Descripcion Oficial
Después de que Sam tiene una visión de Dean matando a un joven que parece estar poseído por un demonio, los dos hermanos visitan Oregón en busca de respuestas y descubren que están atrapados en una ciudad infectada por un virus mortal que convierte a las personas en asesinos. Sam se infecta por uno de los locales y se prepara para su muerte, pero después de que no le pasa nada, Dean decide sincerarse y revelar lo que John le dijo antes de morir. Jeffrey y Zohar se reúnen y reciben una ayuda inesperada para escapar de Franklin, un vampiro obsesionado con las jovencitas.
Deán camina por
un largo pasillo oscuro hasta llegar a una especie de sótano, ahí estaba un
chico atado a una silla, llorando y suplicando por su vida a las otras personas
que había en la habitación. Deán saco su arma y le apunto a la cabeza.
---- Dios… Todos vamos a morir. --- murmuro
una joven de cabello rubio que por su vestimenta no cavia duda de que era una
enfermera.
---- Tal vez
está diciendo la verdad. --- dijo otro sujeto, un hombre algo mayor y de color.
---- No es él,
ya no. --- aseguro Deán, sin quitar la vista de su objetivo que seguía llorando
y suplicando.
---- ¡Detente! ¡La
doctora! ¡Que diga la doctora! ¡No está en mí! --- grito el chico atado, Deán
giro para ver a una doctora que tabeen estaba presente en el lugar.
---- Yo...
sólo... no se que decir. --- dijo la mujer llena de culpa, así que Deán volvió
a girarse al joven y cargo el arma.
---- No, por
favor, no. --- volvió a rogar el joven
---- No tengo
opción. --- dijo Deán y soltó un par de disparos directo a la cabeza del joven.
Ahí fue cuando Sam despertó, todo se había tratado de una de sus pesadillas
premonitorias, lo cual hacia mucho peor la situación.
---- ¿Sam? ---
pregunto Deán al entrar a la habitación de motel y ver a su hermano, pálido y
recostado en el suelo.
Sam le conto a
Deán sobre su terrible pesadilla y salieron a la carretera en busca de
respuestas, Deán no era un asesino y tenían que encontrar a su posible victima
antes de que algo malo pasara.
---- Sólo hay
dos pueblos llamados Rivergrove --- dijo Sam mientras subía al impala-
--- ¿Cómo sabes
que es este de Oregon? --- pregunto Deán.
---- Había un
poster. --- respondió Sam, recordando que en la visión había un cartel del
centro de salud con que decía; Rivergrove. Oregón.
---- Está bien,
¿qué más viste? --- pregunto Deán
---- Vi un
cuarto oscuro, algunas personas, y un tipo atado a una silla. --- comento Sam,
recordando pequeños flashazos de la visión.
---- ¿Y yo lo elimino?
---- Si…
Pensabas que había algo dentro de él.
---- ¿Un
demonio? ¿Estaba poseído? --- pregunto Deán, aun que realmente eso no explicaba
un disparo pues eso no mataría a un demonio, no si no era la Colt.
---- No lo sé.
---- Todas tus
visiones están relacionadas con el demonio de ojos amarillos… ¿Había humo
negro? ¿Intentamos exorcizarlo? --- pregunto Deán.
---- No… Nada… Tú
sólo lo mataste y ya. --- dijo Sam
---- Estoy
seguro de que tenía una buena razón. --- aseguro Deán, le costaba algo de
trabajo imaginarse a si mismo disparando a un chico inocente, no era secreto
que no tenia dificultad para matar criaturas pero ¿humanos?, eso era diferente.
---- Eso espero.
--- murmuro Sam
---- ¿Eso espero?---
le pregunto Deán conmocionad, eso quería decir que Sam tenia dudas sobre el,
sobre su propio hermano. --- No voy a
matar a un hombre inocente… jamás lo haría, Sam --- aseguro nuevamente,
---- Nunca dije
que lo harías.… No sabemos lo que es… Pero sea lo que sea, ese tipo en la silla
es parte de eso… hay que encontrarlo y ver que es. --- dijo Sam, sonando
bastante tranquilo aun que por dentro estaba realmente nervioso por lo que su
hermano fuera a hacer.
Casi una semana
había pasado desde que Zohar, Nikki y Jeff desaparición del St.James y su
búsqueda se estaba llevando a puerta cerrada, el director Green decidió no dar
aviso a las autoridades o a las familias
sobre la desaparición de los chicos pues eso traería una mala fama para la
escuela, al resto de los alumnos se les dijo que el trió de jóvenes había sido
enviado a un intercambio estudiantil a Europa, y que no regresarían en algunos
meses. Todos creyeron la noticia, excepto Grant Blackwell que se pasaba todo el
tiempo siguiendo al vampiro Leo, buscando alguna pista sobre el paradero de sus
amigos.
--- Si sabes que puedo olerte ¿verdad niñito?
--- pregunto Leo con ironía y se giro para ver el corredor detrás de él y Grant
salió a la vista.
--- Y tú si sabes
que desaparecer a 3 chicos en una escuela llena de cazadores, es una locura
¿verdad? --- le pregunto con la misma ironía, Leo mostro sus colmillos y en
medio segundo azoto al chico contra los casilleros.
--- ¿De que
demonios estas hablando? --- le pregunto Leo irritado y apretándolo cada vez
mas fuerte del cuello, entonces una
flecha cayo sobre la espalda de Leo y este se desmayo al instante.
--- De eso hablo,
idiota. --- le dijo Grant y giro su cabeza para ver al director Green y al
señor Forbes, los dos cazadores se habían unido para encontrar a los chicos aun
que eso no significaba que confiaran el uno en el otro.
Rivergrove. Oregón.
Los hermanos
llegaron al pueblo de la visión de Sam y como si fuera obra del destino,
encontraron a uno de los sujetos de dicha visión.
--- Él estaba
ahí. --- dijo Sam, señalando al hombre que cargaba la gasolina frente a ellos.
Deán asintió con la cabeza, busco sus identificaciones falsas y salió del auto.
--- Buen día.
--- dijo Deán, acercándose al hombre.
--- Buen día… ¿Puedo
ayudarlos? --- les pregunto el amable hombre.
--- Billy
Gibbons, Frank Beard… somos alguaciles. --- dijo Deán y ambos hermanos
mostraron sus places al hombre.
--- ¿De que se
trata? --- cuestiono el hombre, cruzando sus brazos.
--- Estamos
buscando a alguien… Un joven, de 20 años… Tiene una pequeña cicatriz en la
frente. --- comento Sam, forzando a su
mente a recordar hasta el mas mínimo detalle de su visión, por eso recordó lo
de la cicatriz.
--- ¿Qué hizo?
--- pregunto el hombre, claramente sabiendo de quien se trataba.
--- Estamos
buscando a otra persona, pero creemos que este joven podrá ayudarnos… No está
metido en ninguna clase de problema, ni nada…. Bueno aun no. --- comento Deán y
entonces noto que el sujeto tenia una cadena del ejercito colgando de su cuello
y no cualquier insignia ---- Creo que tal
vez usted... Sepa quien es, Sargento maestro... Mi padre estaba en la fuerza, era
un Cabo. --- comento Deán sonriente.
--- ¿Qué
compañía? --- pregunto el sargento
--- Echo-2-1.
--- dijo Deán con orgullo, conociendo a los sujetos del ejercito, de la marina,
etc… todos eran iguales, todos felices por ayudar a sus compañeros de guerra.
--- ¿Puede
ayudarnos? --- le pregunto Sam
--- Duane Tanner
tiene una cicatriz así… Pero lo conozco, es un buen chico. --- dijo el
sargento, los hermanos se miraron el uno al otro.
--- Estoy seguro
de eso… ¿Sabe dónde vive? --- le pregunto Deán
--- Con su
familia, en la calle Aspen. --- les dijo el hombre, Deán le agradeció y ambos
hermanos se fueron caminando para inspeccionar el pueblo, todo era tranquilo,
todo parecía mucho mas silencioso de lo que era común en pueblitos de ese
estilo. De pronto una vieja campana junto a un árbol seco llamo la atención de
Sam
--- Oye --- Sam
llamo a Deán para que mirara la curiosidad del asunto.
--- ¿"Croatoan"?
-– leyó Deán, desde una vieja raspadura que había en el tronco seco del árbol.
--- Si… Roanoke…
La colonia perdida…. ¿No te suena? --- pregunto Sam, Deán lo miro con
incredulidad pues era claro que no sabia nada del tema. --- ¿Pusiste algo de atención en las clases de
historia? --- pregunto Sam con ironía.
--- Si… El tiro
que se escuchó alrededor del mundo, cómo las costumbres se vuelven leyes. ---
balbuceo Deán, Sam se rio irónicamente.
--- Eso no es de
la escuela… Son canciones de Rock --- dijo Sam molesto. --- Como sea… Roanoke
fue una de las primeras colonias inglesas de América… En los 1500. --- comento
Sam
--- Si,... me acuerdo
de eso… La única cosa que dejaron fue una palabra tallada en un árbol… Croatoan.
--- dijo Deán, recordando la historia
pero no por la escuela, si no porque su padre se la había contado una vez.
--- Si, y hubo
varias teorías... Ataques indios, enfermedades… Pero nadie supo que pasó
realmente… Todos desaparecieron en una noche. --- dijo Sam
--- ¿Crees que
es lo que sucede aquí? --- pregunto Deán entre risas, aquello era una historia
bastante ilógica y si sentido como para que estuviera pasando realmente.
--- Lo que haya
visto en mi cabeza, estoy seguro que no es bueno… ¿Pero quién crees que podría
hacer algo así? --- Pregunto Sam, Deán se encogió de hombros.
