marcharse de la ciudad lo mas pronto posible.

— Bien, ¿ves eso?.. Es una tapa de válvula… Dentro están todas las partes que hay en la cabeza… Dame esa llave de carraca. — pidió Deán tras señalarle la parte del auto, Sam volvió a girarse al suelo y le dio la llave.  — Bueno, ¿si entendiste eso? — pregunto Deán.

— Sí, uh, la tapa de la válvula cubre las cabezas. — murmuro Sam

— Muy bien… Este es tu colector de admisión, ¿y encima esta? — pregunto Deán, tocando el artefacto con sus propias manos.

— Es, uh, ¿un carburador? — pregunto Sam

— Carburador, muy bien. — dijo Deán con una enorme sonrisa.

— ¿Qué estas tramando? — cuestiono Sam y Deán le dio la llave de carraca. —  No querrá decir que quieres... — Sam ni siquiera podía creerlo tanto como para mencionarlo.

— Sí quiero… Arréglalo tú. — aseguro Deán.

— Deán, casi no me dejas ni conducir esta cosa. — se quejo Sam

— No, ya es tiempo… Debes saber arreglarlo… Tienes que saber estas cosas para el futuro… ya sabes, cuando sea tuyo, para Jeff — comento Deán, y Sam no tuvo mas que tomar la llave y agacharse en el capo del automóvil para repararlo.  — Y además, es mi trabajo, ¿no?... Enseñar a mi hermano menor el oficio. — dijo Deán, y  entonces se sentó sobre la caja de herramientas para supervisar el trabajo de Sammy.





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