--- Como dije, tus
visiones están relacionadas con el demonio de ojos amarillos, así que… ---
sugirió Deán.
--- Deberíamos
conseguir ayuda… Bobby… Ellen, quizá. --- sugirió Sam. Así que los dos hermanos
continuaron caminando por el pueblo, trataron de llamar a Bobby y Ellen pero
ninguno de sus teléfonos funciono.
---- No tengo
señal. -– exclamo Deán
--- Yo tampoco…
--- confirmo Sam, así que tomaron el teléfono de la esquina para llamar pero
igual, la línea estaba muerta por completo.
---- Te diré una
cosa… Si fuera a masacrar a un pueblo, este sería mi primer paso. --- dijo Deán
con seguridad, todo aquello comenzaba a ponerse realmente feo.
Jackson, Mississippi
Jeff había empezado
a tener una vida de príncipe, Russell se la pasaba llevándolo de compras y de
viaje de un sitio para otro, era como si quisiera mantenerlo alejado de la
mansión o de laguna otra cosa en especial… como de Zohar. La pobre chica no lo
había pasado para nada bien en esos días pues el vampiro que la custodiaba,
Franklin se empezaba a obsesionar con ella y bebía de su muñeca cada vez que le
daba la gana.
Esa tarde, Franklin
decidió sacar a Zohar de su encierro y la llevo al comedor principal, la ato a
la silla y dejo que el presento Talbot la acariciara por todas partes.
--- Eres muy…
exótica... Eres buena niña ¿Si lo eres?... Que bonita. --- decía Talbot a
Zohar, ella no decía nada pero su repulsión era obviada por sus gestos.
--- Piérdete Talbot.
--- finalmente le dijo Franklin
--- Se que no es
bueno combinar demasiado pero… tu y tu… amiga mascota llena de sangre… son todo
lo contrario a mi decoración. --- aseguro Talbot, haciendo gestos de repulsión
por toda la sangre seca que manchaba el uniforme escolar de Zohar.
--- A nadie le
interesa que pienses, así que cierra lo boca. --- grito Franklin a Talbot. ---
Tranquila Zohar, este es solo la conserje, no lo escuches. --- le dijo a la
niña para calmarle los nervios, que mas bien eran corajes.
--- Psicópata
imbécil. --- grito Talbot al escuchar como se referían a su persona, luego
mostro sus colmillos, Franklin también y estaba apunto de atacarse cuando la
puerta principal se abrió y Russell entro con Jeff a la residencia.
--- ¿Jeffrey? ---
pregunto Zohar con un cumulo de emociones en el rostro, Jeff se puso mas blanco que un papel al verla
allí.
--- ¿Por qué sigue
aquí? --- pregunto Jeff furioso, el pensaba que Zohar se encontraría a salvo en
ese momento no que estaría ahí, toda manchada de sangre y mal teñida.
--- ¿Por qué sigue
aquí? --- pregunto Russell con mucha paciencia, lo cierto es que el también
había dado la orden de que la regresaran a casa, el era un vampiro de palabra y
no le gustaba que lo contradijeran.
--- Ella quiere
estar conmigo. --- dijo Franklin a la defensiva.
--- Por eso esta
atada. --- exclamo Talbot con ironía.
--- Es mía. ---
volvió a murmurar Franklin
--- Relájate tigre,
no van a quitártela… de hecho a mi me parece que hacen una maravillosa
pareja, ¿no crees Jeffrey? --- pregunto
Carmel quien iba entrando a la habitación y se coloco detrás de Jeff,
acariciándole las hombros.
--- Sin duda. ---
respondió Jeff, Zohar se escandalizo al escuchar tal respuesta.
--- ¿Y porque sigue
el aquí? --- pregunto Talbot, señalando a Franklin. Era muy claro el desprecio
que se tenían entre ellos.
--- Porque aun
tengo asuntos con el rey. – le respondió Franklin.
--- Cariño…
Quedamos en que no trabajarías en casa. --- le recordó Talbot a su esposo quien
solo le sonrió con sarcasmo.
--- Cariño, soy el
rey… Franklin, jamás me decepciona… ¿esta bien si vamos a mi estudio? ---
pregunto el rey, ignorando a su pareja y abandonando la sala junto a su súbdito
que sonreía complacido por haber ganado las atenciones de su majestad.
--- ¿Que sucede
aquí?, ¿Que sucede contigo? --- pregunto Zohar a Jeff, estaba confundida de
verlo vestido de forma tan elegante y de verlo dejarse tocar por Carmel, era
como si Jeff estuviera disfrutando de su estancia.
--- Si Jeff, tu
comportamiento es un poco… errático. --- dijo Carmel con una temible sonrisa,
sin embargo Jeff continuaba estoico, pensando en la mejor respuesta para todos.
--- Ayúdame. ---
rogo Zohar, dejado caer una lagrima atreves de su mejilla.
--- No. ---
respondió Jeff tan sínicamente como podría haber sonado, aun que por dentro su
corazón se le hacia pedazos. Estaba lastimando a una chica inocente, a una
chica que parecía quererlo pero realmente no tenia opción, la tenia que
proteger, aun que eso conllevara el perderla.
Mientras tanto el
rey continuaba charlando con Franklin, lo cierto es que su trabajo en esa casa
ya estaba terminado y solo estaba esperando por su jugoso pago.
--- Como siempre,
el deposito se ira a tu cuenta de ahorros. --- aseguro Russell
--- Pero quiero el
dinero. --- murmuro Franklin, sin mirar al rey para no demostrar desobediencia o insubordinación alguna.
--- La última vez
que te di dinero, te lo gastaste todo en un casino de Atlanta… y atacaste a un
grupo de ancianas. --- conto el rey.
--- No me dejaban
jugar nunca. --- aun murmuro Franklin, el rey se burlo de el pues podía hacerse una idea del porque
de dicha petición.
--- ¿Porque estas
arrastrando a otra chica? … eres un hombre muy descuidado… Y ya me canse de
limpiar tu desorden. --- reprocho el rey, recordando la docena de veces en las
que su súbdito había tomado a niñas como Zohar y las había llevado al abismo de
la locura y de la muerte.
--- Mi rey, le
aseguro que ella es completamente diferente, es un desastre… parecemos gemelos,
nuestra atracción es… natural. --- aseguro Franklin, el rey volvió a burlarse.
--- Franklin, eres
un demente… pero me gusta tu trabajo… llévatela si quieres… solo mantengámoslo
entre nosotros… no quiero que nuestro joven profeta se entere de que he roto
nuestro acuerdo. --- pidió el rey.
--- Claro que si, gracias su majestad… es muy
generoso. --- le dijo Franklin.
--- Lo se… solo una
ultima cosa… ¿Qué pudo contarte ella sobre la orden de sangre? --- cuestiono el
rey, pues ese era su interés principal para haber capturado a Zohar.
--- Nada que no sepamos
ya… su padre es el líder de los cazadores… y ellos continúan buscando a la
hermana… estoy seguro de que recuerda a nuestra pequeña Tam…
--- La recuerdo.
--- dijo el rey, no quería volver a escuchar ese nombre en su existencia. ---
Puedes irte, te llamare si te necesito… por ahora mantente muy alejado de aquí…
y trata de mantener a esa chiquilla por un tiempo. --- pidió Russell, Franklin
asintió y salió del despacho.
Mientras tanto, Sam
y Deán llegaron a la cabaña donde vivía el chico de la visión de Sam, era una
casa pequeña y les abrió un chico no mayor de 16 años.
--- ¿Si? --- les
pregunto el chico.
--- Hola,
buscamos a Duane Tanner, vive aquí, ¿no? --- pregunto Deán
--- Es mi
hermano. --- dijo el chico.
--- ¿Podemos
hablar con él? --- pidió Deán.
--- Ahora no se
encuentra aquí. --- murmuro el chico.
--- ¿Sabes dónde
está? --- volvió a preguntar Deán.
--- Si, se fue a
pescar al lago Roslyn. --- aseguro el chico.
--- ¿Están tus
padres en casa? --- le pregunto Sam, le parecía algo raro que un niño saliera a
atender a dos supuestos alguaciles en lugar de un adulto responsable.
--- Si, están adentro.
--- dijo el chico.
--- Jake, ¿quién
es? --- se escucho a un hombre gritar y un segundo después salió el padre de
los chicos a la puerta.
--- Hola, somos
alguaciles, señor… Estamos buscando a su hijo Duane. --- le dijo Deán
--- ¿Porque?
¿Esta en problemas? --- cuestiono el hombro
--- No, no sólo
necesitamos hacerle un par de preguntas de rutina --- aseguro Deán
--- ¿Cuándo
regresará de su viaje? --- le pregunto Sam
--- No estoy
seguro. --- dijo el hombre, claramente fingiendo una sonrisa en su rostro.
--- Tal vez su
esposa lo sepa. --- sugirió Sam
--- No, no lo sé…
No está aquí ahora. --- aseguro el hombre.
--- Su hijo dijo
que si. --- recordó Deán, el chico dijo que sus padres, ambos estaban en el
interior de la casa.
--- ¿Así? ---
pregunto el niño con ironía y desprecio en su voz.
--- Fue a la
tienda… Cuando Duane regrese, ¿hay algún teléfono donde pueda llamarlos? ---
pregunto el hombre, sonando bastante servicial pero ni así pudo engañar a Deán.
--- No,
volveremos después. --- le dijo Deán, el hombre de la casa asintió y les cerro
la puerta.
--- Eso fue un
poco extraño, ¿no? Demasiado amables. --- dijo Deán
--- Si, mucho.
--- reafirmo Sam, ambos estaban tentados a irse pero una corazonada les hizo
quedarse un poco mas y mirar por la ventana.
Dentro de la
casa estaba ocurriendo algo horrible, el padre y el hijo tenían atada a la
dueña de la casa en una silla, la habían golpeado mucho y ella estaba
sangrando, mientras trataba de gritar por ayuda.
--- Está bien,
mamá… No va a dolerte. --- decía el hijo mientras se cortaba su propia muñeca,
el esposo sujetaba los hombros de la mujer mientas el chico dejaba caer su
sangre sobre ella. Los hermanos Winchester vieron casi todo desde la ventana y
entraron corriendo. Deán le disparo al señor en el estomago y lo mato, mientras
que el hijo logro saltar por la ve3tnana, Sam lo siguió unos metros pero lo
dejo escapar.
Al mismo tiempo,
Jeff estaba en una especie de bodega que era muy especial para el rey de los
vampiros pues ahí guardaba todos sus trofeos, sus cosas de valor preciados.
También había muchas fotografías de Russell y Talbot en muchas partes
diferentes del mundo.
--- Recuerdo ese
viaje a Tokio, ha sido de los mejores… festines que he tenido en mi existencia.
--- comento Talbot al percatarse que Jeff sostenía su foto en dicha nación.
--- ¿Y… Cuánto
tiempo llevan juntos? --- pregunto Jeff con interés, pues había muchas
fotografías que eran en blanco y negro u otros donde había vestimentas viejas.
--- Ha… cerca de
700 años… aun que a veces parecen 7 millones. --- respondió Talbot entre risas.
--- Espero que sepa
la suerte que tiene. --- murmuro Jeff, se le hacía muy difícil imaginarse a dos
hombres pasar tanto tiempo juntos y sin ningún arrepentimiento. Desearía que
Ángel le hubiera permitido tener lo mismo con él. --- ¿Y… Qué es esto? ---
pregunto Jeff, tomando una especie de revista antigua del mostrador.
--- Erótica -
vampírica japonesa del siglo XVI… tiene detalles exquisitos. --- le comento
Talbot, Jeff la ojeo un poco y en efecto, era pornografía japonesa muy vieja.
--- ¿Aprendiste
algún truco? --- le pregunto Jeff, no porque le interesara sino para matar
tiempo entre ellos, aun que odiara estar ahí debía mantener un perfil bajo,
tratar de adaptarse, al menos hasta que encontrara alguna salida.
--- Ho bueno… nada
ha cambiado querido, excepto la pareja. --- le comento Talbot, ambos empezaron
a reírse por lo absurdo que sonaba la frase.
--- Hay una gran
colección aquí. --- reconoció Jeff, mirando hacia todas partes en la
habitación.
--- Y no has visto
nada… Russell es un chiquillo demandante… cuando quiere algo, hace lo que sea
para conseguirlo… hace lo mismo con las personas, así que… cuídate.--- le dijo
Talbot, Jeff le sonrió un poco antes de girar la cabeza y ver una cruz de oro
cubierta con piedras preciosas, le parecía muy familiar pero no recordaba de
donde.
--- ¿Y esa? --- pregunto Jeff, señalando la cruz.
--- La cruz de San
Jorge, creo que Russell la encontró en Roma… creo en el siglo XV. --- comento
Talbot, Jeff hizo un enorme esfuerzo por recordar donde había visto dicho
artefacto, pues algo le decía que tenia muchas respuestas.
Mientras tanto,
Sam y Deán llevaron a la mujer mal herida al centro medico local, la mujer
había entrado en crisis nerviosa y ni siquiera se había dado cuenta de quienes
la habían rescatado.
--- ¿Hola? ¿Hola?
Necesitamos un doctor aquí. --- gritaba Sam, entonces salió una enfermera rubia
(a la que Sam reconoció por su visión)
--- Sra. Tanner,..
¿Qué ocurrió? --- pregunto la enfermera
--- Fue atacada.
--- dijo Sam
--- Dr. Lee. ---
grito la enfermera, entonces apareció la doctora que efectivamente era la misma
de la visión de Sam.
--- Pásenla. ---
dijo la doctora nada mas ver a su vecina sangrando, entonces se percato de que
atrás de Sam venia Deán, cargando a un muerto en los hombros.
--- ¿Ese ese... el
señor Tanner? ¿También a él lo atacaron? --- pregunto ella.
--- No, en
realidad, él fue el atacante y después le dispararon. --- dijo Deán
--- ¿Dispararon?
--- pregunto la mujer alucinada, Vivian en un pueblo muy tranquilo y casi nunca
había escuchado sobre incidentes con armas de fuego.
--- Sí. --- dijo
Deán, frustrado y fatigado por el peso del hombre sobre su cuerpo.
--- ¿Y quién es
usted? --- pregunto ella.
--- Un alguacil…
Le mostraría mi placa, pero... --- Deán giro su cabeza hacia el cuerpo que
cargaba en búsqueda de comprensión de parte de la doctora.
--- Lo lamento…póngalo
por acá. --- dijo la mujer, apenada por no haber ayudado a Deán con el peso
desde el primer momento.
Así que la
doctora comprobó que el señor Tanner estaba muerto por las heridas de bala,
luego atendió a la sobreviviente del ataque, la señora Tanner que continuaba en
un estado de Shock por lo que había pasado en aquel día. Aun así logro contarlo
todo.
--- Espera, ¿has
dicho que Jake lo ayudó? ¿Tu hijo Jake? --- le pregunto doctora, no podía creer
lo que estaba escuchando.
--- Me golpearon,
me ataron. --- repitió la mujer llena de lagrimas.
--- No puede
ser. --- murmuro la joven enfermera.
--- Beverly,
¿tienes alguna idea de... por qué actúan así? ¿Algún antecedente de dependencia
a sustancias adictivas? --- cuestiono la doctora, era la única explicación para
que sus vecinos, los que conocía desde hacia años se hubieran convertido en
unos monstruos.
--- No, claro
que no… No sé por qué…Un momento eran mi marido y mi hijo, y después tenían al diablo
dentro. --- aseguro la mujer.
--- Tenemos que
hablar. --- le dijo Sam a su hermano y los dos salieron al pasillo para charlar
en privado.
--- Estaban
totalmente desquiciados. --- dijo Deán
--- ¿Qué crees?
¿Posesión masiva? --- pregunto Sam, pues era la única teoría en la que su mente
podía pensar.
--- Si es
posesión, debe haber más… Sólo Dios sabe cuántas, podría ser una maldita
convención… Es una forma de destruir una ciudad… Tomándola desde adentro.--- comento
Deán
--- No vimos ese
humo de demonio con los Tanner, ni ninguna otra señal. --- dijo Sam, Deán se
quedo pensando, recordando que lo que decía su hermano era verdad.
--- Sea lo que
sea, algo los convirtió en monstruos… sabes que si hubieras matado al otro... habría
una preocupación menos --- reprocho Deán, recordadnos que Sam había tenido el
alcance perfecto para matar a la otra cosa pero la había dejado ir.
--- Lo siento
¿si?, lo dude Deán… Era un niño. --- dijo Sam
--- No, era una
cosa… pero ya ni llorar es bueno, Sam --- dijo Deán aun molesto, entonces salió
la doctora a caminar por el pasillo, aun se veía conmocionada por la historia
delos Tanner.
--- ¿Cómo está
el paciente? --- le cuestiono Deán antes de que la mujer se atreviera a hacer
preguntas innecesarias sobre ellos o su discusión.
--- Muy grave… ¿Qué
demonios paso halla? --- les pregunto la mujer.
--- No lo
sabemos. --- dijo Deán, claro que lo sabían pero no lograban entenderlo
tampoco.
--- Pues mataron
a mi vecino de junto. --- reprocho la doctora.
--- No tuvimos
otra opción. --- dijo Deán.
--- Tal vez,
pero voy a necesitar al comisario y al
forense. --- le respondió la doctora, los hermanos se miraron con culpabilidad
pues si alguna autoridad verdadera los descubría, iban a estar en muchos
problemas legales.
--- No hay
teléfonos. --- dijo Sam, ahora feliz de que el pueblo estuviera incomunicado.
--- Lo sé, ya
intenté… Díganme que tienen un radio policial en el auto. --- dijo doctora
--- Sí tenemos,
pero no funciona, al igual que todo.--- se excuso Sam
--- No entiendo
qué está sucediendo. --- murmuro la doctora, rendida y cansada por lo
estresante que empezaba a ponerse esa situación.
--- ¿Qué tan
lejos está el próximo pueblo? --- le pregunto Deán, comenzando a pensar en el
nuevo plan de acción para su caso-
---
Aproximadamente 40 millas al sur. --- dijo la doctora, Deán asintió complacido.
--- Iré allá a
buscar ayuda… Mi compañero se quedará para que las cuide. --- le Deán y empezó
a caminar hacia la salida pero se quedo parado al escuchar la reacción de la
mujer.
--- ¿Cuide? ¿De
qué? --- le había preguntado la doctora.
--- Después le
digo eso. --- le respondió Deán y se fue a toda prisa del centro de salud. Confiando
en que Sam pudiera manejar la situación
Deán iba por el
camino a la carretera para salir del pueblo, cuando encontró un auto abandonado
y bloqueando el paso. Así que Deán bajo del impala para inspeccionar y encontró
un desarmador manchado de sangre y al igual todos los asientos del auto llenos
de sangre.
Por su parte Sam
continuaba haciendo guardia en el centro medico, mientras que la Doctora
analizaba la sangre del señor Tanner en busca de alguna respuesta convincente
para ella, sin embargo se desconcertó al poner una de sus muestras de sangre
bajo el microscopio.
--- ¿Qué? --- le
pregunto Sam al percatarse de que ella se había puesta pálida como el papel de
un minuto para otro.
--- Su
porcentaje de glóbulos blancos es bastante alto… Su cuerpo estaba luchando contra
una infección viral. --- explico la doctora
--- ¿De veras? ¿Qué
tipo de virus? --- pregunto Sam alucinado.
--- No estoy
segura. --- le dijo ella.
--- ¿Cree que
una infección lo que pudo haberlo hecho actuar así? --- pregunto Sam, pensando
en que tal vez todo fuera mucho mas normal que sobrenatural, teoría que se esfumo
un segundo después.
--- Algunas
pueden causar demencia, pero no ese tipo de violencia… Y además, nunca oí
acerca de una infección que le haga esto a la sangre. --- comento ella
--- ¿Qué cosa?
--- Hay un
residuo extraño. A simple vista... diría que es sulfuro. --- agrego la mujer, Sam
comprendió que el sulfuro no podía ser producto de alguna cosa que no fuera
sobrenatural.
Mientras tanto,
Deán logro llegar a la carretera pero ahí había un montón de hombres con armas,
impidiendo la salida del pueblo. El estaba buscando una ruta alterna para
marcharse cuando un hombre se paro junto a la ventanilla del impala y lo
asusto.
--- Lo lamento… Los
caminos están cerrados. --- explico el hombre.
--- Sí, ya veo… ¿Qué
sucede? --- pregunto Deán
--- Cuarentena.
--- ¿Cuarentena?
¿Qué pasa? --- Deán esperaba que alguno de esos sujetos supiera algo, así que
decidió seguirles el juego.
--- No sé… Algo
pasa por aquí --- respondió el hombre
--- ¿Quién te lo
dijo? --- le cuestiono Deán.
--- El comisario
--- ¿Esta aquí?
--- volvió a preguntar Deán
--- No… Llamó… A
ver, ¿por qué no sales del auto y hablamos? --- le pidió el hombre desconocido
con una temible sonrisa, en ese momento todos los que hacían guardia en la
carretera giraron a ver a Deán como si fueran perro hambrientos, mirando carne.
--- Bueno, eres muy
guapo, pero yo no le hago a eso… lo siento. --- le dijo Deán entre risas, el
otro sujeto también se rio por un segundo.
--- Te
agradecería que salieras del auto, solo un minuto. --- volvió a decir el hombre
con esa terrible sonrisa, Deán lo pensó por un segundo y tomo una difícil
decisión.
--- Sí, apuesto
a que si. --- murmuro Deán y volvió a
poner al impala en marcha, primero retrocedió para arrollar al sujeto de la
ventanilla y luego acelero todo lo que pudo para regresar al pueblo, claro que
los otros sujetos que bloqueaban el camino le empezaron a disparar pero el
logro esquivar todas las balas.
En el centro
medico del pueblo, Sam y la doctora le contaban su teoría de la enfermedad a la
señora Tanner, esperando que ella pudiera darles más detalles de cómo empezaba
el ataque del virus.
--- No entiendo…
¿Me estás diciendo que mi marido y Jake tenían un virus? --- pregunto la señora
con incedulidad.
--- Eso es lo
estamos tratando de averiguar… Durante el ataque, ¿recuerdas si tuviste algún
contacto directo con su sangre? --- le pregunto la Doctora.
--- No crees que
tengo el virus, ¿o sí? --- volvió a preguntar la mujer con ironía.
--- Beverly, no
sé qué pensar, pero con tu permiso… te sacare un poco de sangre. --- dijo la
doctora, la mujer asintió y un segundo después le dio un fuerte puñetazo a la
doctora, luego se giro hacia Sam y lo arrojo contra un estante, trato de atacarlo con unas tijeras pero Sam la
golpeo con una botella en la cabeza, dejándola inconsciente.
Deán continuaba
de regreso al hospital cuando alguien se interpuso en el camino, era el
sargento de la gasolinera y le estaba apuntando con un rifle.
--- ¡Salga del
auto! --- grito el hombre
--- Hijo de… ---
Deán no pudo terminar su frase pues un segundo después el sargento estaba a
escasa distancia de el.
--- ¡Manos donde
pueda verlas! Salga del auto. --- volvió a ordenar el sargento.
--- Esta bien...
tranquilo amigo. --- dijo Deán y poco a poco fue saliendo del auto, pero en
lugar de rendirse como se le había pedido, saco su propia arma y apunto al
sargento.
--- Baje eso ---
le grito Deán
--- ¡Baja eso! ---
le grito el sargento.
--- ¡Baja el
arma ahora! --- volvió a gritarle Deán, el sargento bajo su arma
momentáneamente.
--- ¿Eres uno de
ellos? --- le pregunto a Deán.
--- No, ¿Y tú?
--- ¡No! ---
aseguro el sargento
--- ¡Podrías
estar mintiendo! --- le grito Deán y ambos volvieron a apuntarse.
--- ¡Tú también!
--- le grito el sargento, ahí Deán pudo notar que el hombre estaba bien pues
mantenía y completo control sobre sus emociones, así que bajo su pistola.
--- Está bien,
está bien… Podríamos estar así todo el día… Tranquilicémonos antes de que nos
matemos. --- dijo Deán.
--- ¿Qué le pasa
a todos? --- pregunto el sargento.
--- No lo sé.
--- Mi vecino,
el señor Rogers…
--- ¿Tienes un
vecino llamado señor Rogers? --- pregunto Deán con ironía.
--- Ya no… Me
atacó con un hacha y lo maté… No es el único… Eso les está pasando a todos. ---
aseguro el hombre.
--- Yo iba hacia
el hospital… Todavía quedan algunas personas allí. --- aseguro Deán.
--- Me largo de
aquí. --- murmuro el sargento.
--- No podrá,
cerraron el puente. --- le dijo Deán.
--- No le creo.
--- Bueno,
quédese aquí si quiere. --- murmuro Deán y volvió a entrar al auto, el sargento
lo pensó por un segundo y termino subiendo al impala, pero sin dejar de apuntar
a Deán con su rifle en ningún momento.
--- Este será un
viaje relajante. --- murmuro Deán con ironía y empezó a conducir.
Franklin pasó todo
el día de compras, quería darle una bonita sorpresa a Zohar cuando regresara a
la mansión y con ello poder darle una buena noticia para ellos. Sin embargo
apenas entrar a la mansión escucho los sollozos de su amada y en dos segundos
llego al comedor, donde ella permanecía atada a su silla.
--- ¿Qué te pasa?
¿Quién te hizo llorar? Lo hare pedazos. --- amenazo el vampiro, mirando hacia
todas partes en busca del culpable.
--- No fue nadie,
es que… tengo mucha hambre y me trajeron esto. --- dijo Zohar, refiriéndose a
un plato con flores que estaba delante de ella. --- Y yo no como azucenas. --- agrego la niña,
Franklin tomo el plato y lo arrojo contra la pared.
--- Dile a Talbot
que no queremos sus malditas flores, y no regreses… ella solo quiere estar
conmigo. --- le grito el vampiro al guardia que salió corriendo de la sala.
Lo cierto era que
Zohar no estaba llorando solo por el hambre que tenia, o por el dolor de lo que
ese vampiro le hacia, ella estaba llorando por Jeff, por que había visto una
mirada de sacrificio en el chico esa mañana y en gran parte ella se sentía
culpable.
--- Tenemos que
hablar. --- le dijo a Franklin, conteniendo sus lagrimas por un minuto. Ella
era una chica dura, siempre lo había sido y era el momento de demostrárselo a
todos, el momento de escapar.
--- No digas eso,
si dices eso… ya no puedo pensar y despierto rodeado de partes corporales. ---
amenazo el vampiro, Zohar se replanteo todo su plan, Franklin podía parecer un
hombre maduro pero se comportaba como un chico, como uno de los dediles que
caían rendidos a sus pies.
--- Tranquilo, eso
no es de lo que quiero hablarte… Franklin… yo solo quiero decirte que… que de
verdad me estoy enamorando de ti, te quiero amor… pero si vamos a estar juntos,
no quiero que olvides que estoy viva y que tengo necesidades como… alimento.
--- le dijo Zohar.
--- Es cierto, me
avergüenzo. --- murmuro Franklin con pesar y se dejo caer de rodillas junto a
ella, tomo su mano y la beso un par de veces.
--- No es nada
grave, te lo recordare. --- aseguro Zohar, entonces Franklin le sonrió.
--- Hare algo
mejor… te llevare a un lugar especial para cenar. --- aseguro el vampiro.
--- Seria hermoso.
--- Zohar empezaba a sonreír emocionada, una vez que Franklin la sacara de la
casa seria un poco más fácil poderse escapar y encontrar ayuda, sin embargo esa
idea se fue a la basura cuando Franklin la tomo en sus brazos y la cargo por
las escaleras.
--- Pero eso será
mañana… Hoy celebraremos tu última noche como humana. --- exclamo Franklin.
--- ¿Que? ---
pregunto Zohar, llena de pánico ante lo que acababa de escuchar.
--- Voy a
convertirte cariño… ¿Quieres ser mi novia vampiro para toda la eternidad? ---
pregunto el vampiro lleno de emoción, Zohar solo fingió una sonrisa pues estaba
realmente aterrada de que eso fuera a pasar, por ende debía darse prisa y
escapar acomode lugar.
Aun así, Franklin
no era tan tonto como parecía y sabia que Zohar estaba mintiendo sobre la causa
de su llanto, no pudo evitar ponerse celoso al recordar como se habían mirado
ella y Jeff esa mañana, así que llego a la conclusión de que Jeff era el
culpable del sufrimiento de Zohar, así que termino por irrumpir hecho una furia
en la habitación del niño.
--- Estas nervioso
niñito. --- murmuro al ver que Jeff estaba sentado en la cama, presionando sus
manos contra su frente.
--- Lárgate de aquí
Franklin. --- le pidió Jeff, quien 30 minutos antes comenzó a sentirse mal, era
como un mal presentimiento que apachurraba su estomago.
--- ¿O que vas a
hacer?, ¿Decirle al rey?… porque te
aseguro que esta demasiado ocupado con su… esposo, como para lidiar con
niñerías, aun que… ¿sabes que otra cosa oí?… y estas si que son noticias…
noticas grandes amigo y te van a encantar… ese cazador de vampiros, ¿Gordon
Walker?… esta tras la pista de tu hermano el fenómeno. --- aseguro Franklin,
Jeff sintió como su corazón se aceleraba, Sam estaba en peligro y si bien jamás
había hecho preguntas sobre esas raras visiones en los sueños de su hermano,
comprendía perfectamente que eran el problema.
--- ¿Dónde están?
--- pregunto titubeante, Franklin se burlo de el y se le planto cara a cara.
--- ¿Sabes que?...
no voy a decírtelo, y cuando ese cazador acabe con el… voy a traer su cuerpo
aquí y me comeré sus huesos, justo frente a ti… eres un estorbo Jeffrey, un
remedo de idiota… y te aseguro que Zohar estará mucho mejor conmigo que
contigo. --- dijo el vampiro, Jeff empezó a llorar con amargura y Franklin se
burlo complacido mientras se iba de la habitación y lo encerraba.
Mientras tanto,
en el hospital comenzaba a sentirse la tensión por estar encerrados y a espera
de alguna buena noticia.
--- ¿Y si todos
lo tenemos? ¿Y si todos nos volvemos locos? --- balbuceaba la enfermera rubia
que claramente tenia mucho miedo.
--- Tienes que
calmarte… Sólo nos queda esperar, el comisario va a regresar con ayuda. --- le
dijo la doctora.
--- No puedo… Me
tengo que ir. --- dijo la enfermera en pánico y camino rápido hacia la salida,
sin embargo la doctora fue mas rápida y la pudo detener.
--- ¿Pam? ---
murmuro la doctora
--- No, no
entiendes… Mi novio está allá, debo asegurarme de que está bien. --- explico la
enfermera intento salir pero esta vez llego Sam para detenerla.
--- Hey, espera…
Espera, por favor… Mira, sé que estás preocupada… Pero es más seguro si te
quedas aquí por ahora… La ayuda viene en camino.--- le dijo Sam a la enfermera,
en eso se escucho el motor impala.
--- ¡Sammy,
abre! --- grito la voz de Deán desde afuera.
--- ¿Llegaron a
un teléfono? --- le pregunto Sam apenas abrirle la puerta.
--- Estamos
bloqueados --- aseguro Deán y le indico al sargento que iba a sus espaldas que
fuera a hablar con la doctora en el otro cuarto.
--- ¿Qué sucede
halla, Deán? --- pregunto Sam, preocupado de que la situación iba empeorando a
cada minuto.
--- Me siento
como Chuck Heston en "El hombre omega"… El sargento es la única
persona cuerda que pude encontrar. –- aseguro Deán. --- ¿Con qué lidiamos? ¿Lo
sabes? --- volvió a preguntar,
--- Si, la
Doctora piensa que es un virus. --- aseguro Sam
--- ¿Si? ¿Tu que
crees? --- para Deán no había una palabra más valerosa que la de su hermano,
así que quería asegurarse.
--- Creo que
ella tiene razón. --- dijo Sam
--- ¿En serio?
--- Y creo que los
infectados están tratando de infectar a otros por contacto de sangre a sangre…
Ha pero esta mejor… El virus deja rastros de sulfuro en la sangre. --- agrego
Sam
--- ¿Un virus
demoníaco? --- pregunto Deán con sarcasmo
--- Si un arma química
diabólica, al menos explica por qué he estado teniendo visiones. --- aseguro
Sam
--- Es como una
plaga bíblica. --- le dijo Deán
--- No sabes cuanta
razón tienes Deán… He estado viendo el diario de papá y encontré algo sobre una
colonia Roanoke… Papá siempre tuvo una teoría sobre Croatoan. El Pensó que era
el nombre de un demonio. A veces conocido como Daevaor Reshef… Un demonio de
plaga y pestilencia. --- explico Sam
--- Bueno, eso
es terrorífico… pero ¿Por qué aquí? ¿Por qué ahora? --- se pregunto Deán
--- No tengo
idea… Pero Deán, quién sabe que tanto puede esparcirse esto… Tenemos que salir y advertirle al mundo. --- aseguro Sam
--- Tienen a uno,
aquí dentro. --- se escucho al sargento gritar, así que Deán tomo su arma y
camino rápido hasta la bodega de atrás, donde mantenían atada a la señora
Tanner.
--- Tenemos que
encargarnos de esto. No podemos dejarla ahí dentro…Mis vecinos...eran fuertes… Mientras
más esperemos, más fuerte se hará. --- explico el sargento.
--- ¿Van a matar
a Beverly Tanner? --- pregunto la enfermera con miedo por lo que estaba
escuchando.
--- Doctora,
¿puede existir algún tratamiento? ¿Alguna clase de cura para esto? --- pregunto
Sam, si era un virus tal vez podrían hacer una vacuna o algo parecido.
--- ¿Puede
curarlo? --- Pregunto también Deán
--- Ni siquiera
sé qué es. --- dijo la doctora.
--- Es una
cuestión de tiempo para que se libere. --- continuo diciendo el sargento.
--- Solo déjenla
ahí… no pueden matarla como a un animal. --- rogo la enfermera
--- Sam. ---
dijo Deán para que su hermano abriera la puerta y les diera oportunidad de
prepararse para el ataque de la señora Tanner y así fue. Sam abrió la puerta
con cautela y dejo ver que la señora Tanner continuaba sentada en la orilla de
la habitación.
--- Mark, son
ellos… Ellos me encerraron aquí… Trataron de matarme, ellos están infectados,
yo no… Por favor, Mark… Me has conocido toda tu vida, por favor. --- rogaba la
mujer, si Sam no hubiera sido atacado por ella con anterioridad hubiera
pensando que ella estaba sana.
--- ¿Están
seguros de que ella es uno de ellos? --- pregunto Deán
--- Si. --- murmuro Sam, Deán asintió y dio un
paso enfrente, cargo su arma y sin pensarlo dos veces le disparo a la señora
Tanner en la cabeza.
Pasaron algunas
horas y los Winchester continuaban sin alguna buena noticia, sin embargo no
podían hacer nada más que esperar. La enfermera estaba limpiando los desastres
que había provocado la pelea con la señora Tanner cuando una botella rota le
rasgo levemente un tobillo.
--- ¡Dios! Dios
¿Hay algo en mi? ¿Estoy bien? --- gritaba la enfermera con pánico, entonces
llego corriendo la doctora y la reviso.
--- Estás limpia,
estás bien. --- le dijo la doctora
--- ¿Por qué nos
quedamos aquí? Por favor, vámonos. --- rogaba la enfermera, rompiendo en llanto
por la enorme desesperación que sentía.
--- No podemos
porque esas cosas están por todos lados. --- le dijo Deán
--- Dios… ¿Por
qué está sucediendo esto? --- grito la enfermera con frustración, Deán sintió
pena por ella así que se fue al pasillo con Sam
--- Ella tiene
razón en una cosa… No podemos quedarnos aquí… Tenemos que salir de aquí, ir a
otro pueblo, un paradero, advertirle a la gente que sucede. --- dijo Sam
--- Ese es un buen punto… "La noche de los muertos vivientes"
no termina muy bien --- dijo Deán con ironía, ahí llego al sargento.
--- No estoy
seguro que sea buena idea, estar aquí… Muchos son buenos con los rifles aquí… Aún
ustedes con todas sus armas, son blancos fáciles…. A menos que tengan
explosivos. --- comento el sargento. Los hermanos se miraron el uno al otro con
cierta picardía, estaban en un hospital, con alcohol y otras cosas que serian
fáciles de usar para crear bombas.
--- Podemos
hacerlos --- aseguro Sam con una sonrisa, entonces se escucho a alguien
golpeando la puerta con fuerza.
--- ¡Déjenme
entrar, por favor! --- gritaba un chico desde afuera, todos corrieron a ver de
quien se trataba.
--- Es Duane
Tanner. --- dijo sargento apenas verlo y le abrió la puerta, Sam se quedo
perplejo pues era el joven de su visión.
--- Gracias a
Dios. --- murmuro el chico al entrar al
lugar.
--- Duane,
¿estás bien? --- le pregunto el sargento, mirando al chico de pies a cabeza
para asegurarse de que estaba bien físicamente.
--- Ese es el
tipo que yo... --- pregunto Deán a su hermano en apenas un susurro, Sam asintió
--- ¿Quién más
está aquí? --- empezó a preguntar el joven, ahí Deán se le acerco para evitar
que diera un paso mas dentro del lugar.
--- Oye, oye
tranquilo jefe…. Doc, hágale un examen a Duane, por favor. --- pidió Deán y
empujo al chico hacia la doctora.
--- ¿Quién eres
tu? --- pregunto el joven molesto..
--- No importa
quien soy… ¿Doc? --- volvió a indicar Deán
--- Si, está
bien. --- dijo la doctora y sentó al chico en un banco para poder examinarlo y
tomarle una muestra de sangre.
--- Duane,
¿dónde estabas? --- le pregunto el sargento
--- Estaba en un
viaje de pesca por Roslyn, volví esta tarde y vi a Roger McGill siendo
arrastrado fuera de su casa por gente que conocemos… Comenzaron a cortarlo con
cuchillos, yo corrí… He estado escondiéndome en el bosque desde entonces…. ¿Alguien
ha visto a mi madre o mi padre? --- pregunto el chico desesperado
--- Estás sangrando
--- exclamo la doctora al ver que la sangre se derramaba desde una de las
rodillas del chico, así que se alejo para evitar un contacto directo con la
sangre.
--- ¿Quién te lo
hizo? --- le pregunto Deán.
--- Estaba corriendo y tropecé. --- comento el
joven, Deán lo miro por un segundo y tomo una decisión.
--- Atenlo… Hay cuerdas allí. --- ordeno Deán,
señalando un estante.
--- Esperen. --- dijo el chico e intento
levantarse de su silla pero Deán lo empujo de regreso a ella.
--- ¡Siéntate!
--- le grito Deán.
--- Lo siento,
Duane… Él tiene razón, tenemos que ser cuidadosos. --- dijo sargento y empezó a
buscar las cuerdas que Deán había mencionado.
--- ¿Cuidadosos?
¿Con qué? --- pregunto el chico, que aun no estaba seguro de nada de lo que estaba
pasando.
--- ¿Sangraron
sobre ti? --- le pregunto Deán
--- No. ¿Qué
diablos? ¡No! --- grito el joven
--- Doc, ¿hay
alguna manera de asegurarnos? ¿Alguna prueba? --- pregunto Sam, empezando a
notar que todo iba conduciéndolos a terminar en su visión.
--- He estudiado
que la sangre de Beverly una y otra vez. --- comento la doctora
--- ¿Mi madre?
--- pregunto el joven pero nadie le dio mas detalles de lo que había pasado con
ella o con el resto de su familia.
--- Tomó 3 horas
para que el virus se incubara… El sulfuro no apareció en la sangre hasta
entonces… Así que, no, no hay manera de saber… No hasta que Duane... cambie.
--- explico la doctora.
--- Deán,
tenemos que hablar… Ahora. --- pidió Sam
y salió de la habitación, Deán detrás de el.
--- Esta es la
visión, Deán… Está sucediendo. --- comento Sam alarmado ante la idea de que su
hermano fuera a cometer un homicidio.
--- Si, me
imaginé. --- dijo Deán con ironía.
--- No puedes matarlo. ¿Está bien? Todavía no… No
sabemos si está infectado o no. ---- dijo Sam
--- Creo que
estamos bastantes seguros… El tipo aparece de la nada, con un corte en su
pierna, toda su familia estaba infectada. --- aseguro Deán.
--- Deberíamos
mantenerlo atado, y esperar. --- sugirió Sam
--- ¿A que? ¿A que
él se libere, e infecte a alguien más? No, gracias… No puedo tomar ese riesgo.
--- le dijo Deán, Sam lo miro con incredulidad pues no entendía como su hermano
mayor podía ser tan frio con la vida de las personas. --- Mira… No me gusta esto Sam, pero es un
trabajo difícil y lo sabes. --- agrego.
--- Se supone
que es duro, se supone que luchemos con esto… ese es el punto. --- le dijo Sam,
tratando de recordarle a su hermano como eran los días cuando trataban de
salvar la vida de las personas, costara lo que costara.
--- ¿Qué ganaríamos
con eso? --- le pregunto Deán.
--- Una
conciencia limpia, por una vez.
--- Es muy tarde
para eso Sam. --- aseguro Deán e intento irse pero Sam no le dejo hacerlo.
--- ¿Qué diablos
te esta pasando, Deán? --- pregunto Sam molesto.
--- ¿Qué? --- le
pregunto Deán, fingiendo no entender a lo que se refería su hermano menor.
--- Puede que
mates a un hombre inocente, y no te importa para nada… Ya no actúas como tu
mismo Deán… actúas como una de esas cosas de afuera. --- le grito Sam, Deán
negó con la cabeza y tomo las manos de su hermano con fuerza y lo empujo lejos.
Deán salió de la habitación y dejo a Sam encerrado adentro para que no
interfiriera con el trabajo.
--- Abre la
maldita puerta. --- grito Sam, tratando de abrirla con su propio peso pero no
pudo. –- ¡Deán! ¡No lo hagas, Deán! ¡No lo hagas! --- le gritaba Sam pero ya
era tarde.
La visión de Sam
empezaba a cumplirse, Deán camina por un largo pasillo oscuro hasta llegar a
una especie de sótano, ahí estaba un chico atado a una silla, llorando y
suplicando por su vida a las otras personas que había en la habitación. Deán
saco su arma y le apunto a la cabeza.
---- Dios… Todos vamos a morir. --- murmuro
una joven de cabello rubio que por su vestimenta no cavia duda de que era una
enfermera.
---- Tal vez
está diciendo la verdad. --- dijo otro sujeto, un hombre algo mayor y de color.
---- No es él,
ya no. --- aseguro Deán, sin quitar la vista de su objetivo que seguía llorando
y suplicando.
---- ¡Detente!
¡La doctora! ¡Que diga la doctora! ¡No está en mí! --- grito el chico atado,
Deán giro para ver a una doctora que tabeen estaba presente en el lugar.
---- Yo...
sólo... no se que decir. --- dijo la mujer llena de culpa, así que Deán volvió
a girarse al joven y cargo el arma.
---- No, por
favor, no. --- volvió a rogar el joven
---- No tengo
opción. --- aseguro Deán pero a diferencia de la visión de su hermano, se quedo
pensando por un minuto, no podía seguir siendo ese monstruo frio, no podía
seguir por ese camino de ira y menos podía decepcionar a Sammy, no cuando
estaba en la misma situación de no saber que cosa era su hermanito.
--- Demonios.
--- exclamo Deán y guardo su arma, dejando así al joven con vida.
Franklin tardo unas
dos horas en el baño de su habitación, se había afeitado y arreglado como hacia
años que no hacia, luego regreso a la habitación de Zohar y la encontró recién
bañada y vestida con la ropa rosa que le había comprado esa tarde.
--- ¿Te gusta tu
nueva ropa? La escogí especialmente para ti. --- aseguro Franklin.
--- Que dulce eres…
Pero ¿dónde estuviste? --- pregunto Zohar tratando de sonar casual y no
interesada por el paradero de su captor.
--- Zohar, no me
vas a vigilar. --- le grito Franklin molesto.
--- No yo no… solo,
te eche de menos Franklin… estaba ansiosa por verte. --- mintió Zohar.
--- ¿Enserio?, pues
me cuesta trabajo creerlo… ni siquiera has notado que me afeite… quería verme
mas joven para ti… en nuestra noche de bodas. --- reprocho Franklin molesto y
cruzándose de brazos.
--- Claro que lo
note, pero no quería decirte nada… no hasta tenerte para mi. --- aseguro Zohar,
Franklin volvió a sonreír y se arrojo sobre ella en la cama, acariciándola por
todas partes y conteniéndose aun de besarla y hacerla suya. --- Desátame, dos
manos son mejor que nada. --- pidió Zohar-
--- Eres… una niña
muy traviesa. --- exclamo Franklin complacido y la desato, Zohar no tuvo mas
remedio que aguantarse el asco que le daba el vampiro para poder besarlo y
acariciarlo.
--- Quiero tu
sangre ahora… quiero convertirme en vampiro mientras hacemos el amor, sabiendo que es mi última
noche como humana… quiero entregarme a ti… y a la muerte. --- decía Zohar,
tratando de sonar llena de pasión para conseguir lo que quería, sin embargo
Franklin se le fue encima y la lleno de besos en el cuello.
--- Lujuriosa…
quiero hacerlo… muérdeme… muerde mi carne… degusta mi sangre… pruébame, bébeme,
aliméntate de mí. --- rogaba Franklin lleno de excitación, Zohar lo pensó un
minuto y se dio cuenta de que no había otra opción mas que complacerlo.
--- No tienes que
decirlo dos veces. --- aseguro Zohar y mordió con toda su fuerza la carne del
cuello de Franklin, la sangre empezó a derramarse por todo el cuerpo del
vampiro y alguna logro entrar por la boca de Zohar, ella lloraba en todo
momento por que se santa como una cerda haciendo esa porquería con un vampiro.
Jeffrey se había
quedado dormido en medio del llanto, estaba soñando con la muerte de Sam cuando
Zohar se apareció en el sueño.
--- Zohar. ---
murmuro Jeff con miedo, ella se le acerco y le acaricio levemente el rostro,
eso se sintió diferente a todo y permitió a Jeff darse cuenta de que ella era
real. --- ¿Pero co…como?
--- No te asustes
Jeff, voy a sacarte de aquí… espera a que salga el sol… voy a sacarnos de aquí,
no me rendiré sin pelear. --- le dijo Zohar, Jeff estaba tan confundido que no
podía hablar nada así que Zohar aprovecho para contarle el plan de escape.
Mientras tanto,
Deán había dejado salir a Sam de su encierro y se habían puesto a fabricar
explosivos caseros con todo lo flamable que tuvieran a la mano, ellos no se
estaban hablando pues Sam continuaba molesto por la forma en que su hermano lo
trato.
--- Ya pasaron
cuatro horas… La sangre de Duane aun esta limpia, no creo que este infectado… Me
gustaría desatarlo, si lo consideran. --- entro diciendo la doctora a la
habitación.
--- Claro, si
--- dijo Sam al ver que Deán no iba a hablar con la mujer. --- Sabes, que voy a preguntar ¿Por qué? ---
le dijo Sam a su callado hermano.
--- Si, lo se.
--- murmuro Deán
--- ¿Por que? ¿Porque
no lo hiciste? --- le pregunto Sam, cruzándose de brazos y sentándose junto a
Deán para mirar su reacción, pero Deán
no le dijo nada, solo continuo armando un artefacto explosivo.
--- Necesitamos
más alcohol. --- fue todo lo que Deán le dijo, Sam lo miro con enojo ante su
negatividad y termino por irse a la bodega a conseguir el alcohol. Ahí estaba
la enfermera rubia, acomodando medicinas.
--- ¿Cómo Estas,
Pam? --- le pregunto Sam
--- Bien, esto
acabara pronto. --- dijo ella y cerro la puerta del almacén mientras que Sam
buscaba lo que necesitaba en unas cajas. --- Es mas...Espere esto todo el
tiempo. --- agrego la enfermera
--- ¿Qué cosa?
--- pregunto Sam sin entenderla.
--- Tenerte
solo. --- respondió la enfermera y con un puñetazo derribo a Sam en el suelo,
luego le corto el pecho y ella dejo caer su sangre sobre el, Deán llego en ese
momento y le disparo un montón de veces en el cuerpo.
--- Ella sangró
en el… El tiene el virus. --- dijo el sargento, quien había presenciado todo el
incidente, Sam continuaba tirado en el suelo pero se llevo su mano a la herida
del pecho, pensando en que ya estaba muerto.
El sargento y
Deán llevaron a Sam hasta el consultorio para que la doctora le curara la
herida del pecho. La mujer estaba asustada así que lo hizo rápidamente y se
alejo de Sam
--- Doctora, revíselo
otra vez, ¿quiere? --- le pidió Deán, esperanzado a que hubiera algo que ella
pudiera hacer por su hermano.
--- ¿Qué
necesita examinarle? Vio lo que paso. --- grito el sargento.
--- ¿Su sangre
realmente entro a tu herida? --- le pregunto la Doctora a Sam
--- ¡Vamos!,
¡Claro que entro! --- volvió a gritar el sargento, negando la oportunidad para
que Sam hablara.
--- No sabes si
es eso seguro. --- dijo Deán al sargento.
--- No podemos
correr el riesgo...Tú sabes lo que tenemos que hacer. --- respondió el sargento
y cargo su escopeta.
--- Nadie matara
a mi hermano. --- dijo Deán.
--- No va a ser
tu hermano mucho tiempo… tu mismo lo dijiste. --- le dijo el chico Tanner que
acababa de enterarse de lo sucedido.
--- Nadie matara
a nadie. --- dijo Deán
--- ¡Tú me ibas
a matarme! --- le grito el niño, Deán se le acerco peligrosamente y
conteniéndose de romperle la cara a puñetazos.
--- Si no
cierras la boca, aun te matare. --- le amenazo Deán.
--- Deán, ellos
tienen razón… Estoy Infectado, solo dame un arma, y lo hare yo mismo. ---
intervino Sam desde atrás, no quería escuchar mas discusiones, no cuando estaba
en su lecho de muerte.
--- Olvídalo.
--- murmuro Deán
--- Deán, no me
convertiré en una de esas cosas. --- le dijo Sam con los ojos vidriosos,
realmente estaba sufriendo.
--- Sam, aun
tenemos tiempo. --- aseguro Deán, aun que sabia que era mentira pero debía
tratar de calmar a su hermano, como siempre desde que era un bebe.
--- ¿Tiempo para
que? Yo comprendo que sea tu hermano, y lo siento… Pero yo me tendré que
encargar de esto. --- dijo el sargento y apunto a Sam con el rifle.
--- Diré esto
solo una vez… Hace algún movimiento y estará muerto antes de que dispare… ¿Me
esta entendiendo? ¿He sido lo bastante claro? --- le dijo Deán, sonando lo mas
enojado y frio que pudo para que el hombre entendiera el mensaje y así fue.
--- ¿Y después
que haremos? --- le pregunto sargento rendido, por la mirada de Deán sabia que
jamás mataría a Sam. Deán se quedo pensativo por un segundo, luego saco las
llaves del impala y se las entrego al sargento.
--- Irse de
aquí, eso harán… Tomen mi auto… Tomen los explosivos… Hay un arsenal allí, ustedes
dos vayan con el. --- les dijo, señalando a la doctora y al chico Tanner. ---
Tienen bastantes armas para manejar lo que sea. --- aseguro.
--- ¿Y usted que
hará? --- pregunto el sargento, Deán solo negó con la cabeza y eso hizo que Sam
sintiera una punzada enorme en el corazón.
--- Deán, no…
No, ve con ellos… Es tu única salida. --- rogaba Sam al borde de las lagrimas.
--- No te vas a
deshacer de mi tan fácil. --- le dijo Deán con una sonrisa falsa.
--- Tiene razón…
Venga con nosotros. --- le pidió el sargento pero Deán volvió a negarse. --- Bien,
va a ser su funeral. --- agrego el hombre y salió del lugar, la doctora se
acerco a los Winchester y los miro apenada.
--- Lo siento…
Gracias por todo, alguaciles. --- les dijo la doctora
--- Oh, en
realidad no somos alguaciles. --- le respondió Deán con una sonrisa, la mujer
parpadeo varias veces por la sorpresa y termino por irse con el sargento.
Deán atranco la
puerta del consultorio para que todo lo que fuera a pasar en las próximas horas
fuera su final y el de su hermano.
--- Ojala
hubiera un mazo de cartas o una mesa de billar ¿no? --- pregunto Deán con
ironía y sentándose frente a frente con Sam
--- Deán, no
hagas esto… Solo vete de aquí. --- le pidió Sam al borde de las lagrimas, no quería
que su hermano fuera a morir por su culpa, tenia mucho miedo por ambos.
--- No señor.
--- le dijo Deán, acomodándose mejor en su silla entonces Sam dio un fuerte
manotazo en el escritorio y luego comenzó a llorar de impotencia.
--- Dame mi arma
y ya vete. --- le pidió Sam con lagrimas en los ojos, eso hizo sentir mal a
Deán pero no lo hizo cambiar de opinión.
--- Por última
vez Sam… No. --- dijo Deán, remarcando cada palabra para que su hermano lo
dejara de molestar de una vez.
--- Esto es lo más
estúpido que hayas hecho en tu vida. --- aseguro Sam,.
--- No lo se, acerca
de eso… ¿Recuerdas esa camarera en Tampas? --- le pegunto Deán con una sonrisa
picara, Sam negó con la cabeza.
--- Deán, Estoy infectado…
Ya se acabo para mi, pero no se ha acabo para ti… Tú puedes continuar. --- le
dijo Sam
--- ¿Quien dice
que yo quiero? --- pregunto Deán molesto. Había perdido a su padre y a su madre
por un maldito demonio, Sam era lo único que le quedaba y simplemente no podía
darse la vuelta y dejarlo morir a solas.
--- ¿Que? --- le
pregunto Sam sin entender
--- Estoy
cansado, Sam… Estoy cansado de este trabajado, de esta vida... De este peso en
mis hombros, Sam… Estoy cansado. --- le explico Dean
--- ¿Y que? ¿Te darás
por vencido? Solo… ¿te vas a dejar morir?.. --- le pregunto Sam con ironía, aun
que mas bien estaba decepcionado de que Deán, su héroe en el mundo se atreviera
a pensar de esa manera. --- Mira Deán, se que todo este asunto de papá…
--- No es cierto…
No es por papá… Quiero decir, parte de eso, si. --- agrego Deán, lo cierto era
que tenia un enorme secreto, uno que Sam no podía saber sin salir lastimado de
alguna manera.
--- ¿Entonces, porque
es? --- cuestiono Sam interesado, Deán estuvo por contarle el secreto pero en
eso regreso la doctora a la habitación.
--- Deben ver
esto. --- les dijo ella con consternación, así que los hermanos salieron
corriendo a la calle para mirar algo terrorífico… todo estaba en completa
calma, no había nadie en el pueblo, ni gente, ni energía, nada.
--- No hay nadie,
en ninguna parte… Solo se… desaparecieron. --- comento la doctora, todos se
quedaron pasmados ante la desconcertante escena.
A Sam lo volvieron
a encerrar en el consultorio por el tiempo suficiente para que todos estuvieran
seguros de que no tenia el virus, aun así la doctora le hizo un análisis de
sangre.
--- Bien, ya han
pasado cinco horas, y su sangre sigue limpia… No lo entiendo, pero creo que
esquivaste la bala. --- le dijo la doctora a Sam
--- Pero estuve
expuesto… ¿Por qué no me infecte? --- pregunto Sam
--- No lo se,
pero no lo estas… si comparamos las muestras con las de los Tanner… ¿Que
Demonios? --- se pregunto la doctora al poner las otras muestras bajo el
microscopio.
--- ¿Que? --- le
pregunto Sam
--- Cambiaron…
No hay rastro del virus, no hay sulfuro… Nada. --- explico la doctora
extrañada, pues al igual que las personas del pueblo la enfermedad también
había desaparecido.
Pese a que todo
había vuelto a la normalidad, el sargento continuo con el plan inicial de
marcharse de ese maldito pueblo.
--- Doctora… El
sargento y yo nos iremos de aquí hacia el sur, debería venir. --- le dijo el
chico Tanner a la mujer.
--- Es mejor que
yo vaya hacia el este, traer a las autoridades aquí… si me creen. --- le dijo
la mujer, entonces el sargento y el chico subieron a un auto y se fueron.
--- ¿Cómo esta
el? --- pegunto Deán a la doctora y cabeceando hacia Sam, era clara su
preocupación por si hermano.
--- Estará bien…
No hay signos de infección. --- dijo la mujer y regreso al interior del
consultorio para tomar sus ultimas cosas y poder irse. Deán por su parte miro a
Sam con mucha expectación.
--- No me mires
a mí… No tengo ni idea. --- aseguro Sam
--- Voy a perder
sueño por esto.... Quiero decir, ¿porque aquí? ¿Porque ahora? ¿A donde diablos
fueron todos? No creo que hayan desaparecido. --- decía Deán.
--- ¿Y porque
soy inmune? --- agrego Sam
--- Si, ¿sabes que? Esa es una buena pregunta… Y
estoy empezando a sentir que eso es lo que importa. --- le respondió Deán, así
que los dos regresaron a su auto y también se fueron del pueblo, sin embargo al
poco rato de estar en la carretera, todo cambio para ellos.
--- ¿Te
importaría hacer una parada? Voy a hacer una llamada. --- dijo el chico Tanner
--- No hay
teléfonos por aquí. --- le dijo el
sargento pero aun así se detuvo aun lado de la carretera.
--- Eso no
importa. --- aseguro el joven y de su mochila saco un cáliz de plata y una
enorme cuchilla que estaba manchada de sangre.
--- ¿Que diablos
es eso? --- pregunto el sargento, entonces el chico Tanner le corto el cuello
de una tajada y lleno el cáliz con su sangre. Luego el demonio comenzó a decir
un hechizo y empezó a hablar.
--- Ya termino,
estarás complacido… No creo que hagan faltas mas pruebas… El chico Winchester,
definitivamente es inmune como se esperaba… Si, Por supuesto… nada quedo halla.
--- fue lo que dijo el chico Tanner al demonio de ojos amarillos que en algún
lugar de la tierra lo estaba guiando.
A la mañana
siguiente Zohar se levanto de la cama con mucho cuidado, pues Franklin se
mantenía acostado junto a ella, totalmente desnudo lo que indicaba que había
pasado algo entre ellos. Zohar camino sigilosa hasta la orilla de la
habitación, tomo un bate que había ahí y juntando todo su odio y repulsión, lo
dejo caer una y otra vez contra la cabeza de Franklin. No lo mato pero lo dejo
hecho puré, lo que tardaría algún tiempo para curarse así que podría escapar.
El segundo paso del
plan de Zohar fue conseguir la vestimenta de una mucama y cuando ya estaba
disfrazada fue al cuarto de Jeff pero afuera de su puerta estaba un guardia.
--- ¿El profeta
esta aquí? --- pregunto Zohar.
--- ¿Porque te
interesa? Preocúpate mejor por lavar los pisos
--- le dijo el hombre con brusquedad, lo que era bueno ya que dejaba ver
que no la reconocía como la rehén de Franklin.
--- El rey me
envía, quiere que el niño… comienza a beber mi sangre, van a convertirlo esta
noche y necesita empezar a alimentarse --- mintió Zohar
--- No sabia que…
--- Si no se
alimenta de mi sangre Talbot no estará feliz, si Talbot no esta feliz Russell
Tampoco lo estará y si el no es feliz… ustedes lobos tampoco lo serán… ahora
abre la maldita puerta --- exigió Zohar, el guardia dudo un segundo mas pero la
dejo pasar.
--- Genial, ¿se durmieron
y lo dejaron escapar?. --- Zohar estaba fingiendo que la habitación estaba
vacía, pero en realidad Jeff estaba oculto tras la puerta y cuando el guardia
entro a inspeccionar los dos chicos lo golpearon con todo lo que encontraron
hasta dejarlo inconsciente.
--- Vámonos. ---
ordeno Zohar y tomo la mano de Jeff para empezar a correr por el pasillo.
--- ¿Que rayos
haces? --- pregunto Jeff, ahora comenzaba a dudar de que el plan de Zohar fuera
a ayudarlos y no a perjudicarlos.
--- Mato vampiros y
te salvo el trasero… luego te explico todo, ahora hay que salir de aquí. ---
dijo ella y ambos continuaron corriendo, salieron por la puerta trasera de la
mansión y notaron a los hombres lobo de Russell que estaban patrullando el
terreno.
--- Lo había
olvidado… Sus hombres lobo patrullan la casa de día, si hallamos un auto tal
vez pueda encenderlo y podamos escapar. --- aseguro Zohar, Jeff solo asintió
pues en aquella casa uno iba de sorpresa en sorpresa, ¿vampiros trabajando con
hombres lobo? Eso era algo nuevo.
Jeff y Zohar se
separaron para buscar un auto y en el camino Zohar se encontró cara a cara con
un par de lobos, ella corrió lo más rápido que pudo pero la estaban
persiguiendo esas cosas, de pronto otro lobo más grande salto en su defensa y
mato a los otros, que volvieron a su forma humana.
--- Mierda. ---
murmuro Zohar al ver lo que pasaba a sus espaldas y quiso seguir corriendo pero
entonces el lobo regreso a su forma humana y completamente desnudo corrió tras
ella.
--- No tengas miedo, no soy uno de ellos… yo
vine a ayudar. --- aseguro el hombre, tomando el brazo de Zohar para que ella
se girara a mirarlo.
--- ¿Que quieres? --- pregunto con
desconfianza.
--- Busco a un niño, Jeffrey Winchester… ¿lo
has visto? --- le pregunto el.
--- ¿Tienes auto? --- le pregunto ella, el
hombre asintió así que Zohar confió en irse con el a buscar a Jeff que para
esos momentos estaba en uno de los establos, mirando a un humano desnudo y
lleno de sangre que seguramente había sido torturado.
--- Ayu…ayu…da. --- dijo el hombre con
dificultad, Jeff se agacho con rapidez y lo empezó a desatar.
--- Vaya, ¿no es encantador? El salvador de la
basura llego --- se escucho preguntar a la voz de Carmel, Jeff se giro para
hacerle frente pero ella fue mas rápida y en un segundo lo arrojo contra el
muro del establo.
--- Púdrete, perra. --- le grito Jeff molesto
y dolido por el fuerte golpe que se había dado y logro regresarle el golpe con
un madero a la vampira, pero esta ni se lo pensó y directamente le mordió el
cuello.
Esa misma mañana
Sam y Deán llegaron a otro pueblo, estaban bebiendo cervezas como celebración
de haber sobrevivido a la noche de los murtos vivientes.
--- Entonces, anoche…
¿Quieres decirme de que demonios estabas hablando? --- pregunto Sam a su
hermano.
--- ¿De que hablas?
--- le pregunto Deán, fingiendo no recordar lo que había mencionado.
--- ¿De que
hablo?... De que dijiste que estabas cansado del trabajo y que no era solo por
papá. --- le recordó Sam
--- Olvídalo.
--- le pidió Deán y dio un gran sorbo a su cerveza.
--- No, no
puedo…No lo hare. --- dijo Sam, Deán rodo los ojos pues sui hermano estaba en
ese plan de preguntón, que por experiencia propia sabia que no cesaba hasta que
conseguía las respuestas que quería.
--- Yo pensé que
ambos íbamos a morir… No lo uses contra mí. --- le pidió Deán y se alejo pero
Sammy lo volvió a seguir.
--- No, no, no
salgas con ese pretexto… vas a hablar. --- le exigió Sam
--- ¿Y si no lo hago? --- le pregunto Deán
desafiante, pues por lo regular esa actitud mandona y amenazante suya.
--- Deán, te
seguiré preguntando hasta lo que lo hagas. --- aseguro Sam, Deán suspiro y se
sentó sobre el capo del auto.
--- No lo se Sam,
creo que tal vez deberíamos... Ir al Gran Cañón. --- comento Deán
--- ¿Que? --- le
pregunto Sam descolocado, esa no era la respuesta que esperaba.
--- Si ¿sabes
que?, en todos estos viajes por el país… Nunca he estado en el Gran Cañón o
podemos ir a Hollywood… Y ver si puedo dormir con Lindsay lohan. --- dijo Deán entre risas.
--- Hablas sin
sentido. --- le dijo Sam
--- Creo que
debemos tomar unas vacaciones.... ¿Porque tenemos nosotros toda la
responsabilidad? ¿Porque no podemos vivir la vida un poco? --- preguntaba Deán
con frustración.
--- ¿Porque
estas diciendo todo esto, Deán? --- le pregunto Sam, pero su hermano nuevamente
volvió a alejarse. --- No, no, no, no, no…. Deán, Tu eres mi hermano, ¿si? …
Así que lo que estés cargando, deja que te ayude un poco. --- dijo Sam,
poniéndose par a par con Deán.
--- No puedo… Lo
prometí. --- murmuro Deán, mirando al suelo.
--- ¿A quien?
--- pregunto Sam interesado
--- Papá. ---
murmuro Deán.
--- ¿De que
estas hablando? --- volvió a preguntar Sam, Deán suspiro fuertemente pues había
temido tanto ese momento y hubiera querido que jamás llegara pero gracias a su
bocota ya no lo podía retrasar mas y quien sabe, a lo mejor eso era para bien
--- Antes de que
papá muriera... Me dijo algo… Me dijo algo sobre ti. --- empezó a contar Deán
con pesar.
--- ¿Que?...
Deán, ¿Que cosa te dijo? --- pregunto Sam interesado, tenia un mal
presentimiento de todo eso, su padre era un hombre de muchos secretos y tal vez
alguno de ellos los afectara directamente.
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